Olas de calor peligrosas y sin precedentes aumentarán a medida que se intensifique la crisis climática, y serán particularmente devastadoras en los países y regiones menos preparados para estos fenómenos climáticos extremos, según revela un nuevo estudio.
Vikki Thompson y sus colegas utilizaron estadísticas de valores extremos. Un método para estimar los períodos de retorno de eventos raros, y grandes conjuntos de datos de modelos climáticos. Así como observaciones para identificar las regiones del mundo donde es más probable que se rompan los récords de temperatura más rápidamente. Y, por ello, las comunidades con el mayor riesgo de experimentar calor extremo.
Identificaron a Afganistán, Papúa Nueva Guinea y países de América Central. Incluidos Guatemala, Honduras y Nicaragua, como «puntos calientes» para las olas de calor de alto riesgo.
Estas regiones son particularmente vulnerables debido al rápido crecimiento de sus poblaciones y al acceso limitado a la atención médica. También a las limitaciones en el suministro de energía, lo que socava su resistencia a las temperaturas extremas, señala la investigación.
Las regiones menos desarrolladas son, por lo tanto, más frágiles y menos propensas a tener niveles adecuados de preparación para olas de calor extremas, indica el informe publicado en Nature Communications.
Los autores también sugieren que las olas de calor peligrosas podrían ocurrir en cualquier parte del mundo. Descubrieron que extremos estadísticamente inverosímiles, como la ola de calor del oeste de América del Norte de 2021, ocurrieron en el 31% de las regiones evaluadas.
«Existe evidencia de que esas regiones bien podrían sufrir una gran ola de calor y no estarían preparadas para ello», argumentó Dann Mitchell. Profesor de ciencias atmosféricas en la Universidad de Bristol en el Reino Unido y coautor del estudio.
Regiones con mayor riesgo de registrar olas de calor
La amenaza que enfrenta Afganistán es particularmente grave, comentó Mitchell a CNN. No solo existe un alto potencial de calor extremo sin precedentes, sino que los impactos se intensificarán por las enormes dificultades que ya enfrenta el país, adicionó.
Afganistán se enfrenta a terribles problemas sociales y económicos. También tiene una población creciente que está cada vez más expuesta a los problemas de recursos limitados, según el informe. “Cuando finalmente llega una ola de calor realmente extrema, inmediatamente habrá muchos problemas”, refirió Mitchell.
Las olas de calor tienen un impacto negativo de gran alcance en las regiones identificadas en el estudio. Reducen la calidad del aire, empeoran la sequía, aumentan el riesgo de incendios forestales y pueden hacer que la infraestructura se derrumbe.
También tienen un alto costo para la salud humana, y el calor extremo es uno de los desastres naturales más mortíferos. El golpe de calor o el agotamiento por calor pueden desencadenar una amplia gama de síntomas peligrosos, que incluyen dolores de cabeza, mareos, náuseas y pérdida del conocimiento, entre otros.
El golpe de calor es la enfermedad más grave relacionada con el calor, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Se caracteriza porque la temperatura corporal se dispare en cuestión de minutos. Y puede provocar una discapacidad permanente o la muerte.
Varias regiones ya han visto temperaturas sin precedentes este año. En marzo, partes de Argentina lidiaron con temperaturas de hasta 10 grados centígrados por encima de lo normal. Mientras que en abril se batieron récords de altas temperaturas en gran parte de Asia.
“Las olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos se intensificarán a medida que el mundo siga quemando combustibles fósiles”, dijo Friederike Otto. Climatóloga del Instituto Grantham para el Cambio Climático del Imperial College de Londres.
Partes de China y Europa también en riesgo
Ningún lugar es seguro, afirmó el informe. Encontró que las olas de calor «estadísticamente inverosímiles», aquellas que se alejaron mucho de la norma histórica, ocurrieron entre 1959 y 2021 en alrededor del 30% de las regiones evaluadas.
Estos incluyen la ola de calor del noroeste del Pacífico de 2021, donde los récords de alta temperatura se rompieron. Y mataron a cientos de personas. En Lytton, Columbia Británica, las temperaturas alcanzaron un máximo de poco menos de 50 grados Celsius en junio de 2021, rompiendo el récord anterior en casi 5 grados. El pueblo fue destruido casi por completo por un incendio forestal solo unos días después.
Los científicos determinaron que el evento hubiera sido casi imposible sin el cambio climático. Partes de China, incluido Beijing, y países europeos, como Alemania y Bélgica, también enfrentan un alto riesgo, dijo el informe.
Los millones de personas que viven en estas regiones densamente pobladas podrían verse gravemente afectadas por las olas de calor. Incluso si es más probable que estos países cuenten con recursos para mitigar algunos de los peores impactos.
El informe hace un llamado a los gobiernos de todo el mundo para que se preparen para eventos de calor que van mucho más allá de las temperaturas récord actuales. Como la instalación de centros de enfriamiento y la reducción de horas para quienes trabajan al aire libre.
Existen muchas políticas que los gobiernos pueden implementar para salvar vidas, dijo Otto, que incluyen “preparar planes de manejo de olas de calor, garantizar y probar que se implementen. Así como informar al público sobre olas de calor inminentes y proteger a las personas que son vulnerables a los impactos de las olas de calor”.
Temperaturas extremas y mortales
Los eventos de calor sin precedentes son cada vez más probables a medida que el mundo continúa quemando combustibles fósiles, destacó Lucas Vargas Zeppetello. Científico de la Universidad de Harvard, cuya investigación de 2022 encontró que los niveles peligrosos de calor se triplicarán en todo el mundo para fines del siglo.
“Por definición, no sabemos qué podría pasar si grandes poblaciones están expuestas a un estrés de calor y humedad sin precedentes”, dijo Vargas Zeppetello. “Pero las olas de calor en las últimas décadas ya han sido extremadamente mortales y hay una causa seria para preocupación en el futuro”.