Por MIGUEL ÁNGEL ARTOLA
Los grandes hombres de Estado muestran su valía en los momentos difíciles. Y los vividos en Francia, tras el mortal atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo el 7 de enero y los sucesos posteriores para dar caza a los dos terroristas y su cómplice, han aumentado la popularidad de François Hollande en 21 puntos.
Rapidez de reflejos, información puntual y casi en directo de lo que acontecía, imagen de tándem sólido con su primer ministro, Manuel Valls, y la apelación a los valores patrios de la República han permitido a Hollande protagonizar una remontada que según los autores del sondeo, la empresa Ifop-Fiducial, no tiene parangón en la historia de la Francia moderna.
La encuesta, realizada para los medios Paris Match y Sud Radio, se realizó el pasado 16 y 17 de enero, una semana después de los atentados y de las masivas movilizaciones en Francia a favor de la libertad de expresión y en contra del odio religioso.
El 40% de los franceses aprueban la gestión de Hollande, la cifra de apoyos ha crecido en las filas de su partido, los socialistas, pero también entre los simpatizantes de los partidos de centro derecha. Destacan sobre todo su capacidad para decir la verdad y su proximidad con las preocupaciones cotidianas de sus ciudadanos.
Los principales medios de comunicación galos, y no sólo los afines a la izquierda también los considerados de derechas, han aplaudido a Hollande por haber sabido encarnar los valores de la República. Le consideran el principal artífice de las llamadas a la unidad nacional que nos han proporcionado imágenes de movilizaciones históricas en las calles de París. Él ha sido también el encargado de llevar el peso de la búsqueda de los terroristas y de enviar a los grupos de operaciones especiales de la policía y la gendarmería para abatir a los hermanos Kouachi, atrincherados en una imprenta en Dammartin-en-Göele y a Amedy Coulibaly en el supermercado judío de París. También destaca su cercanía a las víctimas a las que ha rendido honores de Estado.
Si Hollande aumenta su valoración, su primer ministro, Manuel Valls se encuentra “en estado de gracia” según el semanario galo, ya que gana 17 puntos de aceptación hasta alcanzar el aprobado para el 61% de los franceses.
El affaire Gayet
Francia nunca se había preocupado de los líos de faldas de sus presidentes. A diferencia de otros países como Estados Unidos en los que la ciudadanía no dejaría sus asuntos públicos en manos de personajes de moral distraída, en la permisiva y tolerante República los escarceos amorosos eran cosa sabida y aceptada. Como muestra la popularidad de otro François, Miterrand, acostumbrado a saltar de cama en cama. Por eso sorprendió la virulencia con la que Francia despachó a Hollande tras destaparse que mantenía un romance con la actriz, Julie Gayet, a pesar de mantener oficialmente una relación con la periodista Valérie Trierweiler. El posterior libro de Valérie contando las intimidades del Hollande siguió alimentando el fuego en el que ardía la popularidad del presidente de la República.
Cuando llegó al poder, Hollande era la gran esperanza de los socialistas europeos. El hombre que debía plantar cara a las políticas neoliberales de la canciller Ángela Merkel. El político que debía apostar por políticas expansivas del gasto para reflotar una economía asfixiada por los recortes.
Pero la cruda realidad y las vacías arcas del Estado galo le obligaron a ajustarse el cinturón y a forzar una crisis de gobierno de la que saldría beneficiado su actual primer ministro, Manuel Valls, cuya popularidad tampoco deja de crecer. Días después de los atentados yihadistas Valls acudía a la Asamblea Nacional para presentar sus medidas excepcionales para hacer frente a la ola de terror. Y a la espera de presentar en los próximos días las propuestas, recibía el reconocimiento y el apoyo no sólo de sus compañeros socialistas, también de los parlamentarios del centro derecha. Asamblea Nacional histórica que terminaba con todos los presentes entonando “La Marsellesa” en un emotivo acto que no se reproducía desde el 11 de noviembre de 1918, fecha del armisticio de la I Guerra Mundial.
Ahora Hollande, apoyado en Valls, tienen otra oportunidad de congraciarse con su electorado socialista y asentar el centro izquierda. Si ha habido un beneficiado político de la crisis post Charlie Hebdo ha sido el líder del PS y no la extrema derecha del Frente Nacional con Jean-Marie Le Pen a la cabeza.
El paro y la crisis económica siguen siendo un problema en la agenda del gobierno galo pero ahora es el momento de la unidad frente a la barbarie. De hacer una revisión crítica del pasado para saber qué ha fallado para que jóvenes criados en el sistema escolar tolerante y laico hayan terminado tomando las armas contra sus compatriotas.
Francia está en guerra contra el terrorismo. La movilización del portaaviones nuclear Charles de Gaulle, que ofrecerá apoyo a las misiones en Irak contra el Estado Islámico, es una muestra del compromiso y la determinación con la que la nación asume su nuevo destino. ¿Será Hollande su líder en tiempos difíciles? Tras los tristes y emotivos días vividos al comienzo del nuevo año parece que al menos se ha ganado su oportunidad.
Cronología: el mundo tras el atentado contra Charlie Hebdo