Cambio16
15/06/2018
Crean un sistema para que las máquinas aprendan por sí solas
«Dos de las cosas que más me gusta de mi trabajo es ver innovaciones increíbles y hablar con personas extraordinarias. Durante un reciente viaje a Nueva York, marqué ambas casillas. Conocí a una mujer llama Papa Blandine Mbwey. Ella utiliza un invento revolucionario para ayudar a que más niños sean vacunados». Estas son palabras de Bill Gates. Y las escribió en su página web. Naturalmente, el relato no termina aquí. De esta conversación entre Gates y Mbwey salió a flote un instrumento que cambiará el mundo. Nos referimos a Indigo, un refrigerador especial para transportar vacunas hacia lugares extremos de África.
En primer lugar, Mbwey es enfermera vacunadora en una zona remota de la República Democrática del Congo. Tiene más de una década de experiencia. Ella viaja kilómetros a pie todos los días. Su propósito es vacunar a los niños que viven demasiado lejos de un centro de salud. Pero todo este esfuerzo se complica por una razón: la fragilidad de las vacunas. Deben estar refrigeradas entre 2 y 8 grados centígrados. También conocida como «la cadena de frío». Si la temperatura sube, se dañan. Si se enfrían demasiado, se congelan.
Mbwey debe superar varios obstáculos para que cada vacuna llegue bien a su destino. Uno de ellos es el corte de energía frecuente que sufren los centros de salud donde están los suministros. Usualmente, los vacunadores utilizan neveras portables forradas de paneles de hielo. Pero se derriten con mucha rapidez. Por eso quedan muchos jóvenes sin vacunar porque los refrigeradores no pueden mantener frías las vacunas el tiempo suficiente. Pero, tal como lo explica Gates, gracias al apoyo de Global Good eso dejará de ser un problema.
I’m excited about a revolutionary invention that’s already helping more kids get vaccinated: https://t.co/rwSmg8KHPj #vaccineswork pic.twitter.com/7PyFPKNFZL
— Bill Gates (@BillGates) June 15, 2018
Las neveras provacunas
En este apartado entra en juego Indigo. Es un dispositivo que mantiene las vacunas a la temperatura adecuada durante al menos cinco días sin hielo, sin baterías y sin necesidad de energía durante el enfriamiento. ¿Increíble? Eso no es todo. Aunque parezca contradictorio, Indigo necesita calor antes de comenzar su uso. Cuando se expone a una fuente de calor, el agua dentro de las paredes de Indigo se evapora y se mueve a un compartimiento separado. Luego puede usarse sin problemas.
Cuando los vacunadores comienzan su viaje, abren una válvula y el agua regresa a donde inició. ¿Cómo sucede este fenómeno? Fácil. Debido a que la presión dentro de Indigo disminuyó hasta el punto de evaporación, las partículas de agua se calientan y enfría el área de almacenamiento a la temperatura perfecta para guardar las vacunas.
Pero Indigo no está solo. También está MetalFridge. Su poder está en mantener las vacunas frías durante al menos cinco días, sin utilizar energía. Sus componentes eléctricos están diseñados para funcionar a través de subidas y caídas de tensión. De hecho, durante las interrupciones prolongadas, una pantalla táctil indica cuánto tiempo más puede mantenerse frías las vacunas. Los trabajadores deben moverlas a otra parte. Y si el refrigerador deja de funcionar, transmite datos de forma remota a un equipo de servicio para que puedan arreglarlo antes de que las vacunas se estropeen.
MetaFridge comenzó a comercializarse el año pasado por medio de un fabricante chino. Y los creadores pretenden sacar al mercado una versión con energía solar. Por el momento, Indigo está en desarrollo de campo en África. Pero sus breves incursiones están permitiendo a los vacunadores extender las jornadas de vacunación.