La Universidad de Harvard no solo ofrece carreras con alto nivel académico, ahora se abre al mundo con una propuesta más envolvente, cálida y familiar, pero no menos exigente: un mercadillo campesino. Si, un espacio para adquirir frutas, verduras, artesanías, degustar platillos y compartir. Alumnos, profesores y agricultores disfrutan en grande de esta cita semanal.
Esta iniciativa comenzó como una forma de apoyar a los agricultores y artesanos de alimentos locales. Ellos se benefician de sus ventas, pero aseguran al personal de Harvard, una amplia gama de alimentos frescos y saludables y sin tener que movilizarse. Parte del campus se habilita para esta actividad que ha crecido en número, en transacciones y en animación, convirtiéndose en uno de los lugares preferidos.
El mercado opera en The Plaza, fuera del Centro de Ciencias de Harvard (cerca de la esquina de las calles Oxford y Kirkland). En sus pequeños kioscos o pintorescos establecimientos venden frutas y vegetales. Carne, aves y pescado y productos lácteos. Panes y cereales.
Otros alimentos como bocadillos y bebidas no alcohólicas. Incluso, semillas y plantas para sembrarlos en casa y contar con huertos domésticos. Por tratarse de Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo, las cosas no se hacen al azar.
Uno de los propósitos de abrir el mercado es “construir comunidad”, dicen sus promotores. “Comprar directamente de los agricultores permite comprender los procesos que componen los sistemas alimentarios. Brinda información sobre las estaciones y la tierra, y crea una conexión entre el comprador y las personas que cultivan sus alimentos”, explican.
El mercadillo campesino, la otra cara de Harvard
El novedoso mercado de Harvard también beneficia al medio ambiente. Las granjas a pequeña escala conservan el suelo y los campos. Los prados y los espacios abiertos circundantes que son cruciales para mantener un medio ambiente saludable.
En ese proceso de expansión y diversificación, el mercadillo además ofrece almuerzos y meriendas. Té, chocolate, queso, mermeladas, miel, jarabe de arce, degustaciones, helados, música en vivo. Así como demostraciones de cocina, productos frescos, horneados y a la parrilla, artesanales y más.
A principios de cada mes, la Asociación Empresarial de Harvard Square y New England Open Markets difunde los detalles y la agenda para estos encuentros. En junio, por ejemplo, se dieron cita 45 artesanos, diseñadores y vendedores de antigüedades de toda Nueva Inglaterra.
El Farmers’ Market de Harvard además hace promociones y descuentos. Acepta cupones SNAP, Women, Infant & Children (WIC) y cupones del Senior Farmers’ Market Nutrition Program (SFMNP). El mercado duplica el valor de las compras de EBT hasta $15 por semana.
Los Market Bucks de SNAP comprados se duplicarán hasta $15 por día de mercado. “Si compra $15 con su tarjeta SNAP/EBT, le daremos $30 en Market Bucks para gastar con proveedores en productos elegibles”, señala una de las promociones. HIP es el Programa de incentivos saludables y proporciona fondos adicionales a los beneficiarios de SNAP para la compra de frutas y verduras frescas y hierbas cortadas.
Otra oferta indica: “Compre frutas y verduras directamente de un proveedor autorizado de HIP utilizando su tarjeta EBT y el monto de la venta se reembolsará automáticamente. No se necesitan Market Bucks”.
Sostenible y social
Asimismo, las mujeres y niños pueden hacer uso de la WIC. Es un programa de nutrición gratuito que ayuda a las familias con niños menores de cinco años a obtener alimentos saludables y aprender a comer bien. También apoya a mujeres embarazadas, bebés y mamás. Los cupones de WIC Farmers’ Market comprarán frutas y verduras frescas.
A partir del mercado de la Universidad de Harvard han aflorado nuevas ideas, que escapan al rigor de la academia. Ese centro de estudios conecta con sus vecinos, con las familias de sus trabajadores y quiere dejar una huella. Entonces surge el programa de Comidas Familiares. En EE UU, se desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos y en Massachusetts, una de cada diez personas tiene inseguridad alimentaria.
El programa HUDS comenzó a donar alimentos calientes que no se comieron al final del servicio de comidas a Food for Free. Tres años más tarde, HUDS mejoró el programa de donación al agregar un nuevo elemento: tomar la misma comida sobrante de un comedor y dividirla en porciones en comidas para microondas de una sola porción. Son nutricionalmente diversas llamadas Heat-N-Eats (anteriormente conocido como Family Meals).
Estas comidas se distribuyen a hoteles residenciales y refugios en el área donde viven personas con inseguridad alimentaria, pero que no cuentan con espacio de cocina tradicional para preparar alimentos saludables. En el año escolar 2018-19, HUDS preparó más de 3.500 comidas de este tipo en el comedor de Annenberg.