De todas las actividades recreativas en las que los humanos participan con regularidad, el juego, como el que puedes disfrutar en 22bet, entra en una categoría única. Es arriesgado, adictivo y emocionante, pero para la gran mayoría de los jugadores, pocas veces es rentable. Entonces, ¿cómo se ha convertido en una industria multimillonaria?
La respuesta se reduce, como suele suceder, a nuestras tendencias psicológicas. De hecho, el cerebro humano no ha cambiado mucho en los últimos dos mil años, así que continuamos manteniendo ciertas dinámicas e ideas con las que el juego compagina de maravilla.
En este artículo, examinaremos tres conceptos psicológicos interesantes que se pueden observar al analizar el juego, que demuestran por qué nuestros cerebros no pueden decir que no a este tipo de emociones.
La emoción de tomar riesgos
Para retomar la pregunta planteada en la introducción de este tema, ¿por qué tantas personas juegan a pesar de que saben que es probable que no tengan éxito y, en última instancia, pierdan dinero? La respuesta involucra varios factores diferentes, más específicamente, tendencias de riesgo y retrasos en las recompensas.
Primero, debe tenerse en cuenta que muchas veces estos rasgos no se aprenden ni se desarrollan, son simplemente inherentes. Es difícil decir con precisión cuánto de la inclinación de un individuo a apostar proviene de su nacimiento, pero la mayoría de los expertos están de acuerdo en que es un elemento significativo.
Otro aspecto interesante de la toma de riesgos consiste en comprender los factores que pueden llevar a alguien a estar más dispuesto a correr riesgos. Por ejemplo, los científicos han descubierto que el simple hecho de estar de buen humor puede empujar a muchas personas hacia comportamientos más riesgosos. Se ha demostrado que incluso algo tan simple como estar en medio de varios días consecutivos de buen clima o disfrutar de la victoria de un equipo deportivo favorito aumenta la toma de riesgos.
La ilusión de control
Cuando vas al casino, es posible que no tengas control sobre los resultados, pero obviamente tienes cierto control sobre tus jugadas, ¿cierto? La psicología del juego es tal que interpretamos la situación como si tuviera algún tipo de control, aunque esto no sea realmente cierto.
Por ejemplo:
Piensa en la rueda de la ruleta y en la opción que tienen los jugadores de elegir entre rojo o negro. Tienes la opción, por lo que se siente como si tuvieras cierto control. Desafortunadamente, ese no es el caso.
Independientemente de si eliges rojo o negro, tus posibilidades de ganar serán exactamente las mismas. Se podría decir un sentimiento similar sobre la opción de aumentar o disminuir tus apuestas en función de cómo van las cosas. Sí, puedes tomar estas decisiones, pero no necesariamente conducen a un éxito adicional.
Una forma interesante de ver la ilusión de control es plantear la pregunta: digamos que sí tienes el control, ¿por qué piensas que eso debería conducirte a tener más éxito? La respuesta a esto es simplemente exceso de confianza. La mayoría de la gente cree que tiene el conocimiento y la capacidad para tener éxito, solo necesitan que les den la oportunidad. La historia sugiere que eso no está nada cerca de ser verdad.
Demasiada confianza en los “casi accidentes”
El concepto de “cuasi falla” es un factor importante para mantener a los apostadores mucho tiempo después de que deberían haberse marchado. Este aspecto de nuestra psicología se remonta directamente a un punto del proceso evolutivo en el que habría sido muy valioso considerar los cuasi accidentes con cierto optimismo.
Si vivieras hace miles de años, es muy probable que debas cazar tu comida. En ese contexto, un fallo cercano podría significar que te acercaste lo suficiente para hacer un buen disparo, pero tu flecha pasó ligeramente por encima de la cabeza de tu objetivo. Quizás incluso lo golpeaste, pero se escapó.
En el escenario anterior, tu cerebro te diría que: “estás muy cerca de llevar a casa una gran comida, casi la tienes. Definitivamente vale la pena perseguir más el objetivo, porque ha quedado demostrado que puedes lograrlo».
Así, sigues persiguiendo a tu presa y, con suficiente esfuerzo y suerte, estarás comiendo bien esa noche. Ahora bien, por loco que parezca, tu cerebro usa la misma filosofía cuando estás en la máquina tragamonedas. Desafortunadamente, el beneficio evolutivo no se transfiere al casino.
Cuando juegas en una máquina tragamonedas, el juego está programado para darte la mayor cantidad posible de errores. ¿Por qué? Porque es un truco psicológico que te hace pensar que estás “tan” cerca de ganar el premio gordo.
La realidad de la naturaleza de “todo o nada” del juego es difícil de comprender para la mayoría de los jugadores. Independientemente de lo cerca que estés de ganar el premio mayor, el blackjack o la loca apuesta de la ruleta, no obtienes nada por fallar, tan solo el estímulo de que estás cerca de lograr tu objetivo.
Lea también:
Cantidad de espermatozoides en hombres sanos se ha reducido en más de 50%