La astronomía está seriamente impactada por los incendios forestales que, por cambio climático, son cada vez más frecuentes y voraces
Como si los cada vez más numerosos satélites artificiales, y el crecimiento de las ciudades con su contaminación lumínica no bastara, la astronomía se enfrenta a un nuevo problema: los incendios forestales. Los Ángeles se enfrenta a una nueva oleada de infernales incendios forestales alimentados por los Vientos de Santa Ana. Entre las instalaciones amenazadas por el fuego se encuentran sus valiosos observatorios astronómicos.
Los Ángeles arde. Seis incendios declarados, cuatro aún sin control, amenazan la ciudad. El tamaño de la destrucción hasta ahora es de unos 108 kilómetros cuadrados equivale al tamaño de toda la ciudad de San Francisco. Miles de instalaciones consumidas por las llamas. Otras tantas bajo amenaza.
Un foco se desató en las montañas de Hollywood. En el sur de esas montañas se encuentra una instalación emblemática y quizás la mas famosa de la astronomía: El Observatorio Griffith. Un lugar icónico que ha aparecido en decenas de películas y series de televisión, como Rebelde sin Causa, The Terminator o Transformers.
No es la primera vez que un observatorio astronómico está en peligro en California. En octubre de 2024, los incendios forestales en California arrasaron el histórico Observatorio Ford, ubicado en las montañas de San Gabriel. También el Observatorio del Monte Wilson se ha enfrentado en varias ocasiones a la amenaza de incendios forestales.
No son los únicos. Desafortunadamente, la situación no es exclusiva de California. Los incendios forestales se han convertido en una seria amenaza para la astronomía. Reflejo de una tendencia mundial: un planeta en llamas como resultado del cambio climático.
Las llamas ocultan el cosmos
El astrónomo Peter McMahon en un artículo publicado en Scientific American advierte sobre el negativo impacto de los incendios forestales en la astronomía. «Cada vez más intensos y frecuentes, se han convertido en una amenaza existencial para la astronomía observacional», escribe. Un claro ejemplo de la crisis lo encontramos en la convergencia de dos incendios en Jasper, Alberta, el verano pasado. Redujeron a cenizas casi un tercio de la ciudad y 400 kilómetros cuadrados del Parque Nacional de Jasper.
«Las llamas de 300 pies de altura arrasaron una región que forma parte de una reserva de cielo oscuro. Puso en peligro uno de los tesoros más preciados de la humanidad: la observación de las estrellas», escribe McMahon.
No es una situación aislada. El Observatorio Nacional de Kitt Peak, en Arizona, vivió una experiencia similar en 2022, cuando un rayo provocó un incendio forestal que destruyó cuatro edificios administrativos y llegó a pocos metros de algunos de los 22 principales telescopios de investigación de la montaña. Días después de la tragedia en Jasper, otro incendio forestal obligó a realizar preparativos previos a la evacuación en Kitt Peak, con lonas listas para cubrir telescopios y equipos de protección.
Pérdida valiosa
El problema de los incendios forestales empeora y no es exclusivo de estos sitios. Ya han destruido importantes telescopios en el Observatorio del Monte Stromlo en Australia. También los Observatorios Remotos Sierra de California casi fueron destruidos por un incendio que cubrió las ópticas de los telescopios con cenizas y escombros en 2020.
El caso más reciente es el del histórico Observatorio Clinton B. Ford, ubicado cerca de Wrightwood. El incendio forestal ocurrido en septiembre de 2024 en las montañas de San Gabriel en California lo destruyó. Los astrónomos lo habían utilizado por más de medio siglo para estudiar estrellas variables.
Nuestra capacidad para observar y estudiar los cielos está en riesgo debido el aumento en número e intensidad de los incendios forestales en los últimos años. «Si no se encuentran soluciones pronto, los incendios podrían superar la contaminación lumínica como la mayor amenaza para la astronomía. Numerosas vistas apreciadas del cosmos podrían quedar ocultas tras las llamas», apunta McMahon.
Más allá del humo
La calidad del cielo nocturno, esencial para la observación de estrellas y planetas, se ve gravemente comprometida por el humo y la contaminación lumínica generada por estos eventos. Durante los incendios forestales, las observaciones astronómicas y las actividades al aire libre se ven afectadas por las condiciones ambientales deficientes. La astronomía visual y la observación a través de telescopios se ven significativamente afectadas. El humo y la ceniza dispersan la luz, reducen la visibilidad y dificultan la obtención de datos precisos.
Aunque la astronomía asistida electrónicamente y la astronomía satelital podrían continuar, ya que los problemas ópticos y con las nubes no tienen mayor impacto en ellas. Los incendios forestales plantean una serie de desafíos adicionales para la comunidad astronómica.
- Contaminación lumínica: Generan una cantidad significativa de luz, lo que dificulta la observación de objetos celestes débiles.
- Problemas logísticos: Pueden aislar a los observatorios, dificultando el acceso de los científicos y el suministro de alimentos y otros recursos.
- Riesgos para la salud: El humo puede causar problemas respiratorios y otros problemas de salud en quienes trabajan en los observatorios y en las comunidades cercanas.
Astronomía en riesgo
Los incendios forestales, cada vez más frecuentes e intensos, amenazan la capacidad de los astrónomos de estudiar el universo y privan a la humanidad de la belleza de un cielo nocturno estrellado. Ubicados en zonas remotas, o como destinos turísticos en medio de la naturaleza, los observatorios astronómicos se encuentran en una delicada intersección entre el aislamiento natural y el riesgo de incendios forestales.
Lamentablemente, aquellos sitios que ofrecen algunas de las vistas más claras y accesibles del universo son ahora más vulnerables que nunca a los efectos del cambio climático. Incluso cuando los incendios no amenazan directamente los observatorios, pueden afectar la investigación y la divulgación astronómica.
Durante la temporada de incendios forestales de 2022, en un evento de observación de estrellas en la cima del Jasper SkyTram, las vistas del valle fueron interrumpidas por un fuego a 24 kilómetros de distancia a lo largo del lago Jasper. Aunque el incendio nunca alcanzó la ciudad de Jasper, su humo afectó las observaciones en el Planetario de Jasper por semanas.
Los incendios, originados en Alberta, Columbia Británica, California y otras regiones, pueden ocultar las estrellas en lugares distantes. Para el meteorólogo Alan Rahill, creador del Clear Sky Chart, una herramienta clave para los observadores astronómicos, el pronóstico es sombrío. “En la segunda mitad de este siglo, ya no veremos cielos azules entre marzo y diciembre. Las noches despejadas serán bastante raras”.
Proteger los Observatorios
Pese a las justificadas preocupaciones, hay esperanza para aquellos dispuestos a adaptarse. Tanto las instituciones profesionales de astronomía como los aficionados están implementando medidas para protegerse contra los incendios forestales. El Observatorio Nacional de Kitt Peak, en Arizona, instaló detectores especializados para alertas tempranas de rayos y estableció una alianza con bomberos locales y otros grupos para una respuesta de emergencia coordinada.
El Observatorio Lowell en Flagstaff colabora con autoridades locales en quemas prescritas y cortafuegos estratégicos. Mientras que en el Observatorio Griffith en Los Ángeles mejoraron los sistemas contra incendios y sus materiales de construcción. En el Planetario Jasper, recientemente reabierto tras otro incendio forestal, se añadió un radiotelescopio que puede ofrecer mapas de radio en vivo de galaxias distantes.
Los incendios forestales son un desafío creciente para la astronomía, pero también representan una oportunidad para la innovación y la colaboración. Están impulsando la innovación en el campo de la astronomía. El desarrollo de nuevas tecnologías, como los satélites de observación de la Tierra, permite monitorear los incendios en tiempo real y evaluar su impacto en el medio ambiente. Además, la colaboración entre científicos, bomberos y gestores de recursos naturales es fundamental para desarrollar estrategias de prevención y mitigación de incendios.
La salud de la humanidad
No obstante, resolver el problema subyacente requiere un esfuerzo mucho mayor que simplemente adaptarse a una «nueva normalidad» con incendios más frecuentes e intensos. Bob McDonald, divulgador científico y entusiasta de la astronomía, señala que el aumento de los incendios forestales y las sequías en todo el mundo «indica que el cambio climático ya no es un problema para futuras generaciones. Está aquí y ahora».
En su libro The Future Is Now (El futuro es ahora), McDonald argumenta que las reducciones industriales durante la pandemia de COVID-19 demostraron que tenemos las herramientas para revertir el cambio climático antropogénico. Mediante una combinación de energía alternativa, captura de carbono y almacenamiento de energía. «El humo es una clara señal de que es hora de actuar y limpiar nuestros cielos, no solo para la astronomía, sino para la salud humana», enfatiza.