Científicos identificaron las neuronas que regulan la potencia de la respuesta inmune, las células cerebrales que dosifican la inflamación/desinflamación durante una reacción inmunológica.
Un estudio conducido por Hao Jin, del Instituto Nacional de Alergias de Estados Unidos, identificó en el tronco encefálico las células que detectan señales inmunitarias de la periferia del cuerpo y actúan como reguladores de la respuesta inflamatoria. Un proceso en el cual es esencial el nervio vago. Se sabía que el nervio vago influía en la respuesta inmune, pero no se habían identificado las neuronas específicas que se activan por estímulos inmunitarios. «Eran difíciles de alcanzar hasta ahora», dijo Jin, neuro-inmunólogo del Instituto Nacional de Alergias de Estados Unidos.
El experimento
Los hallazgos del equipo de Jin publicados por Nature sugieren que el cerebro mantiene un delicado equilibrio entre las señales moleculares que promueven la inflamación y las que la amortiguan. Un descubrimiento que puede conducir a tratamientos para enfermedades autoinmunes y otras afecciones causadas por una excesiva respuesta inmune. Al detectar un agente extraño, el sistema inmunológico desata una avalancha de células inmunitarias y compuestos que promueven la inflamación, entre otras reacciones de protección. La respuesta inflamatoria debe controlarse con precisión. Si es demasiado débil, el organismo corre un mayor riesgo de infectarse; si es demasiado fuerte, puede dañar los propios tejidos y órganos del cuerpo..
El experimento que permitió el hallazgo se hizo con ratones. Se monitoreó la actividad de las células cerebrales después de inyectar a los ratones compuestos bacterianos en el abdomen. Al desencadenarse la respuesta inmune de inflamación, identificaron un grupo de neuronas que se activaban en el tronco del encéfalo en respuesta a los desencadenantes inmunitarios. La activación de las neuronas se redujo con un fármaco. Cuando se inhibió las neuronas de forma artificial, se desató una respuesta inmune descontrolada, con una producción de moléculas inflamatorias 300 % más elevada que la respuesta que mostraron los ratones cuyas neuronas encefálicas no fueron intervenidas.
Estas células nerviosas actúan como “un reóstato en el cerebro que garantiza que la respuesta inflamatoria se mantenga dentro de los niveles apropiados”, dijo Charles Zuker, coautor del estudio y neurocientífico de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
El gran controlador de los órganos
El vago es una gran red de fibras nerviosas que une los principales órganos del cuerpo con el cerebro. Se origina en el tronco cerebral, más o menos detrás de las orejas y se extiende por cada lado del cuello, cruza el pecho y llega hasta el abdomen. Conecta el cerebro con el corazón, los pulmones, el estómago, los intestinos, el páncreas, el hígado, los riñones, el bazo y la vesícula.
“El nervio vago en toda su extensión reporta al cerebro lo que pasa en todos los órganos», describió a la BBC Kevin Tracey, presidente del Instituto Feinstein de Nueva York y un pionero en el estudio de este nervio.
El tronco encefálico -dividido en bulbo raquídeo, puente y mesencéfalo- tiene funciones específicas. El bulbo raquídeo controla la función respiratoria, el sistema cardiovascular y la actividad digestiva y gastrointestinal. El puente, el control y equilibrio del cuerpo y el mesencéfalo los movimientos oculares y la información auditiva.
Ruslan Medzhitov, inmunólogo de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, sostiene que identificar que las neuronas responsables de las reacciones del sistema inmune están en el tronco encefálico a través del nervio vago «demuestra que hay toda una capa de biología que ni siquiera habíamos previsto».
El próximo paso
Experimentos adicionales revelaron dos grupos discretos de neuronas en el nervio vago: uno que responde a moléculas inmunes proinflamatorias y otro que responde a moléculas antiinflamatorias. La neuronas transmiten sus señales al cerebro, lo que le permite monitorear la respuesta inmune a medida que se desarrolla.
El próximo paso será encontrar formas de controlar la reacción/comunicación de esta red entre los órganos del cuerpo y el cerebro, lo cual ofrecería un enfoque para reparar las respuestas inmunitarias rotas en diversas afecciones. Se abriría un campo para tratar o prevenir las enfermedades autoinmunes.
La psiconeuroinmunóloga Marianela Castés, sostiene que una de las características centrales de un sistema inmune sano es “la capacidad de reconocer lo propio y lo no propio”. Si esa capacidad se daña, el sistema inmune comienza a atacar al propio cuerpo y surgen afecciones como la tiroiditis, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide y la púrpura trombocitopénica.
Hay evidencias de que las terapias dirigidas al nervio vago pueden tratar enfermedades como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide. Incluso los efectos del denominado COVID-19 prolongado. Charles Zuker supone que apuntar a las neuronas vagales específicas que transportan señales inmunes podría funcionar en las personas.
Recomendaciones para mantener sano el nervio vago
- Practica ejercicios de respiración. La respiración profunda, donde inhalas por la nariz expandiendo el abdomen y exhalas lentamente por la boca contrayéndolo. La respiración diafragmática, en la que expandes el abdomen más que el pecho al inhalar y luego exhalas lentamente. Y la respiración 4×4, donde inhalas 4 segundos, retienes el aire durante 4 segundos, exhalas durante 4 segundos y mantienes los pulmones vacíos durante 4 segundos.
- Realiza ejercicios de estimulación. El nervio vago se estimula de maneras muy singulares. Ya que su primer tramo pasa por la garganta, hacer gárgaras de agua tibia durante 30 segundos varias veces al día lo mantiene saludable. Cantar también es una actividad que le encanta a este nervio responsable de la respuesta inmune. Los masajes faciales, aplicando presión suave con los dedos en la cara y el cuello le agradan a esta compleja estructura. Otra cosa que le cae de lo mejor a este nervio es la exposición a la luz solar porque regula la producción de melatonina, una hormona que influye en las funciones del nervio vago.
- Mantén hábitos saludables. No solo para el nervio vago, sino para la salud en general, es recomendable mantener una dieta equilibrada con alimentos ricos en prebióticos, probióticos y ácidos grasos omega-3. Mantén una actividad física regular con ejercicios de intensidad moderada como caminar, nadar o andar en bicicleta. Practica yoga, meditación o mindfulness para mantener a raya al estrés. Cuida la calidad del sueño; duerme entre 7 y 8 horas cada noche.Y evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco.