El estado de California, en Estados Unidos, vive su segunda oleada de incendios del verano. Las llamas sin control han obligado a muchos residentes a huir de sus hogares. Todo esto en medio de una ola de calor en la que ha habido temperaturas muy superiores a las habituales.
Durante la primera oleada, los incendios se concentraron en el norte del estado, pero esta vez la peor parte se la están llevando el centro y el sur, con dos grandes incendios que queman cerca de Los Ángeles y San Diego, y un tercero declarado en la Sierra Nevada.
El incendio de la Sierra Nevada es el que más rápido se extendió, calcinó dos docenas de casas en el pequeño pueblo de Big Creek y obligó a evacuar por completo a los 2.500 habitantes de Auberry.
En general, las llamas se están propagando con gran facilidad a causa de la sequedad del terreno, puesto que muchas zonas de California llevan meses sin haber recibido agua de lluvia. Las temperaturas extremas que se están viviendo por la ola de calor no ayudan; en algunos casos se están superando los 40 grados.
El fuego de Creek, como ha sido bautizado por el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire), ha quemado 32.000 hectáreas y las 10 dotaciones de bomberos que trabajan en este aún, no han logrado ningún avance en las tareas de contención.
Récord en hectáreas quemadas
Los incendios forestales han quemado un récord de más de 800.000 hectáreas, dijo el Departamento de Bomberos.
«En los últimos 33 años no hemos visto un solo año sobrepasar los dos millones de acres (más de 809.300 hectáreas), hasta este año», afirmó Lynne Tolmachoff, portavoz del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire). «Esto es, definitivamente, un récord y aún no nos hemos acercado al final de la temporada de incendios», subrayó.
Al menos siete personas han muerto como resultado de los incendios de este año y alrededor de 3.800 infraestructuras han sido dañadas o destruidas, según cifras de Cal Fire.
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