En un particular momento en que el planeta se adentra, con lentitud y fragilidad, a la era posterior a la pandemia de la COVID-19, el III Congreso Internacional de Sostenibilidad del Medioambiente abre sus puertas al debate sobre los nuevos desafíos. Con la mirada puesta en una recuperación sostenible, verde, equilibrada y justa para las nuevas generaciones.
Expertos, empresas, políticos, académicos, ONG y sociedad civil se dan cita desde esta mañana en el auditorio del Palacio de Cibeles, en Madrid. El propósito es entablar un diálogo urgente y abierto sobre un período que se muestra retador tras una larga y traumática crisis sanitaria. Y sugerir propuestas de un modelo de innovación tecnológica y un futuro ambiental sostenible, creíble y armonioso.
Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente, destacó en las palabras de apertura que el encuentro se realiza en ocasión del 50 aniversario de Cambio16 y recordó que en la fecha de publicación del primer número se realizaba la Conferencia Científica de las Naciones Unidas, en Estocolmo. Cincuenta años después, la naturaleza alza su voz y también algunos científicos. Entonces los oídos eran las minorías y esa desatención ha llevado a la naturaleza a elevar cada vez más su voz. «Se debe trasladar al conjunto de la ciudadanía esa queja», apuntó.
Señaló que “la naturaleza se queja de que la maltratamos y no tenemos en cuenta sus límites”. El modelo económico ha erosionado equilibrios de ecosistemas y estamos en puntos de no retorno. Grandes inundaciones y olas de calor e incendios se han visto este año. Esto demuestra que el impacto climático ha venido acentuándose.
El debate del III CISM y la voz de la naturaleza
Morán comentó que el IPCC, en su último informe, parte de daños que ya son irreversibles. Pero aseveró que otros que no han llegado pueden evitarse. «No puede haber salud pública si no hay salud. La ambiental es una asignatura que hemos de repasar a diario, porque cada jornada es un examen. Si la salud ambiental se deteriora, la salud pública empeora y la salud económica quiebra. En otras palabras, no puede haber salud pública si no hay salud ambiental. No puede haber economía si no hay ecología”.
También se refirió a la COP26, en Glasgow. Esta importante cita mundial ha de concluir con tres indicadores de éxito: solidaridad frente a la vulnerabilidad y oportunidad de la transición hacia una economía neutra en carbono, con el impulso irreversible de la ambición y la confianza en la acción global y la responsabilidad. De igual forma reiteró el compromiso de España en estas competencias por lograr en forma justa y equitativa la transición energética y la descarbonización.
Fernando Valladares, profesor de investigación del CSIC, intervino en la inauguración del III Congreso Internacional de Sostenibilidad del Medioambiente. Indicó que el impacto de la crisis es por la acción del ser humano, y en el ser humano. De allí la fragilidad frente a esta situación y la necesidad de gestionarla. Sugirió echar una mirada a los pueblos ancestrales y observar que hay otras relaciones con la naturaleza y repensar dos aspectos clave: el ambiente y la salud.
Recordó que el IPCC empieza a poner lo negro sobre blanco. La riqueza nos hace pobres ambientalmente. Se debe, por tanto, mejorar la inversión en ambiente, los grandes beneficios son largo plazo. En su opinión, hay pequeños síntomas de esperanza, como el caso de España, en la relación del PIB y las emisiones, pero no es suficiente.
La transición es una oportunidad de bienestar
Bajo el lema “La naturaleza alza la voz”, el debate del III CISM aborda la necesidad de una acción climática global para que se refuerce la respuesta de la comunidad internacional ante el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad.
En ese sentido, Paloma Martín, consejera de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad, comentó que “nuestro fin último es hacer de la Comunidad de Madrid un ecosistema descarbonizado. Apostamos por las energías renovables como respaldo imprescindible al modelo energético”.
Destacó la urgencia de impulsar el cambio energético y asumir modelos de producción y hábitos de consumo propios de la economía verde, en equilibrio con la naturaleza. Igualmente consideró que la transición es una oportunidad de crecimiento y bienestar social.
En la continuidad del Congreso, la Mesa 1 de discusión fue moderada por Luis Guijarro, secretario general de APIA. Contó con la participación de Javier Brey, presidente de AeH2; Alfonso Pascual, director de regulación y relaciones institucionales de Engie España. Así como de José Donoso, director de la UNEF (Unión Española Fotovoltaica); Mar Asunción, responsable clima y energía de WWF España y Raúl Morales, CEO de Soltec.
Guijarro comentó que la descarbonización del sector eléctrico, con el predominio de fuentes de energía renovable, va a consolidar un futuro energético sostenible en todos los sectores. Entretanto, Donoso manifestó la necesidad de acabar con las emisiones de CO2. Somos una red de tecnología limpia y barata. “Nuestra preocupación es que nuestras empresas trabajen con criterios de excelencia, biodiversidad”.
UNEF, afirmó, trabaja para contribuir a visibilizar el potencial de la energía fotovoltaica. Como fuente de oportunidades para la transformación ecológica y como garantía de sostenibilidad ambiental y social de acuerdo con todos los agentes.
Mayor impulso a la renovables
Mar Asunción hizo mención del informe del PNUMA que revela que los planes de muchos países es producir más del doble de energías fósiles de lo que la ciencia aconseja para evitar impactos climáticos catastróficos.
La responsable de clima y energía de WWF España dijo también que se necesita un impulso de la COP26. Hay que reforzar la ambición de los objetivos, la ley climática en España es insuficiente. La IEA ha diseñado un escenario cero emisiones. La Agencia es categórica: no se debe hacer nueva inversión en energías fósiles.
Cree fundamental la instalación de muchas energías renovables, las necesitamos, pero con criterios sociales y ambientales. “El tema de la zonificación vinculante y un escrupuloso estudio de impacto ambiental son primordiales a la hora de la instalación de las renovables”.
Durante el debate del III CISM, Antonio González, de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) dijo que el hidrógeno vino para quedarse. Por dos razones, el costo de producción ha bajado y porque las políticas de descarbonización sin un vector como el hidrógeno no son sostenibles.
El hidrógeno, confió, puede prestar el servicio de almacenaje de energía y es integrador de sectores. Además es garantía de transporte desde su producción hasta el consumo. El hidrógeno permite descarbonizar la industria, como materia prima y, también por ejemplo, la del cemento, siderúrgica y cerámica. La descarbonización del sector residencias es un elemento muy importante.
Por otra parte, Pedro García Ybarra, catedrático de la UNED habló sobre algunas alternativas para sustituir los combustibles fósiles en la Mesa de Debate: Energía Verde. Destacó la necesidad de trabajar más tecnológicamente en pilas de coches. Para abaratar el costo y ser reemplazada por la pila de combustible alimentada por hidrógeno.
Neutralidad de carbono
En el debate del III CSIM participó Raúl Morales, CEO de Soltec, una empresa con 17 años dedicada a la energía solar. “Estamos protagonizando esta transición con la energía más barata. Por debajo de 30 euros el kilovatio hora”. Sin embargo observó “falta de decisión en Occidente. No solo en España y Europa. Vemos cómo esta transición se retrasa por falta de decisión y valentía”.
Alfonso Pascual, director de regulación y relaciones institucionales de Engie España, detalló que es una empresa energética con presencia en 70 países. “Nuestro propósito es actuar para acelerar la transición a la neutralidad en carbono. Reduciendo el consumo energético mediante las soluciones más eficientes, descentralizadas y respetuosas con el medio ambiente. El camino no es solo a través de la producción, sino también del consumo, estamos en toda la cadena”.
En la segunda Mesa de Debate: Infraestructura, ciudades y movilidad. Álvaro Rodríguez, coordinador general para España en The Climate Reality Proyect fue el moderador. Y los ponentes Antonio Burgueño, director de calidad, sostenibilidad, RSC e innovación de FCC. Jaime Moreno García Cano, director general de transporte terrestre del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Fernando Ojeda, fundador de (R)forest Project; David Bartolomé, presidente de la asociación de vehículo compartido de España. Y Fernando Arlandis Pérez, director general de descarbonización.
Se resaltó que las infraestructuras que soportan la economía circular van a ser imprescindibles para garantizar la competitividad de las empresas y de los países. Las tendencias que van a marcar el sector de infraestructuras se centran en la digitalización, la globalización, la industrialización, el refuerzo de la cadena de suministro y la experiencia del cliente.
Jóvenes ganados a lo “verde”
Álvaro Rodríguez dijo que el transporte tiene que ser eléctrico, peatonal, pero sobre todo tiene que ser compartido. «No hay nada más ineficiente que un vehículo, por muy eléctrico que sea, lleve una sola persona», subrayó. Además plantea que en lugar de pensar en 2030 y 2050, pensemos en 2025 y tomemos medidas ya.
Antonio Burgueño explicó el plan Residuo Cero y detalló la certificación al respecto y cómo se vincula con la economía circular. Considera necesario “comunicarnos con la gente y establecer alianzas. No sirve de nada hacer un esfuerzo extraordinario si lo hacemos solos”. Fernando Ojeda adicionó que la hiperconectividad y las redes sociales pueden ser muy tóxicas, pero pueden ser efectivas. “Hay un futuro muy alentador. Las nuevas generaciones vienen con muchas ganas de vincularse al verde”.
Por otra parte, Moreno García Cano comentó que en el Ministerio de Trasportes están impulsando la estrategia de la bicicleta. Este vehículo ayudará en la descarbonización y permitirá tener grandes cambios. Entretanto, Fernando Arlandis esbozó el plan de descarbonización de la Comunidad de Madrid. Aseguró que la fotovoltaica es la energía más económica. La clave es aprovecharse del autoconsumo.
Asimismo, Mauro Fiore de Urbaser comentó la evolución de la movilidad sostenible tanto en coches eléctricos como en el uso de la bicicleta. El asunto no es si la energía que consumo es verde o es gris, es que a lo mejor estoy consumiendo mucho más de lo que necesito, agregó.
Consumo y conciencia ciudadana
La tercera Mesa de Debate del III CISM abordó el consumo sostenible. Entre ellos, se discutió el tema del ciudadano como corresponsable en la solución de problemas sociales. Y la aceleración de las empresas con ese propósito. La revolución en el tercer sector, la alimentación ecológica y de proximidad, la moda sostenible. Así como la nueva gestión del talento en las empresas o el papel de la llamada passion economy en las industrias culturales.
Arturo Larena, director de EFE Verde, fue el moderador. Y contó con la participación de Laura Opazo, comunicadora experta en moda. Carlos Moro, viticultor y fundador del Grupo Matarromera; Fede Segarra Gurría, director de comunicación y relaciones institucionales de Damm. Y Patricia Yagüe, directora de sostenibilidad para Live Nation Europa y finalmente, Miguel Ángel Feito, presidente de OCU.
En su intervención, Fede Segarra Gurría de la fábrica de cerveza Estrella Damm, indicó que el año pasado para hacer 1 litro de cerveza gastamos 4,2 litros de agua. Esta cifra ha ido disminuyendo. El compromiso es llevarlo a 3,3 litros de agua por litro para 2030. Mientras Carlos Moro de Matarromera comentó cómo se han convertido en una bodega ecológica y sostenible. Es muy importante favorecer la información y los servicios al consumidor y el usuario.
Miguel Ángel Feito, presidente de Consumidores habló sobre el consumo masivo de los ciudadanos. Afirmó que hacen falta aceleradores para provocar el cambio que se necesita en la forma de consumo. Solo los gobiernos nacionales, supranacionales serán capaces de producir una aceleración en la conciencia de los ciudadanos.
Y Laura Opazo se refirió a la moda, pero no desde el punto de vista de las tendencias, sino sobre su impacto sociológico y la sostenibilidad en una industria que produce un 10 % de las emisiones mundiales de CO2.