Francia podría soportar la crisis energética global, enraizada en los altos precios y la incertidumbre de los suministros. Es el segundo productor de electricidad nuclear del mundo. Cuenta con 19 centrales nucleares y 56 reactores. Sin embargo, la industria de la energía nuclear en Francia se enfrenta a importantes y considerables mermas en sus potencialidades.
En la actualidad, la energía nuclear genera para el país más de 3.000 millones de dólares al año en exportaciones de electricidad. Ha adquirido una nueva prominencia a medida que los precios mundiales de la energía aumentan en respuesta a la invasión rusa a Ucrania. De allí que la Agencia Internacional de Energía y otras organizaciones recomiendan duplicar la capacidad de energía nuclear. Además de destacar sus beneficios para cumplir el objetivo de cero emisiones netas para 2050.
Pero ese estratégico sector francés, que produce más energía nuclear per cápita que cualquier país, atraviesa momentos de incertidumbres. El cambio climático, por ejemplo, viene obstaculizando la producción nuclear francesa. Un verano especialmente cálido y seco ha calentado sus ríos del país y bajado los niveles de agua y ha reducido la capacidad usar el agua para enfriar los reactores nucleares.
Algunas plantas de energía ya muestran su edad y su corrosión. Requieren un mantenimiento extenso que podría llevar años. Todo esto ha conspirado para forzar la desconexión de la mitad de los reactores nucleares de Francia. Un paso que no podría haber llegado en peor momento. Los precios y suministros de energía de están bajo una inmensa presión con la invasión de Ucrania y el corte total del suministro de gas por Rusia. Francia tiene 32 reactores parados. Más de la mitad de su parque nuclear.
El potencial de energía nuclear de Francia en modo prueba
La ministra de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, dejó perplejos a los franceses el fin de semana. “Como saben, 32 reactores están parados, unos por corrosión y otros por mantenimiento rutinario. EDF (Électricité de France) se ha comprometido a volver a poner en marcha todos los reactores en el invierno. Seguimos de cerca la situación y estamos atentos a que se cumpla el calendario», informó.
A los pocos días anunció el desarrollo del Plan de Sobriedad y enumeró las reuniones sostenidas con las organizaciones más representativas de Francia para reducir el consumo energético como en otros países de Europa, como España y el Reino Unido.
“Evitar el despilfarro energético debe convertirse en una prioridad en cada empresa para avanzar en la sobriedad energética. La respuesta solo puede ser colectiva. Nuestras empresas, grandes y pequeñas, tendrán que seguir reduciendo su consumo. Próximamente se presentará un plan de apoyo a las pymes”, anunció.
¿Habrá racionamientos el próximo invierno? Esa es la gran pregunta. El Gobierno francés asegura que no, que los reactores serán reactivados rápidamente. EDF, el gigante energético francés, aseguró que 27 reactores nucleares volverán a funcionar antes de que acabe el año. Los demás, dos meses más tarde.
No obstante, muchos cuestionan la capacidad de la empresa para cumplir en tiempo. Sobre todo los 12 reactores que tuvieron que ser parados al descubrir problemas de corrosión en los circuitos de refrigeración de emergencia. Repararlos requiere operaciones largas y complejas. Lo peor es que si no se cumplen los plazos, el Gobierno pondría en marcha una central de carbón en invierno.
De exportador a importador de energía
Francia, por lo pronto, exportadora neta de electricidad, está importando energía de sus vecinos. Mientras defiende la necesidad de reforzar la solidaridad recíproca con Alemania y España. Paralelamente, las tarifas eléctricas se disparan. El precio mayorista del megavatio se ha multiplicado por diez en un año.
A esta apremiante situación se suma la política. Tras las elecciones presidenciales y parlamentarias de este año, el futuro de la energía nuclear en Francia parece menos seguro, publica Nature.
Los críticos del presidente Emmanuel Macron, quien fue reelegido en abril para un segundo mandato de cinco años, lo acusan de ser inconsistente en política nuclear. Anteriormente prometió reducir la dependencia de Francia de la energía nuclear. Y hace dos años prosiguió el cierre de una planta de 42 años en Fessenheim, cerca de la frontera con Alemania.
Desde entonces, el tono de Macron ha cambiado. En febrero, anunció planes para construir 6 nuevos reactores a un costo estimado de 50.000 millones de euros. El primero entraría en funcionamiento para 2035. Sin embargo, para lograrlo, necesitará el respaldo del Parlamento, que probablemente será difícil. La coalición que incluye al partido Renacimiento de Macron ganó el 42,5% de los escaños, más que cualquier otro partido. Pero insuficiente para mantener una mayoría gobernante.
En cambio, los votantes respaldaron a partidos de extrema derecha e izquierda. La coalición de partidos de izquierda, encabezada por el político antinuclear Jean-Luc Mélenchon, obtuvo el 22,7% de los escaños. La extrema derecha, encabezada por la política pronuclear Marine Le Pen, obtuvo el 15,4%. Llegar a un acuerdo con Le Pen resulta políticamente problemático.
La política y el medioambiente
Mucha gente todavía no quiere la energía nuclear. Los activistas de los movimientos ambientales dicen que solo quieren energía renovable, pero técnicamente es muy difícil de lograr. Algunos analistas creen que Macron no estuvo particularmente interesado en la energía nuclear durante su primer mandato. Simplemente siguió el plan establecido por su predecesor, el socialista François Hollande, que cerró una central nuclear en los últimos meses de su mandato.
Pero el cambio climático y cómo gestionar las emisiones de gases de efecto invernadero cada vez son más pertinentes. Los sistemas solares y eólicos requieren bastante energía para instalarse y más materiales de construcción que la energía nuclear. Por supuesto, la energía nuclear en Francia tiene la ventaja de una red existente bien establecida. Un gran porcentaje de energía nuclear, como la cartera nuclear actual de Francia, tiene el menor impacto ambiental.
Si no queremos producir energía a partir de combustibles fósiles, que es esencialmente el problema actual, la respuesta más estable es la energía nuclear. No necesariamente tenemos que contar con el 70% de la energía nuclear, como en años anteriores, pero quizás se requiera el 50%.