El desbordante avance de centros de datos intensivos en energía y fábricas de tecnología limpia, se han convertido en una seria amenaza para las redes eléctricas. La inesperada situación pone a las empresas de servicios públicos y a los reguladores en aprietos ante una eventual contingencia o estrechez de la oferta.
Cifras de la Administración de Información Energética de Estados Unidos aseguran una cobertura holgada en cuanto a la oferta de energía para este año. Al menos en los planes oficiales, se dispone de energía suficiente para acompañar el crecimiento económico esperado de 1,4% para 2024 y los amplísimos proyectos de desarrollo.
El organismo de estadística y de análisis del Departamento de Energía indica que la “combinación de fuentes de energía utilizadas para generar electricidad está evolucionando hacia recursos energéticos renovables y alejándose de los combustibles fósiles. No habla de dificultades por la expansión de esas tecnologías.
En el sector eléctrico estadounidense preocupa la posibilidad de que el país presente algunas dificultades o cuellos de botella en el suministro. Las incertidumbres surgen porque la red eléctrica de EE UU está envejecida. Necesita inversión, mantenimiento y renovación de equipos. Asimismo el magnate de la tecnología Elon Musk afirmó que EE UU no está preparado para quedarse sin electricidad y sin transformadores para la inteligencia artificial en 2025.
Red eléctrica EE UU envejecida y sobreexigida
¿Puede EE UU prolongar la vida de su red eléctrica, al tiempo que se mantiene la sostenibilidad ecológica? El surgimiento de nuevas tecnologías significa que la demanda de energía está aumentando. «En Georgia, la demanda de energía industrial aumentan a niveles récord. Y la proyección del uso de electricidad para la próxima década es 17 veces mayor que hace poco», dijo Evan Halper. Agregó que el norte de Virginia necesita el equivalente a varias grandes plantas de energía nuclear para dar servicio a los nuevos centros de datos. Texas enfrenta un problema similar al de Georgia.
La demanda está dando lugar a una «lucha para tratar de exprimir más una red eléctrica envejecida». Al mismo tiempo, las empresas están «presionando a los clientes comerciales a hacer todo lo posible para bloquear las fuentes de energía, como construir sus propias plantas de energía», precisó el experto.
Gran parte de esta situación se relaciona con la «rápida innovación en inteligencia artificial, que está impulsando la construcción de grandes almacenes de infraestructura informática», adicionó. Esta infraestructura requiere mucha más energía que los centros de datos tradicionales, y las granjas de cifrado también consumen enormes cantidades de energía.
El cambio climático también está perjudicando los esfuerzos de sostenibilidad y las garantías del servicio eléctrico.
IA, fábricas de tecnología limpia y crisis climática
Un informe reciente de la Corporación de Confiabilidad Eléctrica de América del Norte estima que más de 300 millones de personas en EE UU y Canadá podrían enfrentar cortes de energía desde 2024 hasta 2028. Advirtió que estos países tendrán un suministro de electricidad insuficiente para satisfacer de manera confiable la demanda durante condiciones climáticas extremas.
A la par de las sobreexigencias a la red eléctrica de EE UU, se encontró que la demanda de energía está aumentando más rápido ahora que en cualquier otro momento de los últimos cinco años. Esto se debe en parte a que el «impulso por la electrificación de los sistemas de calefacción y transporte, incluidos los automóviles eléctricos. También está creando nuevos picos invernales en la demanda de electricidad», indicó Jeremy Hsu, investigador de tendencias tecnológicas relacionadas con la IA para New Scientist.
Uno de los principales problemas de estos esfuerzos de sostenibilidad es el impulso para alejarse de los combustibles fósiles y adoptar energías renovables. El gas natural suele verse como un puente entre los fósiles y las energías renovables. Pero esto también ha tenido consecuencias no deseadas para la red eléctrica en EE UU.
El sistema que suministra gas natural «no tiene que cumplir con los mismos estándares de confiabilidad que la red eléctrica. Y, en muchos casos, no hay manera real de garantizar que haya combustible disponible para las plantas de gas en invierno», afirmó Thomas Rutigliano del Consejo de Defensa de Recursos.
Como resultado, «el suministro de electricidad de América del Norte se ha vuelto prácticamente inseparable de la cadena de suministro de gas natural», argumentó John Moura, de la North American Electric Reliability Corporation.
A prueba de apagones
«Un suministro de electricidad confiable que reduzca el riesgo de cortes de energía depende de la implementación de estándares de confiabilidad para la industria del gas natural en el futuro», añadió Moura. Pero esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo.
En lo que respecta a los esfuerzos energéticos durante todo el año, ha habido algunas señales positivas. En 2023, la red eléctrica de EE UU «sobrevivió silenciosamente a su verano más brutal hasta el momento», reseñó el sitio en internet Vox. Y «a pesar de la demanda récord de energía, la red evitó en gran medida los apagones».
Este hecho es «aún más destacable» si se tiene en cuenta que «julio de 2023 fue el mes más caluroso del planeta desde al menos 1880», recogió la web. Sin embargo, esto no significa que no se produzcan apagones en verano en los próximos años.
Mientras, los meses de invierno siguen contando una historia diferente. Los problemas con la red eléctrica probablemente continuarán a medida que estas tecnologías sigan avanzando. El cambio climático también seguirá influyendo en la paralización del suministro de energía.
El mes pasado, al menos 800.000 personas en California se quedaron sin electricidad después de que graves inundaciones, vientos y deslizamientos de tierra que devastaron la región. Una tendencia climática que no parece estar desapareciendo.