La COVID-19 es una pandemia que no solo amenaza la vida y el sustento de pueblos de todo el mundo sino es también una crisis política que atenta contra el futuro de la democracia liberal, de acuerdo a IDEA Internacional (Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral).
En un documento señala que los regímenes autoritarios están usando la crisis para silenciar a sus críticos y endurecer su control político, mientras algunos gobiernos electos en forma democrática concentra poderes de emergencia que restringen los derechos humanos y refuerzan, obviando las restricciones legales, la supervisión parlamentaria o los marcos temporales para la restauración del orden constitucional.
“La represión no ayudará a controlar la pandemia. Acallar la libertad de expresión, encarcelar a los disidentes pacíficos, suprimir la supervisión parlamentaria y posponer las elecciones indefinidamente no harán nada por proteger la salud pública. Muy por el contrario estos ataques a la libertad, la transparencia y la democracia harán que para las sociedades resulte más difícil responder rápida y eficazmente a la crisis mediante la acción tanto gubernamental como cívica”.
Recuerda que no es ninguna coincidencia que la actual pandemia estallara en un país sin libre flujo de información y donde el gobierno castigó a quienes advirtieron del peligro del SARS-CoV-2.
La organización intergubernamental señala que la democracia es el sistema de gobierno más idóneo con que enfrentar una crisis de la magnitud y la complejidad de la COVID-19, al sustentarse en activos como los flujos creíbles y libres de información, el debate en torno a las opciones de política con base en los hechos, la auto organización voluntaria de la sociedad civil y la libre interacción entre el gobierno y la sociedad, “todos elementos claves de la democracia liberal”.
Medio de comunicación libres
IDEA Internacional sostiene que solo al defender la democracia las sociedades pueden construir la confianza mutua que “les permite perseverar en una crisis, conservar la resiliencia nacional ante la adversidad, sanar las profundas divisiones sociales mediante la participación inclusiva y el diálogo, y conservar la confianza en que los sacrificios serán compartidos y que los derechos de todos los ciudadanos serán respetados”.
“Es solo a través de la democracia que la sociedad civil independiente, mujeres y jóvenes inclusive, puede empoderarse para que se asocie con las instituciones públicas y asista en el suministro de servicios, ayude a mantener a la ciudadanía informada e involucrada, y apuntale el estado de ánimo social y una idea de objetivo común”.
También es solo por la vía democrática que los medios de comunicación libres pueden desempeñar su papel de informar a la gente para que de manera sólida puedan tomar decisiones personales y familiares, escrutar a las instituciones gubernamentales y públicas, y contrapesar la desinformación que busca dividir a las sociedades. Y puedan alcanzar un equilibrio sostenible entre necesidades y prioridades rivales como luchar contra la propagación del virus y la protección de la seguridad económica, por ejemplo.
Subraya que solo en las democracias el estado de derecho protege las libertades individuales de las restricciones que pueda imponer el Estado y los sistemas de rendición de cuentas públicas pueden monitorear y limitar los poderes de emergencia de los gobiernos.
Defender la democracia
El documento de IDEA Internacional señala, no obstante, que la democracia no garantiza un liderazgo competente y una gobernanza eficaz, porque si bien las democracias predominan entre los países que han actuado con mayor eficacia para contener al virus, hay otras que actuaron deficientemente en su respuesta a la pandemia.
“Las democracias que tienen un desempeño deficiente debilitan aún más a la sociedad y crean vías de entrada para los regímenes autoritarios. Sin embargo, la mayor fortaleza de la democracia es su capacidad para corregirse a sí misma. La crisis de la COVID-19 es una alarmante llamada de atención, una advertencia urgente de que las libertades que valoramos se encuentran en riesgo y que no debemos darlas por sentado. Es a través de la democracia que los ciudadanos y sus líderes electos pueden aprender y crecer. Nunca fue más importante hacerlo”.
Agrega que la crisis de la COVID-19 es vista por los regímenes autoritarios como un nuevo campo de batalla político, “en su lucha por estigmatizar la democracia como débil y revertir su avance en las últimas décadas».
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