La invasión de Rusia en Ucrania afecta también a los países de África. Aproximadamente 16.000.000 de personas se enfrentan a una grave hambruna en la región debido a la suspensión de las exportaciones a través del Mar Negro. El bloqueo de alimentos, sumado a una intensa sequía y el aumento de los precios han puesto en jaque a casi todos los habitantes del Cuerno de África. Los expertos temen que la situación empeore.
En Somalia cientos de madres y padres de familia están tratando de arreglárselas para sustituir el trigo y poder alimentar a sus hijos. Este ingrediente es uno de los más escasos desde que se detuvieron las exportaciones y se ha estado reemplazando con el sorgo, un maicillo oriundo de la región fácilmente disponible que sirve para preparar todo tipo de alimentos. Los países africanos importaron el 44% de su trigo de Rusia y Ucrania entre 2018 y 2020, según cifras de la ONU.
La guerra ha frenado el consumo de los alimentos más básicos y aunque algunos estén disponibles su precio se ha duplicado en los últimos meses. El Banco Africano de Desarrollo informó de un aumento del 45 % en los precios del trigo en el continente. Ahora todos los alimentos derivados del trigo son más caros para los consumidores.
La sequía se intensifica y escasean los suministros
Tres organismos especializados de la ONU alertaron este lunes sobre una amenaza de hambruna en el Cuerno de África. Añadieron que la situación podría empeorar debido a la perspectiva sin precedentes de una quinta temporada mala de lluvias entre octubre y diciembre. La Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO) explicaron que los prolongados meses de sequía en el Cuerno de África han arrasado los cultivos y el ganado, obligando a muchas personas a abandonar sus hogares en busca de agua y alimentos.
La sequía extrema, generalizada y persistente, afecta sobre todo a Somalia, las tierras áridas y semiáridas de Kenya, y las zonas de pastoreo de Etiopía, que reciben escasas precipitaciones. En total van cuatro temporadas consecutivas de lluvias fallidas que han convertido la situación en un «evento climático que no se había registrado desde hacía al menos 40 años», dijeron las agencias.
Lo más grave es que la situación podría empeorar. Los últimos pronósticos estacionales a largo plazo indican que son muy altas las probabilidades de que la temporada de lluvias de octubre a diciembre también sea seca. Según la OMM es probable que la temporada de lluvias de 2022, de marzo a mayo, sea “la más seca que se haya registrado, devastando los medios de vida y provocando un fuerte aumento de la inseguridad alimentaria, hídrica y nutricional”. “Si estos pronósticos se materializan, la emergencia humanitaria en la región, de por sí grave, se agravará aún más”, advirtieron.
Situación extrema de hambruna en África
El Grupo de Trabajo sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición estima que 16.700.000 millones de personas se enfrentan actualmente a una inseguridad alimentaria aguda alta. Por su parte, la ONU ha dicho que esta cifra podría ascender a 20.000.000 de personas para el próximo mes de septiembre por los recientes eventos.
En Somalia más de 80.000 personas sufren hambre extrema. Mientras que en Kenya y Somalia son casi 2.500.000 de personas las que se encuentran en situación de emergencia, encaminadas a ese punto. También hay cientos de miles de niños con desnutrición grave y están ingresados para recibir tratamiento. Asimismo, la ONU estima que 3,6 millones de cabezas de ganado murieron en Kenya y Etiopía. En las zonas más afectadas de Somalia, uno de cada tres animales ha muerto desde mediados de 2021.
Diversos factores intensifican la crisis
Según la ONU, los déficits de agua se han exacerbado con las altas temperaturas atmosféricas, que continuarían durante la estación seca de junio a septiembre. En las zonas de cultivo, las cosechas volverán a estar muy por debajo de la media. Lo que provocará una dependencia prolongada de los víveres que se ofrezcan en los mercados, pero las familias tendrán un acceso limitado a los alimentos debido a los altos precios de los productos básicos.
Además de la sequía, la hambruna en África se ha intensificado desde el pasado 24 de febrero cuando las tropas rusas decidieron intervenir el país vecino. Los conflictos se han sumado al aumento de precio de los alimentos a nivel mundial, y dejan a miles sin acceso a los alimentos más básicos.
La pandemia de la COVID-19 es otro de los factores, pues dio lugar a la mayor crisis económica mundial en más de 100 años. El mundo aún no se recupera de la crisis sanitaria y la economía crece menos de lo esperado. Los países en desarrollo importadores de materias primas son los más afectados, sobre todo por el incremento de los precios de los alimentos y la energía.
La inseguridad alimentaria empeora cada día en África. Es por ello que tanto la OMM como la FAO y el PMA temen que esto conduzca a un mayor deterioro en 2023 e instan a una rápida intensificación de las acciones inmediatas para salvar vidas y evitar el hambre y la muerte. También a un aumento urgente de la respuesta financiera a esta región para mitigar la grave emergencia alimentaria, incluido el riesgo de hambruna en Somalia. “Independientemente de las lluvias entre octubre y diciembre, las condiciones no se recuperarán lo suficientemente rápido como para que la seguridad alimentaria mejore antes de mediados de 2023”, señalaron.