El Salto de Chira es el nombre de un polémico proyecto hidroeléctrico de bombeo reversible que pretende levantarse en el corazón de Gran Canaria. La propuesta, que pone a prueba la resistencia de vecinos y activistas, llegó a Bruselas. Traspasó las fronteras del archipiélago y las de Estado español. Organizaciones ambientales agotadas de no recibir atención de las autoridades locales acuden de la Comisión Europea.
La iniciativa hidroeléctrica es impulsada por el Cabildo de Gran Canaria y Red Eléctrica Española. Ajenos a la verdad, sus voceros han exaltado el proyecto como parte del plan de descarbonización antes de 2040.
Del proyecto del Salto de Chira surgen dos interrogantes. Una, ¿dónde almacenar la energía cuando se consume menos de la que se produce y de dónde obtendrá agua cuando no llueva? Para lograrlo, el Salto de Chira utilizará dos embalses ya construidos en el centro de Gran Canaria –las presas de Chira y Soria–, además de una desaladora en la costa. El fin es crear un espacio pionero de almacenaje de renovables para el archipiélago, conectando los dos embalses y utilizando la energía potencial para producir electricidad. Implica una inversión de 400 millones de euros.
Desde IDOM, la empresa internacional de servicios profesionales de consultoría, ingeniería y arquitectura escogida para adelantar el proyecto, se asegura que es “una Infraestructura esencial para avanzar hacia la sostenibilidad del modelo energético canario basado en las energías renovables”. El impacto ambiental es lo que mantiene en alerta a los vecinos y ambientalistas. Y llevaron sus argumentos a la Comisión Europea ante su fracaso antes las autoridades de Gran Canaria. No han conseguido que los representantes insulares y los diferentes gobiernos del Estado los escuchen.
El polémico proyecto hidroeléctrico en Gran Canaria
Representantes de la plataforma ciudadana Salvar Chira-Soria se han reunido con diputados y funcionarios europeos en Bruselas. Desean que la CE se haga eco de la preocupación por los terribles daños ambientales e impida levantar el proyecto hidroeléctrico en Gran Canaria que lleva en proceso de tramitación más de una década.
«Es una vergüenza que esta instancia, que agrupa a varias organizaciones ambientales y ha reunido más de 35.000 firmas, no haya tenido interlocución con las instituciones para tratar un proyecto insostenible que solo se entiende desde el punto de vista del pelotazo», dijo el eurodiputado Miguel Urbán.
Los vecinos confían en que las reuniones con altos representantes logren enterrar el proyecto energético. «Por fin una administración atiende a sus ciudadanos. Ni las administraciones canarias ni españolas nos habían atendido. Esperamos que entienda que la ciudadanía canaria cuestiona que se conceda una excepción para este proyecto», señala José Luis Porta, miembro de la plataforma Salvar Chira-Soria.
Afecta espacios protegidos de la Red Natura 2000
Pedro Pablo Medina Sánchez, de la plataforma, dijo que han ido que a «los juzgados a recabar toda la información y hemos constatado que el proyecto es inviable. «Es imposible que las 2.500 personas que residen en la cuenca hidrográfica del Barranco de Arguineguín viva en el sitio durante los diez años que durarían las obras”, aseguró.
La gestión de la central hidroeléctrica quedó en manos de Red Eléctrica Española y en 2020 el Ministerio para la Transición Ecológica pidió a la Comisión Europea una excepción de la normativa europea que impide que los gestores de redes de distribución de electricidad gestionen y exploten instalaciones de almacenamiento de energía. La respuesta de Bruselas aún no ha llegado. Los activistas esperan que la balanza se decante a favor del medioambiente, no de las ganancias pecuniarias.
La plataforma Salvar afirma que el proyecto no contribuye a la descarbonización ni tiene nada que ver con el cambio climático. Compraría la electricidad de la propia red y contaminaría 250.000 vehículos en circulación, sin contar la larga fase de construcción. «Además, causará enormes daños ambientales. Ya acabaron con los bosques, ocuparon todo el litoral costero y ahora quieren industrializar las medianías. Están convirtiendo a Gran Canaria en un erial, incluso se atreven a decir que el barranco de Arguineguín está antropizado», argumentan.
El proyecto afecta cinco espacios protegidos de la Red Natura 2000 y parte de la Reserva de la Biosfera: ZEC Franja Marina de Mogán, ZEC Macizo de Tauro II, ZEC y ZEPA de Tauro, ZEC El Nublo II y ZEPA Ayagaures y Pilancones, la mayor reserva de biodiversidad de Gran Canaria.
Interés económico vs interés ambiental
El proyecto hidroeléctrico Salto de Chira en Gran Canaria, almacenará energía verde a cambio de causar graves daños irreversibles al ecosistema. El medioambiente será devastado. Una flora y fauna tan ricas y únicas se resentirán, manifiesta el texto de la plataforma Salvar Chira-Soria. Desde la zona bajo media –con tabaibas, cardones, aulaga, balo, tarajales y saos– hasta la zona media alta –con palmerales, tabaiba morisca, retama amarilla, escobón, incienso blanco, leñabuena, jaguarzos– y la zona alta –con endemismos como el drago, la leñanoé, la corregüela leñosa, la dama y la magarza–.
También los reptiles (lagarto gigante de Gran Canaria, lisa grancanaria y perenquén), el bombón negro (pimelia de las arenas), el cigarrón palo de Gran Canaria, aves como el tajose, la calandria, pájaro moro, camachuelo trompetero, murciélago de montaña, guincho, tajose, picapinos de Gran Canaria, cuervo canario y aves en peligro de extinción como el halcón tagarote y el pinzón azul de Gran Canaria.
Ningún interés económico justifica la industrialización deel Barranco de Arguineguín por sus elevados valores geológicos, culturales, botánicos y paisajísticos.