Por Jaume Esteve
25/06/2017
«El pueblo americano no sabe lo que quiere. Me tiene a mí, te tiene a ti”. Con estas palabras, Frank Underwood regresa a escena o por lo menos así se presenta en el tráiler de la quinta temporada de la ficción que puso a Netflix en el disparadero, allá por 2013, y que en España emite Movistar+. En esta ocasión, los Underwood están contra las cuerdas, a pocos días de las elecciones y con las encuestas en contra: ¿lograrán dar la vuelta a la tortilla? El principal cambio en esta nueva tanda de episodios no se verá en pantalla ya que se encuentra en plena sala de máquinas. Beau Willimon, el hombre detrás de la serie durante las primeras cuatro temporadas, ha abandonado la dirección de House of Cards. Los que siguen al frente, y más fuertes que nunca, son Frank y su mujer, Claire, ahora convertida en la nueva pareja del ticket presidencial.
Recapitulemos para aquellos que ya no recuerdan dónde se quedó la trama de la producción hace unos meses: tras ganar las primarias del Partido Demócrata, Underwood movió los hilos como solo él sabe hacer para lograr que su mujer se convirtiera en su vicepresidenta. Y con las encuestas en contra a pocos días de ese segundo martes de noviembre donde se decide el inquilino de la Casa Blanda, decidió lanzar un movimiento a la desesperada: declarar la guerra al equivalente ficticio del Estado Islámico.
Nepotismo, ataques militares por puro impulso (y cálculo electoral), gobernar a golpe de populismo… House of Cards ha compartido muchos elementos con el hoy presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Pero la ficción televisiva ha quedado, por una vez, desfasada. Y no porque el actual presidente haya llegado a asesinar a un periodista (una línea que deseamos que nunca sobrepase) sino porque el guion político del último año en la ciudad de Washington ha sobrepasado las expectativas de cualquier guionista. Incluidos los de la serie que nos ocupa.
Cuando se estrenó, apadrinada por David Fincher, House of Cards se convirtió en un estupendo pasatiempo para fantasear los límites a los que podría llegar un político cegado de poder con tal de hacerse con el Despacho Oval. Muchos de los temas abordados por la ficción estadounidense en estas temporadas han estado ahí (la tensa relación con Rusia, el ciberespionaje) mientras que otros, como el gobierno a través de las redes sociales, se les han escapado por completo a Willimon y compañía. ¿Quién podría imaginar que todo un presidente de Estados Unidos utilizaría Twitter como altavoz para hacerse valer ante el mundo?
¿El primer dictador de EEUU?
Como es habitual, Netflix no ha desvelado grandes detalles acerca de lo que nos espera en esta nueva remesa de capítulos. Sabemos que los Underwood se enfrentarán a unas elecciones y que tienen ante sí muchos frentes abiertos: la permanente mala relación con Rusia, la prensa que cada vez se acerca más al pasado criminal de Frank o los juegos de intrigas que se desarrollan a su alrededor. En esta serie importa tanto o más lo que se decide en el Despacho Oval que lo que se ejecuta a su alrededor.
El tráiler de la temporada finaliza con el presidente Underwood enumerando las próximas campañas presidenciales: 2016, 2020, 2024, 2028, 2032, 2036… Y una sentencia final: “Una nación. Underwood”. Puede que la única manera de batir a Trump sea convertir a Frank en el primer dictador de Estados Unidos. La respuesta llega ahora a las pantallas de medio mundo.