Promesas rotas. Al parecer, las órdenes del presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre las bonificaciones extra a los médicos y personal sanitario en la primera línea contra la COVID-19 cayó en oídos vacíos.
El impago de bonificaciones ha generado un caos de quejas, persecuciones y otros malestares para la administración rusa. El sistema plagado de funcionarios corruptos se ha prestado para que las órdenes del mandatario ruso no se cumplan.
Nada de bonos, arriba las protestas
La primeras señales de que el programa de bonificación no estaba marchando como debía llegaron a principios de mes. Conductores de ambulancias, paramédicos y otros trabajadores sanitarios se reunieron en Krasnodar, al sur de Rusia, para protestar. «No hemos recibido nada, ni un rublo, ni un kopeck», decían.
La protesta se hizo pública a través de Internet, dando pie a acciones similares en el resto del país. Entonces, el gobernador de la ciudad, Veniamin Kondratyev, señaló que había recibido muchas quejas por el impago de los bonos y ofreció investigar, con el propósito de que la promesa del presidente Vladimir Putin se cumpliera.
La investigación condujo a un médico jefe: Sergei Smirnov, a quienes las autoridades de Krasnodar encontraron culpable del impago de las bonificaciones por no completar la documentación pertinente. Smirnov fue despedido.
Sin embargo, la desincorporación del médico Smirnov levantó protestas entre el personal sanitario. Los manifestantes -entre los que se contaba un grupo de enfermeras- señalaron que gracias al doctor Smirnov el personal contaba con el equipo de protección necesario. «Sin él, el trabajo se detendrá», señalo una de las enfermeras.
Promesas de abril
El presidente ruso prometió en abril que se pagarían hasta 1.100 dólares mensualmente para cada médico, enfermera o trabajador del sector sanitario involucrado en la lucha contra la COVID-19. Sin embargo, más de un mes después, la bonificación es inexistente para muchos.
Algunos críticos señalan que el Kremlin cuenta con los recursos suficientes para cumplir la promesa de la bonificación. Dicen que, por ejemplo, el gobierno tiene un fondo de 500.000 millones (no aclararon si de rublos, de euros o dólares) para atender situaciones críticas.
No obstante, algunos funcionarios se tomaron la libertad de hacer deducciones por el tiempo que los profesionales sanitarios dedicaban a pacientes que no tenían la COVID-19 o «simplemente robaron el dinero».
Entretanto el impago de las bonificaciones desató la furia del presidente ruso, que en una vídeoconferencia acusó a muchos funcionarios de que no habían ejecutado la orden de la bonificación. “Hicieron un desastre burocrático, contando la cantidad de horas trabajadas en algún tipo de reloj. ¿Te dije que contaras con un reloj o algo así? ¡No!», fueron las palabras de Putin.
Igualmente, señaló que en ocasiones anteriores en 29 regiones ignoraron su orden y que más de la mitad de los profesionales sanitarios no habían recibido la bonificación. Luego, amenazó con que él verificaría personalmente la ejecución del pago de los bonos en todas las regiones de Rusia.
Impago de bonificaciones
Pero la orden sí se ha cumplido en otras regiones, como en la reciente anexionada Crimea. La oficina del fiscal en la capital señaló que se habían investigado las quejas por falta de pago, se encontró que eran justificadas, por lo que se ordenó a las autoridades locales pagar los bonos.
Mientras, en otras regiones como Nizhny Nóvgorod, los profesionales sanitarios no han recibido el dinero prometido y el ministro de salud regional acusó a la oposición de exponer los fracasos burocráticos, lo que calificó como muy «inmoral».
Rusia es el tercer país más afectado por la COVID-19 actualmente, con más de 350.000 casos y casi 4.000 muertes. La promesa de Vladimir Putin de los bonos en efectivo de hasta 1.00 dolares pudo aliviar a un personal sanitario exhausto y disgustado.
Con lo que no se contaba era que la maquinaria burocrática y la corrupción han dado cancha para el impago de las bonifiaciones. Algunos críticos consideran que Vladimir Putin verá resentida su popularidad luego de la pandemia.
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