La contaminación atmosférica se considera desde hace tiempo un factor importante de la carga mundial de morbilidad. Incluye riesgos de enfermedades cardíacas, diabetes, asma y enfermedades respiratorias. Este riesgo es más alto para las personas mayores. Ellos enfrentan una mayor probabilidad de morir prematuramente al respirar hasta los niveles más bajos de hollín.
Esa es la conclusión del estudio realizado por los investigadores del Health Effects Institute. Las conclusiones se basaron en el estudio de los datos de salud de 68,5 millones de beneficiarios de Medicare en todo Estados Unidos. El equipo informó, de un aumento del 6% al 8% del riesgo de mortalidad por cada 10 microgramos por metro cúbico en la exposición a las PM2,5.
El estudio destacó que si las reglas federales para los niveles permitidos de hollín fino (PM2,5) un poco más bajas, ajustados a 10 µg/m3, se podrían haber evitado hasta 143.000 muertes en el transcurso de una década.
La investigación es la primera en los Estados Unidos en recoger los efectos mortales de las partículas PM2,5 en personas que viven en áreas rurales y pueblos con poca industria. Daniel S. Greenbaum, presidente del Health Effects Institute explicó que la investigación encontró un riesgo de morir prematuramente por la exposición al aire contaminado, incluso con niveles muy bajos de contaminación del aire en los Estados Unidos”.
Francesca Dominici, profesora de bioestadística en Harvard dirigió el estudio que tardó cuatro años en realizarse. Considera que si se reducen las PM2,5 se salvarían una cantidad sustancial de vidas. “Esta es una evidencia importante que la EPA debe considerar”, agregó.
Testimonios de contaminación
En 1980, cuando era estudiante, Karin Stein, de 60 años, se mudó a Iowa desde Colombia, su ciudad natal. Actualmente vive en el condado de Jasper con su familia. Incluso en el área relativamente rural cerca del Parque Estatal Rock Creek donde vive el hollín fino es un problema. El humo de los incendios forestales exacerba su afección cardíaca y es una gran preocupación.
“Es idílico”, dijo. “Pero tienes los incendios forestales occidentales, o es tiempo de cosecha. Suponemos que no hay problemas de hollín o con la calidad del aire. Pero eso es simplemente falso”.
Hazel Chandler, de 76 años, vive en Phoenix y dijo que se consideraba un excelente ejemplo de alguien que vive con los efectos acumulativos de más de 40 años de contaminación del aire, según recogió el portal esdelatino.com.
La Sra. Chandler dijo que cuando se mudó a Arizona desde el sur de California en 1977, el aire relativamente más claro fue un alivio. Pero a medida que la población de la ciudad se disparó, también lo hicieron su asma y sus problemas respiratorios.
“Puedo decir que si me despierto con una tos muy fuerte, probablemente sea un día de alta contaminación”, refirió.
Hazel Chandler también es consultora de Moms Clean Air Force, un grupo ambientalista sin fines de lucro. Manifestó que le preocupan los adultos mayores con afecciones cardíacas y otros problemas de salud que pueden verse exacerbados por la presencia de hollín fino. Pero dijo estar aún más preocupada por los niños pequeños. “Si está afectando a las personas mayores, ¿qué les hará el hollín a los niños que viven aquí y respiran esto toda su vida?”.
Legislación para niveles más bajos de hollín
La administración Biden considera la posibilidad de fortalecer el estándar nacional para PM2,5. En la actualidad está establecido en un promedio anual de 12 µg/m3, un nivel más alto que el recomendado por la OMS. Este nuevo estudio refuerza esa premisa.
Estudios precios relacionaron la contaminación por hollín fino con tasas más altas de muerte por covid-19, con comunidades afroamericanas particularmente en riesgo porque es más probable que estén ubicadas cerca de carreteras, centrales eléctricas y otras instalaciones industriales.
Un portavoz de la EPA previó que la agencia propondrá un borrador de regla en cuanto al hollín fino para el verano y emitirá la regla final para la primavera de 2023.
Reacciones adversas
Es previsible que las industrias contaminantes presionen contundentemente contra una regla más estricta sobre la contaminación por hollín.
Es el caso del Instituto Americano del Petróleo. Aunque no revisó la investigación del Health Effects Institute sobre el PM2,5 cuestionó la necesidad de normas más estrictas sobre la contaminación. En un comunicado, el grupo comercial dijo que “la evidencia científica actual indica que los estándares existentes sobre el hollín fino están efectivamente diseñados para proteger la salud pública y cumplir con los requisitos legales”.
El instituto señaló que las emisiones de contaminantes tradicionales como PM2,5 disminuyeron notablemente desde la década de 1970 debido al uso de combustibles para automóviles más limpios y al aumento del gas natural en la generación de energía en lugar del carbón.
Los expertos señalaron que aunque resignadas a reglas más duras sobre el hollín a las empresas les preocupa hasta dónde podría llegar.
“Es una cuestión de cuánto”, dijo Jeffrey Holmstead, abogado que sirvió en la EPA en ambas administraciones de Bush. Una reducción significativa de los límites permitidos sería “muy costosa” para las empresas, dijo Holmstead.
También señaló que en las comunidades que no tienen grandes centros industriales, gran parte de la contaminación por hollín fino proviene de los automóviles, lo que dificulta la regulación por parte de los gobiernos estatales establece un nivel que es demasiado estricto, básicamente prohíbe cualquier nuevo desarrollo económico en ciertas partes del país”.