Las observaciones de cohortes de pacientes con la COVID-19 apuntan una mayor incidencia de la enfermedad y más altas tasas de mortalidad entre los hombres. Pareciera que la enfermedad se ensaña más con los hombres que con las mujeres. Hay una notable diferencia en la cantidad de hombres y mujeres que ingresan en las unidades de cuidados intensivos.
La desigualdad de género es un fenómeno que ha llamado la atención de los expertos desde el principio. De China llegaron informes que indicaban que morían más hombres que mujeres, pero se atribuía al tabaquismo.
Con la expansión de la enfermedad a más territorios, las tasas de mortalidad de los hombres seguían siendo más altas que de las mujeres, por ejemplo en Italia o en Nueva York.
Fue justamente en Nueva York donde se buscan respuestas sobre esa desigualdad de género que muestra la enfermedad. Médicos en Long Island están tratando pacientes que padecen la COVID-19 con estrógenos en un esfuerzo por aumentar su sistema imunológico.
En Los Ángeles se diseña un experimento parecido, pero con la progesterona, otra hormona que se encuentra predominantemente en las mujeres. De la progestorona intentan aprovechar sus propiedades antiinflamatorias más que prevenir reacciones exageradas y dañinas del sistema inmune.
¿Por qué hormonas sexuales femeninas?
Los estrógenos y la progesterona son hormonas femeninas que regulan la función del aparto genital de la mujer. Los investigadores del Cedars Sinai, que realizan el estudio con progesterona en Los Ángeles, parten de que el 75% de los pacientes en las UCI que requieren un respirador artificial son hombres. Mientras que las mujeres embarazadas a pesar de estar inmunocomprometidas padecen la COVID-19 en su faceta leve.
La neumóloga Sara Ghandehari, líder de la investigación, señala que la diferencia puede estar en que las mujeres embarazadas tienen altos niveles de estrógenos y progesterona, las cuales tendrían funciones protectoras. El ensayo clínico que se desarrolla en Nueva York parte de una observación similar en la Escuela de Medicina Renaissance Medicine de la Universidad de Stony Brook.
Ensayos clínicos con estrógenos y progesterona
El ensayo clínico con estrógenos en Nueva York pretende tratar 110 pacientes positivos en la prueba diagnóstica de la COVID-19. Además, deben presentar los síntomas (fiebre, tos seca, dificultad para respirar o neumonía). La única condición adicional es que no necesiten ser intubados. Para el ensayo clínico reclutan tanto hombres como mujeres de 55 años de edad o más, que presentan bajos niveles de estrógenos.
Se prevé que a la mitad de los pacientes en el ensayo clínico con estrógenos se les coloque un parche con estradiol, una hormona esteroidea sexual femenina. Mientras que la otra mitad servirá de grupo de control para verificar si los estrógenos remiten realmente la enfermedad.
El ensayo clínico con progeterona se practicará en cuarenta pacientes hombres hospitalizados, pero con las fases leves y moderadas de la enfermedad. Veinte de los pacientes recibirán dos inyeccciones de progesterona diarias por cinco días.
Mientras reciben el tratamiento se monitoreará el estado de salud y si requieren oxígeno, cuidados intensivos y ventilación mecánica. El progreso de los pacientes se comparará con los otros veinte que formarán parte del grupo de control.
Se cree que el uso de ambas hormonas es seguro, si se utilizan durante períodos cortos. De igual forma ambos tratamientos pueden tener efectos secundarios, como sensibilidad en los senos y sofocos.
¿Por qué no las hormonas sexuales femeninas?
Los ensayos clínicos pretenden verificar hipótesis y observaciones sobre posibles tratamientos para la COVID-19 que también tienen detractores. Los científicos que estudian la desigualdad sexual atribuida a la COVID-19 señalan que en la disparidad entran en juego factores biológicos relacionados con el sistema inmune y factores de comportamiento.
Los factores de comportamiento son bastante prosaicos como el hecho de que los hombres fumen más en casi todo el mundo y que se laven menos la manos que las mujeres. Igualmente, señalan que las causan de la desigualdad de género en las tasas de contagio y mortalidad son multifactoriales y las hormonas solo son una parte de esas causas.
Sabra Klein, una científica que estudia las diferencias sexuales en las infecciones virales en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, señala que si las hormonas sexuales femeninas fueran un factor protector contra la COVID-19 las mujeres de edad avanzada también formarían parte de esa cohorte de pacientes con mayores tasas de hospitalizadas en UCI y de mortalidad.
En las las mujeres los niveles de progeterona y estrógenos se reducen notablemente luego de la menopausia. Por lo tanto, el fenómeno de las hormonas no explica por qué una mujer de 93 años se recupera mejor que un hombre de la COVID-19.
Teoría de los testículos
Otras teorías apuntan a que las altas tasas de mortalidad y contagio entre los hombres por la COVID-19 se deben a los testículos. La angiotensina 2, que permite la entrada del SARS-CoV-2 a las células humanas, se encuentra altamente expresada en las células testiculares. De allí que necesiten más tiempo que las mujeres para eliminar el virus.
Los expertos que ponen sus esperanzas en las hormonas sexuales femeninas para hacer retroceder el virus en los hombres tienen altas expectativas con los ensayos clínicos respectivos. Habrá que esperar los resultados, pero todo indica que se necesitan estudios que profundicen sobre la desigualdad de género en la COVID-19.
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