Millones de personas en el mundo se atan, por múltiples razones, a diversos tipos de adicciones: drogas, alcohol, cigarrillo. A veces por moda, o por presiones sociales, también por trastornos emocionales. Pero ese peligroso vínculo trae una gama de complejas secuelas, la más difícil, es superarla. La escritora estadounidense Holly Whitaker ha logrado desde su propuesta personal y literaria, comprensiva y amigable, liberar a muchas personas, específicamente a mujeres, de su dependencia del alcohol.
Modelos y celebridades han dado su testimonio de recuperación y han agradecido los beneficios de leer Quit Like A Woman (Renunciar como una mujer). Obra inicial escrita en primera persona, pues Whitaker logró zafarse del consumo de alcohol después de muchos intentos. En 2012 comenzó su propio viaje hacia la sobriedad. Su dependencia del alcohol comenzó a los 20 años.
“Soy una persona en recuperación a largo plazo. Pienso que la clave de todo lo que buscamos, individual y socialmente, proviene del trabajo que hacemos en nosotros mismos. Todo comienza cuando dejamos de correr. Y por eso, todos merecemos la oportunidad de participar en la recuperación. Todos”, dice Holly en su sitio en Internet
En el best-seller cuenta su batalla contra la adicción. Habla de la recuperación a través de una óptica femenina. “Su objetivo es dar una idea de la obsesión por la bebida, porque el alcoholismo es un problema de género. Y la fuerza que se puede encontrar en permanecer sobrio”, publica The Dial Press.
Mientras, Whitaker afirma que “la equidad, la igualdad y la justicia social son fundamentales para ella y para aliviar la adicción. «El amor, la ética y la no violencia son mis estrellas guía. No tengo todas las respuestas. Y, cuanto más aprendo, más convencida estoy de que no sé nada”, agrega.
Mujeres, sociedad, feminismo y alcohol
Holly Whitaker es la fundadora y directora ejecutiva de Tempest (anteriormente Hip Sobriety). Con años de experiencia en los campos de la salud y la tecnología. Creó un programa de recuperación individualizado en 2014 a través de una plataforma virtual que ofrece educación, comunidad y servicios de apoyo. Actualmente trabaja en su segundo libro.
En forma precisa y crítica anota que vivimos en un mundo obsesionado con la bebida. «Bebemos en baby-showers y eventos de trabajo, brunch y club de lectura, graduaciones y fiestas. Nadie cuestiona la ubicuidad del alcohol. Peor, lo único que se cuestiona que alguien no beba. Es un calificativo para pertenecer y si no te bebes, se te considera una anomalía. Como sociedad, estamos obsesionados con la salud y el bienestar. Sin embargo, mantenemos el alcohol como una especie de elixir mágico, aunque es todo lo contrario”, argumenta.
De ese anzuelo se puede morder y salir, pero también quedar atrapada, como ocurrió con la escritora. En un análisis de su libro, elaborado por Alice Lansom y publicado en Refinry29, señala que cuando Whitaker decidió buscar ayuda, se embarcó en una aventura que la llevó no solo a su propia sobriedad. También descubrió el papel insidioso que juega el alcohol en nuestra sociedad y, en particular, en la vida de las mujeres.
Cuenta Lansom que Holly no ignoró las formas en que las empresas de bebidas alcohólicas se dirigían a las mujeres de la misma manera como lo hizo con éxito la industria tabacalera generaciones antes. «Impulsada por un feminismo emergente, Holly se dio cuenta de que los sistemas predominantes de recuperación son arcaicos, patriarcales e ineficaces para las necesidades de las mujeres y otras personas históricamente oprimidas. Las mujeres no necesitan perder su ego y rendirse a un concepto masculino”.
Un libro y una plataforma de recuperación
Cuando Holly encontró una forma alternativa de salir de su propia adicción, sintió el llamado de crear una comunidad sobria. Con herramientas para cualquiera que cuestionara su relación con la bebida, para que también pudieran encontrar el camino.
La sobriedad de Whitaker sufrió algunos pasos en falso. Una fiesta en la oficina le brindó una buena razón para volver a beber después de dos meses de descanso. Ella renunció definitivamente el 14 de abril de 2013, y dos años después, lanzó un programa de consejería sobre alcohol en línea llamado Hip Sobriety. Más tarde rebautizado como Tempest, en parte como un homenaje al movimiento de templanza liderado por mujeres.
El programa fue diseñado para ayudar a las personas, especialmente a las mujeres, a alcanzar la misma epifanía que ella tuvo: el alcohol es inútil, venenoso e incluso antifeminista. Seis años después, Tempest es una alternativa pequeña pero poderosa a los modelos de recuperación tradicionales como Alcohólicos Anónimos, señala Katie Heaney en The Cut.
Según Whitaker, más de 10.000 personas se han unido como miembros de pago. Muchos más son fanáticos de Quit Like a Woman y sus seguidores en las redes sociales. Incluida la modelo Chrissy Teigen, quien atribuyó al libro su decisión de mantenerse sobria, lo que provocó un aumento en las ventas. El libro ha vendido más de 265.000 ejemplares. La escritora ha encontrado un público entusiasta y un mercado sin explotar.
Sobriedad y necesidad de apoyo
Hasta hace poco, Tempest ofrecía un curso intensivo de cuatro semanas por $ 399, que 1.000 personas completaron en 2021. La compañía decidió descartar el intensivo para simplificar sus ofertas. «Además, parecía promover una especie de jerarquía de sobriedad, dice Ruth Sun, quien se convirtió en CEO de Tempest después de que Whitaker renunció el año pasado. Aunque permanece en la junta directiva.
Cuenta Heaney que la gente comentaba: «¿Estás diciendo que no me tomo en serio mi sobriedad si no tomo el intensivo? ¿Me estás diciendo que porque no quiero pagar esta gran factura, no soy tan importante? El intensivo también, quizás, les dio a los miembros la sensación de que habían «terminado”de trabajar en su sobriedad, lo cual no era intencional. Tempest concibe a sus miembros como personas con una enfermedad crónica, lo que significa que la membresía es indefinida. O como dice Queen Muse, su directora de comunicaciones, «la membresía principal no está diseñada para completarse».
La sobriedad se mide en incrementos de tiempo cada vez mayores: días, luego semanas, luego meses y luego años. Obtener buenos datos a largo plazo lleva décadas. El éxito tiende a definirse por la ausencia de recaídas. El hecho de que alguien haya dejado de beber durante un mes o un año no significa necesariamente que no volverá a beber.
«Las tasas generales de recaída del alcohol son altas, pero están distribuidas de manera desigual», dice Salsitz. Las personas con hogares, trabajos y sistemas de apoyo, como la mayoría de los miembros de Tempest, tienen más probabilidades de obtener mejores resultados.
Y aunque es demasiado pronto para decir cuántos de los 10.000 miembros de Tempest han dejado de beber para siempre, sus seguidores son efusivos. Lo que ese número indica es una necesidad real de apoyo.