El uso de dispositivos electrónicos con pantallas en niños y jóvenes ha creado un intenso debate entre la comunidad científica. Mientras algunos dicen que no afectan en lo absoluto en su desarrollo, otros coinciden en que sí genera un deterioro cognitivo, especialmente en los más pequeños. Para intentar salir de dudas un grupo de expertos hicieron públicas sus conclusiones, en las que reflejan las influencias negativas de la constante exposición a los aparatos digitales en las primeras etapas de desarrollo.
La fonoaudióloga María Fernanda Lara, docente y secretaria general de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) es una de las que opina que el uso de las pantallas tiene un impacto negativo. Según la experta, los niños y jóvenes que pasan más de 2 horas diarias frente a los dispositivos digitales como televisión, tabletas o celulares son menos curiosos.
Además, asegura que tienen menor autocontrol y estabilidad emocional, presentan el doble de probabilidad de padecer trastornos psicológicos como la depresión y ansiedad, y pueden tener mayores problemas para relacionarse con otros niños o completar sus tareas y actividades.
Los niños y jóvenes prefieren las pantallas
Los dispositivos digitales son ahora omnipresentes en las vidas de los niños y adolescentes. Suelen utilizarlos para ver sus programas favoritos, escuchar música y hasta para hacer sus tareas. Esta vehemente exposición «podría afectar a su desarrollo cognitivo y comunicativo», insiste Lara.
Quienes nacieron de hace 15 años para acá son nativos digitales. Nacieron en pleno auge del Internet y suelen realizar menos actividad física, lo cual reduce la tasa del metabolismo y son más propensos a la obesidad. Sus padres, hermanos y demás familiares utilizan varios dispositivos en su rutina. Es común para ellos vivir rodeado de teléfonos, televisiones y computadoras. Por ello, es más difícil privarles su uso.
Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que los niños entre los 11 y 12 años emplean pantallas durante más de 2 horas diarias. Mientras que los jóvenes cercanos a los 17 años invierten cerca de 2,5 horas diarias en ver televisión. Al respecto, la experta indica que la edad en la que mayor es el peligro de caer en un uso excesivo de pantallas, y en la cual puede haber mayores repercusiones, está cerca de los 17 años. Es decir, no solo afecta gravemente a los más pequeños.
Los niños y jóvenes que superan el tiempo que deberían estar frente a las pantallas muestran signos como irritabilidad, sobre todo cuando se les intenta apartar del dispositivo. También tienen un estado de ánimo bajo cuando no están conectados, porque «lo necesitan».
La mayoría de ellos tiene un desempeño escolar más bajo, ya que tienden a perder más asignaturas y a repetir más cursos por estar más tiempo expuestos a distracciones. Presentan problemas comunicativos y se ven efectos asociados con la hiperactividad, pues no logran terminar sus tareas ni concentrarse en una actividad específica, según la docente.
El abuso de pantallas afecta la vista y la audición
Por su parte, Liliana Neira, fonoaudióloga, especialista en Audiología, magíster en Lingüística Española y profesora en la UNAL, señala que el uso de dispositivos con pantallas está ligado casi exclusivamente al uso de la vista. Sin embargo, también podría afectar la audición ya que los niños que ven sus programas favoritos también reciben estímulos auditivos. Asimismo, advierte que si pasan más de una hora al día en las pantallas están más expuestos a actividades auditivas con un alto impacto de volumen.
Muchos de los niños y adolescentes que usan pantallas constantemente también utilizan auriculares. Estos tienden a subir el volumen por encima del 50% de la capacidad del dispositivo con el fin de opacar ruidos externos o del ambiente. «Esto genera deterioro temprano de la audición, indica Neira. «Cuando las personas reciben constantemente estímulos auditivos, aparecen síntomas como el tinnitus y la fatiga auditiva. También dolor de cabeza y cansancio generalizado, que no se recuperan solo con las horas de sueño”, explicó la especialista.
Otros estudios reflejan un impacto negativo del uso de pantallas
En los últimos años varios estudios han encontrado asociaciones negativas con el excesivo tiempo de ocio que les dedican. Investigadores de la Universidad de Calgary revelan que los niños que abusan de pantallas tardan más en realizar tareas como decir una frase de cuatro palabras o meter cuentas en una cuerda.
El estudio publicado en JAMA Pediatrics (de la Asociación de Médicos de EE UU) expone que el desarrollo infantil se despliega rápidamente en los primeros cinco años de vida. Este es un período crítico de crecimiento y maduración. «Cuando los niños pequeños están observando pantallas, pueden perder oportunidades importantes para practicar y dominar las habilidades interpersonales, motoras y de comunicación», explican los autores. Incluso en niños más grandes, de unos 10 años, también parecen lastrar su desarrollo cognitivo.
Entre los niños analizados, el pico de uso de pantallas se dio a los tres años, antes de siquiera entrar a la escuela. Tenían 25 horas semanales de media. Los resultados de este estudio encuentran una asociación direccional entre el tiempo de pantalla y el desarrollo infantil.
Cuánto tiempo deberían dedicarle los niños a las pantallas
La Asociación Americana de Pediatría y la OMS han elaborado algunas guías para padres y profesionales. Allí exponen sus recomendaciones de uso de los dispositivos digitales en función de la edad de los niños y jóvenes. Entre sus principales conclusiones aseguran que deben seguir la regla 20-20-20. Es decir, asegurarse de mirar objetos situados a unos unos 6 metros, cada 20 minutos y durante, al menos, 20 segundos. En el caso de niños pequeños, es conveniente fijar algún tipo de alarma o recordatorio que lo obligue a levantar su mirada.
Para los niños menores de 18 meses deben evitar el uso de pantallas digitales. Excepto en videoconferencias, donde pueden aparecer sin problema. Hasta los 24 meses pueden usarlas solo con programas educativos. Pero un adulto siempre debe estar presente. Mientras menos tiempo le dediquen a los dispositivos será mejor para ellos.
En niños de 2 a 5 años hay que limitar el uso de las pantallas a 1 hora al día. Siempre y cuando sea con un programa educativo de alta calidad, recomendando que el adulto interactúe con ellos y le ayude a comprender el contenido. De igual forma, lo más recomendado es pasar el menor tiempo posible en sus pantallas.
A partir de los 6 años deben establecer límites de tiempo y apagar los dispositivos cuando no se estén utilizando. Asimismo, evitar las pantallas una hora antes de ir a la cama y evitar su uso como estrategia usual para calmar al niño.