Estimaciones recientes de los incendios forestales en Tenerife, aún sin controlar, señalan la devastación de más de 14.624 hectáreas en 12 municipios de la isla y la afectación de 39 especies de aves vinculadas a diversos hábitats. Además de importantes paisajes protegidos y reservas naturales que albergan una amplísima diversidad de ecosistemas.
El fuego que comenzó el 15 de agosto, el día que los canarios celebran a la Virgen de Candelaria, es el peor de los últimos 40 años. Aunque parece evolucionar favorablemente, no ha sido controlado. Las llamas arrasan a un ritmo vertiginoso el Parque Natural de la Corona Forestal, el mayor espacio natural protegido de Canarias (46,6 hectáreas). El sistema de seguimiento satelital de emergencias de la Unión Europea (Copernicus EMS) constató que otras zonas de la Red Canaria de Espacios Naturales protegidos también han resultado afectadas como el Paisaje Protegido Siete Lomas, Paisaje Protegido Las Lagunetas, Reserva Natural Especial Las Palomas, el Paisaje Protegido La Resbala, Reserva Natural Integral Pinoleris, Parque Natural Corona Forestal y el Parque Nacional El Teide, entre otros.
El fuego representa un peligro mortal para una gran cantidad de especies amenazadas de flora y fauna. Principalmente el pinar de pino canario y laurisilva (bosque nuboso subtropical o selva alta), muchas de ellas especies o subespecies endémicas.
La ONG ambientalista SEO/BirdLife destaca el caso las aves afectadas. El fuego incesante las ha obligado a huir y buscar refugio en otros lugares. Es el caso del pico picapinos, un pájaro carpintero o de una rapaz forestal como el gavilán, de paseriformes como el herrerillo o los pinzones vulgar canario y azul de Tenerife. Este último, un endemismo insular, a pesar de contar con un número significativo de ejemplares, podría ver reducida drásticamente la extensión de su hábitat.
Las aves huyen por los estragos de los incendios en Tenerife
Otras aves emblemáticas potencialmente afectadas por los incendios forestales en Tenerife serían las rapaces nocturnas, como la lechuza o el búho chico, especies crípticas como la chocha perdiz y el cuervo, catalogado como ‘en Peligro de Extinción’. Sin olvidar a las dos palomas endémicas de Canarias, la rabiche y la turqué.
“La mortalidad directa generalmente no suele ser un problema para las aves, aunque la exposición al humo sí que puede afectar sus vías respiratorias, del mismo modo que a los seres humanos. No obstante, los vuelos de huida pueden causar choques y atropellos entre ellas”, explica Yarci Acosta, delegado de SEO/BirdLife en Canarias.
Además, en este momento está finalizando el período de cría de un buen número de especies de aves. Por lo que algunas de las crías estén realizando sus primeros vuelos. Y dada su inexperiencia, su capacidad de escapar del fuego directo es reducida. A mediano y largo plazo, la pérdida de hábitats también preocupa a los ambientalistas y ornitólogos, debido a la presión a la que están sometidos los espacios protegidos.
A este respecto, advierte Acosta, se espera “poder estudiar la evolución de las poblaciones de aves tanto dentro de las zonas quemadas, como fuera y podamos comprender mejor el proceso de recolonización”. Lo hicieron para el incendio en La Gomera, en el Parque Nacional de Garajonay, en agosto de 2012 y el ocurrido en 2020 en Tijarafe y Garafía, en La Palma.
Gestionar la emergencia y restaurar el hábitat
SEO/BirdLife pide a los ciudadanos que se informen a partir de fuentes oficiales y eviten trasmitir bulos o rumores, respecto al propio incendio y la gestión forestal. En este sentido, recordó que no existen soluciones sencillas para problemas complejos como los incendios en Tenerife.
“Agradecemos el gran esfuerzo realizado por el personal que trabaja en la coordinación y extinción del incendio. Deseamos que los habitantes de las poblaciones desalojadas puedan regresar pronto a sus hogares. Pasada la emergencia, es prioritario evaluar el impacto causado por el fuego y diseñar las acciones para favorecer la restauración de los ecosistemas, con objetivos claros”, declaró Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
Durante esta intensa emergencia, más de 12.000 personas han sido evacuadas. El fuego afecta cerca del 7% de la superficie de la isla. La presidente del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, señaló que el fuego devastó casi la mitad de la corona forestal.
Las dos primeras jornadas del incendio fueron las de mayor peligrosidad. El fuego se propagaba rápidamente y las corrientes de viento lo impulsaban en un clima especialmente seco. Ante esta situación, los vecinos de 11 municipios debieron abandonar sus hogares en Arafo, Candelaria, Güímar, El Rosario, El Sauzal, La Matanza, La Orotava, La Victoria, Los Realejos, Santa Úrsula y Tacoronte.
¿Llegando a su fin?
La agencia Efe reportó que el frente norte está cerca de estabilizarse y las llamas “en fase de liquidación». Los equipos de emergencias luchan contra las llamas especialmente en Tacoronte, donde existen puntos calientes y el fuego «se dispara» en ciertos momentos.
Al sur de Arafo, brigadas especializadas se concentran en el Mal Abrigo, en las laderas de los altos de Güímar. La que más preocupa. Tiene un terreno escarpado y el incendio se ha atrincherado. Federico Grillo, director de emergencias del Cabildo de Gran Canaria, sostiene que el incendio «va en líneas de ser controlado». Aunque la vertiente de Güímar presenta cierto riesgo, con laderas «tremendas» y material rodante, por lo que hay que «afinar» muy bien la estrategia en una circunstancia ya de por sí compleja.