El Reino Unido decidió aplicar en 2018 un impuesto al azúcar ante el creciente índice de obesidad en el país. La medida coercitiva y sanitaria arrojó buenos resultados. Tras un año de vigencia, el consumo de azúcar fundamentalmente proveniente de los refrescos, se redujo a la mitad en los niños. Los adultos también restringieron su ingesta.
El tributo ha tenido éxito en mejorar la dieta de las personas. Los expertos sugieren que esa tasa impositiva se amplíe a otros alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar. La OMS estima que en el mundo hay más de mil millones de personas obesas. En el Reino Unido, el índice de obesidad aumentó del 13,8% en 1990 al 28,3% en 2022 para las mujeres y, del 10,7% al 26,9% en 2022 para los hombres.
Mientras que el 21% de los niños de 4 a 5 años están clasificados como con sobrepeso y el 10% son obesos. También, más del 36% de los niños de 10 a 11 años tiene sobrepeso. El despunte en las estadísticas llevó a imponer el gravamen.
Un estudio publicado en la revista de Epidemiología y Salud Comunitaria indica que la ingesta diaria de azúcar se redujo en unos 5 g en los niños y en unos 11 g en los adultos en los 12 meses posteriores a la introducción del «impuesto al azúcar». Cada vez hay más pruebas que asocian el consumo de bebidas azucaradas con los riesgos a padecer diabetes tipo 2, enfermedades coronarias y muerte prematura.
El impuesto al azúcar da buenos resultados
Hasta la fecha, más de 50 países han introducido un impuesto al azúcar de los refrescos en un intento por persuadir a los fabricantes a reformular sus productos. La evidencia en el Reino Unido sugiere que la ingesta de azúcar derivada de los refrescos disminuyó en el año siguiente a su introducción. Pero no está claro si se sustituyeron por otras fuentes de azúcar.
El total de azúcares libres en la dieta de los niños, incluidos alimentos y bebidas, era de unos 70 g por día, pero cayó a unos 45 g al final. Para los adultos, el análisis encontró que el consumo total de azúcar libre en la dieta era de aproximadamente 60 g por día y descendió a 45 g por día.
A pesar de la reducción, la cantidad de azúcar consumida por adultos y niños sigue estando por encima de los niveles recomendados. La OMS y el Comité Asesor Científico sobre Nutrición del Reino Unido sugieren que el consumo de azúcar libre debe ser inferior al 5% de la ingesta total de calorías de una persona. Para los adultos, esto se limitaría a 30 g de azúcar al día, 24 g para niños de entre 7 y 10 años y 19 g para niños de entre 4 y 6 años.
Nina Rogers, autora principal del estudio, afirmó que «los hallazgos son alentadores, muestran que el impuesto a la industria de refrescos del Reino Unido está relacionado con una reducción significativa del consumo diario de azúcar».
Piden extenderlo a otros productos
Los resultados muestran una reducción en la compra de azúcar procedente de refrescos por parte de los hogares un año después del impuesto, comentó Rogers, de la Facultad de Medicina Clínica de la Universidad de Cambridge. Propone que “el nuevo gobierno del Reino Unido podría ampliar el impuesto a otras bebidas que tienen un alto contenido de azúcar, o incluso a algunos alimentos. También podrían reestructurar el impuesto para aplicar un gravamen por gramo de azúcar/100 ml en lugar de un tributo basado en un umbral”.
Kawther Hashem, profesor de Nutrición de Salud Pública en la Universidad Queen Mary de Londres, manifestó que el impuesto a la industria de refrescos en el Reino Unido resultó una palanca eficaz para alentar a los fabricantes de bebidas a reducir el azúcar. Con un nuevo gobierno en el poder, se podría considerar aplicar un impuesto similar a otros productos que contribuyen al consumo de azúcar. Como los dulces de chocolate, para orientar las dietas hacia una dirección más saludable».
Eddie Crouch, presidente de la Asociación Dental Británica, señaló que el impuesto al azúcar en el Reino Unido estaba dando “resultados tangibles” y era efectivo. “Extenderlo a cereales, por ejemplo, es una obviedad para cualquier gobierno que se preocupe por la salud y la prevención de enfermedades. Esto no tiene por qué aumentar el costo de vida. Cuando las medidas voluntarias de reformulación han fracasado, el impuesto obliga a la industria alimentaria a hacer lo correcto”.
Mayores medidas para frenar obesidad infantil
Un portavoz del Departamento de Salud y Asistencia Social dijo que el nuevo gobierno tomará medidas para evitar la mala salud y abordará la crisis de la obesidad de frente. «Introduciremos restricciones a la publicidad de comida chatarra. Además, vamos a prohibir que los niños puedan comprar bebidas energéticas azucaradas y con alto contenido de cafeína. Al construir una sociedad más saludable, construimos una economía saludable», dijo
La pandemia alteró las rutinas y consumos. El aislamiento y la no presencia en las escuelas, la falta de actividad física y los malos hábitos alimentarios, se han asociado con aumentos de obesidad infantil. Investigadores del Reino Unido encontraron que la proporción de niños con sobrepeso y obesidad escaló de 35,2% a 40,9%. ¿Se revirtieron los efectos positivos post-impuestos al azúcar? El número de niños con sobrepeso y obesidad disminuyó al siguiente año, pero se mantuvo más elevado que antes de las restricciones por la pandemia.
Hasta ahora, las intervenciones se han centrado en impuestos al azúcar, eficaz hasta cierto punto, pero que requiere mayor compromiso. Se propone profundizar otras políticas públicas, tales como el etiquetado de alimentos, cambios en la ubicación de ciertos alimentos expuestos en los negocios y priorizar la actividad física en escuelas y guarderías.