En la búsqueda por revertir el uso masivo y nocivo de los combustibles fósiles, un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de California tiene buenas noticias por compartir. Han buscado en el océano lo que podría ser una fuente de biocombustible apta y masiva: las algas marinas
Científicos del Instituto Wrigley de la USC llevan tiempo en las profundidades y superficies de océanos y mares ideando un nuevo biocombustible de alto rendimiento, natural y amigable con el ambiente.
Los biocombustibles son una mezcla de sustancias orgánicas que se emplean en los motores de combustión interna. Derivan de la biomasa, que surge del aprovechamiento de la materia orgánica o industrial formada en algún proceso biológico, espontáneo o provocado.
Estos investigadores han desarrollado una técnica de acuicultura, que aumenta drásticamente el crecimiento de algas marinas y produce cuatro veces más biomasa que los procesos naturales. La técnica emplea un artilugio llamado «elevador de algas». Consiste en subirlas y bajarlas a diferentes profundidades para optimizar la exposición a la luz solar y el suministro de nutrientes.
En la actualidad hay muchos biocombustibles terrestres capaces de impulsar automóviles, aviones, barcos y camiones. Se obtienen de cultivos agrícolas producidos en masa como el maíz, la soja y la hierba varilla. Pero hay varios problemas. Por un lado, el uso de un espacio limitado de tierra que proporciona alimentos. La necesidad de grandes cantidades de agua, la contaminación de pesticidas y fertilizantes. Y la invasión de hábitats de biodiversidad poco común.
Biocombustible a partir de algas marinas gigantes
Señala la investigación, publicada en Science Alert que confiar en las algas marinas gigantes no solo evita estos problemas, sino que la biología de las algas también es más adecuada para su uso como biocombustible.
Estas algas gigantes (Macrocystis pyrifera) pueden crecer a una velocidad impresionante: hasta 35 cm al día, en condiciones ideales. Pueden alcanzar metros de largo. Además, su composición molecular carece de la sólida lignina vegetal que complica el proceso de conversión de cultivos terrestres en combustible.
Asimismo, el cultivo de algas también captura dióxido de carbono. Esto, a su vez eleva los niveles de pH y el suministro de oxígeno en las áreas inmediatas. Lo que ayudando a mitigar los efectos locales de la acidificación del océano.
“Forjar nuevas vías para producir biocombustible requiere demostrar que los nuevos métodos y materias primas funcionan. Este experimento denota que las algas marinas se pueden manejar para maximizar el crecimiento”, dijo Diane Young Kim, del Instituto Wrigley de la USC y profesora de estudios ambientales en la USC Dornsife.
La investigación también se publicó en la revista Renewable and Sustainable Energy Reviews. Los científicos de USC Dornsife y la empresa Marine BioEnergy en La Cañada (California) construyeron el sistema experimental para el estudio. Y actualmente están diseñando la tecnología para granjas de algas marinas en mar abierto.
¿Libres de combustibles fósiles?
Antes del experimento, no estaba claro si las algas podrían absorber eficazmente los nutrientes en las profundidades. El estudio revela que las algas marinas encontraron todo lo que necesitaban para prosperar cuando se sumergieron en aguas profundas por la noche. Igualmente importante, las algas pudieron soportar la mayor presión bajo el agua.
«Una vez implementadas, las granjas de algas gigantes con ciclos de profundidad, podrían producir biocombustible asequible. Y neutro en carbono durante todo el año», dijo Brian Wilcox, cofundador e ingeniero jefe de Marine BioEnergy.
Por otra parte, Cindy Wilcox, cofundadora y presidenta de Marine BioEnergy visualiza un futuro libre de combustibles fósiles. Estima que se necesitaría una porción de océano del tamaño de Utah, equivalente a solo el 0,13% del océano Pacífico, para producir suficiente biocombustible de algas marinas. Esta porción reemplazaría el 10% del petróleo consumido anualmente en Estados Unidos.
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