El índice Ibex 35 de la Bolsa de Madrid mantenía sus registros negativos durante la jornada del jueves, a pesar de un buen comportamiento en la apertura, motivado a una importante caída del sector bancario tras recibir un revés judicial relativo al pago de un impuesto ligado a las hipotecas en España.
Los bancos caían en bloque. Los dos gigantes del sector, Santander y BBVA perdían 2,02 y 2,66, respectivamente. Otras entidades de menos peso registraban retrocesos mucho más severos gracias a que sus acciones no tienen cotizaciones tan altas como los dos primeros.
En este sentido, Sabadell se dejaba 6,18 y Bankia 6,29. Mientras tanto, Caixa Bank y Bankinter perdían en torno al 4 por ciento.
El comportamiento del resto del selectivo fue positivo, con números verdes en la mayor parte de las acciones, pero no fue suficiente para evitar las caídas.
Incluso los valores de peso presentaron buenos resultados, como Inditex que subió 0,45 por ciento, Telefónica con un aumento de 0,62 por ciento, Iberdrola con su incremento de 0,61 por ciento y Repsol que mejoró 0,61 por ciento.
Por otra parte, la víctima de esta semana en la bolsa española, DIA, repuntó un 5,04 por ciento. En la víspera, la cadena de supermercados acumulaba una contracción mayor al 50 por ciento tras tan solo tres días de haber realizado un ‘profit warning’.
Como resultado global, el Ibex 35 se ponderaba en 8.944,30 y presentaba un retroceso de 0,59 por ciento con respecto a la jornada anterior. Mientras tanto, el índice de grandes valores europeos, FTSE Eurofirst 300 subía un 0,32 por ciento.
Ibex 35 lastrado por las hipotecas
La sentencia judicial, dictada por el Tribunal Supremo español, que impulsó la caída de los bancos fue relativa a las hipotecas. Consiste en que sean las entidades bancarias y no sus clientes quienes deban hacerse cargo de los impuestos de actos jurídicos documentados al momento de constituir hipotecas.
El fallo abre la puerta a que las personas con hipotecas de los últimos cuatro años reclamen esta tasa a las entidades financieras. Ni el Banco de España ni la asociación española de banca AEB pudieron calcular inmediatamente una estimación de los potenciales costes.
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