Resulta imposible imaginar el futuro sin la industria área. Desde que los hermanos Wright lograron que su endeble aeroplano lograra despegar y volar 36 metros, la aeronáutica no ha parado de progresar. En la actualidad enfrenta uno de sus más grandes retos: convertirse en una industria verde. Nada fácil para un sector que representa el 7,8% del consumo final del petróleo en el mundo. Un primer paso es la adopción del combustible de aviación sostenible (SAF).
En las últimas décadas creció más rápido que el ferrocarril, la carretera o el transporte marítimo. Las emisiones de la aviación se han duplicado desde mediados de los años ochenta. En 2018, se estimaba que la aviación global, que incluye tanto pasajeros como carga, emitía 1.040 millones de toneladas de CO2. El 2,5% de las emisiones totales de CO2. En 2022 representó el 2% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía. La aviación también contribuye al cambio climático a través de otros procesos, como el impacto en la formación de nubes
La industria aérea intenta ser más verde mediante el combustible de aviación sostenible. Se elabora a partir de una combinación de fuentes, incluidos cultivos, desechos domésticos y aceite usado de cocina. Podría allanar el camino para que no utilicen combustibles fósiles.
El vuelo de Virgin
Virgin Atlantic hizo historia el 28 de noviembre. Completó el primer vuelo de larga distancia con un avión de pasajeros propulsado completamente por combustible de aviación sostenible. El Boeing 787 despegó del aeropuerto Heathrow de Londres y aterrizó en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. Un hito en la industria de la aviación.
Los aviones que utilizan SAF todavía emiten gases de efecto invernadero, pero liberan entre un 50 y un 80% menos de carbono que el combustible fósil. No obstante, la producción de SAF es limitada y no puede satisfacer la demanda de todas las aerolíneas. Además, el SAF es mucho más caro.
Richard Branson, fundador de Virgin, reconoció que “va a pasar un tiempo” antes de que haya suficiente SAF para todos. Mientras tanto, el gobierno del Reino Unido planea exigir que el 10% del combustible de aviación sea SAF para 2030.
SAF insuficiente
El SAF se puede producir a partir de una variedad de fuentes, incluido maíz, algas, aceite de cocina usado, basura municipal, aguas residuales y otros desechos. También con combustibles sintéticos como el hidrógeno líquido obtenido mediante electricidad renovable. El requisito clave es que todos estos combustibles deben emitir un 50% menos de carbono que el combustible a base de petróleo.
La mayoría del SAF actualmente disponible se elabora a partir de aceite de cocina usado. Puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 84% en comparación con el combustible para aviones convencional. Sin embargo, no hay suficiente aceite de cocina usado en el mundo para satisfacer el consumo de la industria aérea. Para que el SAF satisfaga la demanda de la industria, los productores tendrán que perfeccionar el proceso para convertir astillas de madera, cultivos y desechos de alimentos domésticos en biocombustibles. Se requerirán años de investigación y construcción para que sus costos sean competitivos.
Una de las primeras instalaciones de conversión de alcohol en combustible para aviones, operada por el startup de combustibles alternativos LanzaJet, tiene como objetivo producir por año10 millones de galones de SAF a partir de etanol de maíz.
El problema
Los recientes incrementos en los precios del petróleo han acercado el costo del combustible de aviación sostenible al del combustible convencional. El precio promedio del SAF en Estados Unidos es de 8,33 dólares por galón, el convencional está en 7,33 dólares. Incluso pequeñas diferencias de precio pueden constituir una gran barrera para las aerolíneas. El combustible para aviones representa el 30% de sus costos. Pagar un dólar extra por galón de combustible podría reducir los márgenes de ganancias en momentos en que incluso las empresas más grandes están luchando por alcanzar el equilibrio.
El mercado de SAF necesita miles de millones de dólares en inversiones para aumentar la producción. Pero se encuentra en un callejón sin salida. Las aerolíneas se muestran reacias a comprar SAF por su alto precio y los fabricantes se muestran reacios a producir más porque las aerolíneas no lo compran. Los certificados SAF ofrecen una solución para poner fin al estancamiento e iniciar un círculo virtuoso.
Si los viajeros de negocios subsidiaran el costo adicional de comprar combustibles con bajas emisiones de carbono, las aerolíneas estarían dispuestas a utilizarlos. Una mayor demanda de las aerolíneas debería incentivar a los fabricantes a producir más SAF. A medida que la fabricación aumente, los costos caerán y, eventualmente, SAF podría volverse competitivo.
Certificados SAF
El combustible de aviación sostenible representa menos del 0,1 % del combustible utilizado en vuelos comerciales. Si se incentiva a los fabricantes a producir más SAF y a las aerolíneas a comprarlo, la industria de la aviación podría reducir significativamente sus emisiones de carbono. El Foro Económico Mundial, en colaboración con las aerolíneas y algunos de sus principales clientes de viajes de negocios, está diseñando un sistema denominado “certificados SAF”.
El sistema permitiría a empresas como Salesforce comprar certificados SAF de aerolíneas para compensar las emisiones de carbono generadas por los viajes de negocios de sus empleados. Las aerolíneas utilizarían los ingresos de la venta de estos certificados para comprar SAF y reducirían sus emisiones de carbono de manera clara y mensurable. Si el programa se diseña correctamente, con transparencia, supervisión y contabilidad clara, una empresa como Salesforce podría comprar certificados SAF y reducir significativamente a cero sus emisiones de viajes de negocios.
Las aerolíneas y sus principales clientes de viajes corporativos han estado probando este concepto desde 2021. El año pasado, 11 empresas, incluidas Boston Consulting Group, Nike y HP, compraron suficientes certificados SAF de United Airlines para subsidiar la compra de alrededor de 3,4 millones de galones de SAF. En febrero, JetBlue anunció que 4 empresas, incluida Salesforce, comprarán suficientes certificados SAF para subsidiar 325.000 galones de SAF.
El Foro Económico Mundial ha utilizado datos de algunas transacciones para diseñar un sistema de contabilidad para rastrear cuánto ayuda cada venta de certificado SAF a reducir las emisiones de carbono. La organización planea publicar sus reglas contables en septiembre y probarlas con una nueva ronda de ventas experimentales de certificados SAF a finales de este año. El objetivo es establecer un mercado global de certificados SAF, que cumpla con los estándares de organismos de control ambiental para 2024.
Cero emisiones aún lejos
El combustible de aviación sostenible por sí solo no será suficiente para que la industria aérea reduzca a cero sus emisiones de carbono . Si todas las aerolíneas reemplazaran su combustible con SAF, solo lograrían una reducción de las emisiones de entre el 50% y el 80%. Para alcanzar el cero neto, las aerolíneas tendrán que reemplazar sus flotas de aviones con nuevos modelos que puedan funcionar con baterías eléctricas o celdas de combustible de hidrógeno. Aeronaves que aún no existe comercialmente.
Se necesitarán décadas para que los fabricantes de aviones establecidos como Boeing y Airbus, o nuevas empresas como ZeroAvia, desarrollen una generación de aviones sin emisiones que puedan transportar a cientos de pasajeros a largas distancias. Mientras tanto, las aerolíneas seguirán comprando aviones convencionales que queman combustible y que permanecerán en el cielo unos 30 años.
El SAF ofrece una solución intermedia para reducir las emisiones de la industria aérea en el presente. Actúa como un puente entre la generación actual de aviones, que contribuyen con más del 2% de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y la futura generación de aeronaves de cero emisiones. En ese proceso de transformarse en una industria verde, el vuelo de Virgin es una suerte de reedición de los hermanos Wright. Ahora en la historia de las aeronaves con cero emisiones.