Es frecuente encontrarse en los medios de comunicación informaciones relativas al producto interno bruto, también conocido como producto interior bruto. Es un término macroeconómico de alta importancia para un país. El PIB está relacionado con la producción de bienes y servicios. Si se dispara, una nación va por buen camino. Su caída suele ser un punto de atención y un alerta para los gobiernos cuando este descenso ocurre durante dos trimestres consecutivos, pues se ha entrado en contracción económica.
Desde la crisis financiera de los años 2008-2009, nunca Hong Kong había visto caer su PIB en dos trimestres seguidos. Entre julio y septiembre, la caída ha sido del 3,2% con respecto al periodo anterior. La excolonia británica goza de un régimen administrativo especial desde el 1 de julio de 1997, cuando fue transferida a la República Popular China. Ha sido precisamente su lucha por una mayor autonomía, lo que ha encendido las calles de esta región desde hace cinco meses.
«Los incidentes sociales locales, con la intensificación de la violencia en los últimos meses, han mantenido alejados a los turistas, han hecho mella en la demanda de consumo y han atenuado gravemente las ganas de invertir», afirmó el economista del gobierno Andrew AU.
Pesimismo invade a empresarios
Hong Kong es uno de los principales centros financieros del mundo. Sus activos se estiman en más de cinco billones de euros. En 2018, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que elabora Naciones Unidas y que sirve para medir el progreso de un país y la calidad de vida de sus habitantes, situaba a los hongkoneses entre los que mejor calidad de vida tienen en el mundo. Asimismo, el ranking Doing Business situaba a Hong Kong en el 4º puesto de los 190 que lo conforman. Esto clasifica a los países de acuerdo a su facilidad para hacer negocios.
Las protestas, por cambios políticos y sociales, han alterado el dinamismo de la ciudad. Las últimas encuestas, reseña Euronews, reflejan pesimismo entre las empresas locales, sobre todo porque perciben que el impacto de las violentas manifestaciones en vez de disminuir irá en aumento.
Un polémico proyecto de ley de extradición, que facilitaría la entrega de sospechosos a la China continental, fue el detonante de masivas manifestaciones, cuyos participantes luego demandaron no solo el retiro del proyecto sino la dimisión de la jefa de gobierno Carrie Lam y la puesta en libertad de los detenidos por estos hechos.
La violencia ha hecho que los turistas cancelen sus reservas, la venta de los comercios caiga y la bolsa registre importantes pérdidas. La desaceleración de la economía en China y la prolongada disputa comercial que el gigante asiático mantiene con Estados Unidos también ha lastrado a la economía hongkonesa.
Domingo violento en Hong Kong
Rioters hurled Molotov cocktails at a police armored car and set it on fire near Hung Hom station in Hong Kong on Sunday night. #香港 pic.twitter.com/SdH424H7hg
— Global Times (@globaltimesnews) November 17, 2019
Este domingo nuevos enfrentamientos se produjeron entre la policía y los manifestantes en el campus universitario. Barricadas improvisadas, gas lacrimógeno y bombas molotov coparon el escenario. Para lanzar estas últimas, los jóvenes vestidos de negro han llegado a usar catapultas que le permitían recorrer muy largos trechos. Nada diferente a lo de días y semanas anteriores. Tal vez lo nuevo fue hoy el uso de flechas para atacar a la policía.
Y es que en el marco de las protestas que ya van por cinco meses, los enfrentamientos han dejado millonarias pérdidas, detenciones e incluso dos personas han fallecido: un hombre de 70 años esta semana y un estudiante, Alex Chow, quien cayó de un tercer piso a un ‘parking’ donde la policía intentaba dispersar con lacrimógenas a manifestantes.
La Unión Europea y Estados Unidos han condenado lo que ocurre, pedido una investigación exhaustiva sobre la violencia, el uso de la fuerza y las causas profundas de las protestas. Mientras, el presidente de China Xi Jinping ha dado un espaldarazo a la gestión de Lam. Asimismo, la oficina del Gobierno chino en Hong Kong ha advertido que se está cayendo “en el abismo del terrorismo y se necesita una represión más severa para poner fin a los disturbios y restablecer el orden”.
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