Desde junio, el Ártico ha sido azotado por numerosos incendios forestales que han afectado a las regiones de Siberia, Alaska, Groenlandia y Canadá. Aunque el fuego es típico para esta época del año, esta vez la situación se ha agravado debido al cambio climático y al calentamiento global. Es tal su magnitud que el humo es visible desde el espacio.
Según el servicio de vigilancia atmosférica de Copernicus, algunos incendios han sido tan grandes que podrían cubrir hasta 10 mil campos de fútbol, o toda la isla de Lanzarote. Mientras que en Canadá, uno de los incendios fue más grande que 300.000 estadios y en Alaska han registrado hasta 400 incendios este año, uno nuevo cada día.
Siberia, en emergencia
En Siberia, ya se han quemado 5,4 millones de hectáreas de bosque, lo que equivale a toda la superficie de Croacia. Para el 18 de agosto, todavía estaban activos 259 incendios, 75 en proceso de extinción y 184 bajo vigilancia, según informaba el Servicio de Protección Aérea de Bosques de Rusia.
«La mayoría de estos incendios no se están apagando porque no amenazan ningún asentamiento ni a la economía», dijo el Ministerio de Silvicultura de la región de Krasnoyarsk a un medio siberiano. Por su parte, el alcalde de la región Alexandr Uss opinó que pelear contra los incendios “es inútil, y en cierto punto, hasta dañino”.
Los incendios en Siberia están fuera de control:
🔹Han arrasado una superficie equivalente a Croacia
🔹Solo se está actuando contra el 9%
🔹Las grandes ciudades están cubiertas de neblina tóxica
🔹200 mill. de CO2 emitidos a la atmósfera
Más info 👇 https://t.co/7bJqCAW6qE— Greenpeace España (@greenpeace_esp) August 14, 2019
Sin embargo, los científicos no creen lo mismo. Aunque las llamas no presenten riesgo para las propiedades humanas, sí existe un daño a las poblaciones cercanas debido a la contaminación que genera el humo, así como el irreparable daño que los incendios están causando en el medio ambiente.
Las palabras de Uss ocasionaron indignación en las redes sociales y las autoridades del país han sido criticadas por la poca preocupación en acabar con los incendios. Tanto así, que Vladimir Putin, asiduo a visitar Siberia durante sus vacaciones, se vio obligado a intervenir. El presidente ruso mandó al Ejército a formar parte de los esfuerzos por apagar las llamas. Incluso, Donald Trump, ofreció asistencia y Putin, aunque agradeció el gesto, dijo que no sería necesaria.
La aceleración del ciclo
Mark Parrington, experto del servicio de vigilancia atmosférica de Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés), asegura que, aunque no es raro que haya incendios en las zonas árticas en verano, lo que es inusual es la latitud, la intensidad y la duración de los mismos.
“Los incendios son una parte natural del ecosistema, pero lo que estamos viendo es la aceleración del ciclo del fuego: se hacen más frecuentes y severos, y queman cada vez más áreas”, asegura Liz Hoy, una investigadora del Experimento de Vulnerabilidad Ártico-Boreal de la NASA.
En el bosque boreal y en la tundra, la mayoría de los incendios se inician debido a la descarga eléctrica de los rayos. Además, en el Ártico la mayoría de las emisiones de carbono de los incendios provienen del suelo quemado y no de los arbustos o árboles quemados, según explica Hoy.
El impacto de los incendios
Es un círculo vicioso: el calentamiento global ha hecho que aumenten los incendios en el Ártico y estos, a su vez, pueden provocar veranos y condiciones más secas, que hacen que aumente el cambio climático. “Las temperaturas en el Ártico se han incrementado mucho más rápido que el promedio mundial y el aumento del calor hace que los incendios crezcan más rápido y persistan por más tiempo”, explica Parrington.
La NASA explica que los incendios en el Ártico son “especialmente preocupantes ya que es más probable que el hollín se asiente en las áreas heladas. Esto oscurece el hielo, lo que ocasiona que la luz del sol se absorba en vez de reflejarse, lo que podría ocasionar más calentamiento global”.
Asimismo, los incendios en el Ártico aumentan el riesgo de que se descongele el permafrost, la capa de suelo que está siempre congelado, y puede liberar metano, que también es un gas de efecto invernadero.
Pero también hay efectos para la salud de los humanos. La profesora de la Universidad de Maryland, Tatiana Loboda, aseguró a la NASA que el humo que producen estos incendios pueden afectar incluso a las personas que no viven cerca de las regiones afectadas y que “se exponen por un período de tiempo año tras año”.
Where is the Siberian wildfire smoke spreading to?@ECMWF predicts that it will cross the Arctic Ocean and reach northern #Greenland 🇬🇱 over 13/14 August.
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— World Meteorological Organization (@WMO) August 13, 2019
Por esto, en Siberia hasta seis territorios se han declarado en emergencia. Además, no solo los humanos son afectados por el hollín, que ya es más grande que el territorio de la UE, y el fuego, también los animales sufren las consecuencias. Según Greenpeace, unos 13.000 animales salvajes han muerto o han salido de sus guaridas.
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