Por Cambio16
15/9/2017
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El hambre volvió a aumentar en 2016 tras años de descenso. Esta lacra afecta a unos 815 millones de personas, el 11% de la población mundial. Se debe sobre todo al impacto de conflictos y desastres naturales, según la ONU.
El número de personas con desnutrición crónica ha subido respecto a los 777 millones que había en 2015. Con todo, se mantiene por debajo de los 900 millones del año 2000. Así se desprende del nuevo estudio realizado por varias agencias de Naciones Unidas. Este informe sobre el estado de la seguridad alimentaria en el mundo ha sido presentado en Roma.
La ONU destacó que estas estimaciones podrían reflejar un cambio de tendencia en la evolución del hambre. Durante más de una década se ha ido reduciendo de forma constante. Ya en 2016 empeoró en África subsahariana (con el mayor porcentaje de personas desnutridas, el 22,7% de su población). También en el Sudeste Asiático y Asia occidental.
Se calcula que en 2016 casi 520 millones de personas padecían hambre en Asia. En África se calcula en 243 millones de personas. En América Latina y el Caribe, donde hay signos de que la situación está deteriorándose, en 42,5 millones.
Las causas del hambre
Los peores registros se dan en países que de alguna forma están expuestos a los conflictos. En ellos, vivían el año pasado 489 de los 815 millones de personas que no tienen garantizada la alimentación.
Algunos de estos países también se vieron afectados por graves sequías e inundaciones. Cabe destacar el fenómeno de El Niño. Este mismo año se ha declarado una hambruna en Sudán del Sur y otros tres países (Nigeria, Somalia y el Yemen) corren el riesgo de padecerla.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
En otros lugares más seguros, la ralentización económica ha limitado la capacidad de los países para importar alimentos. Tampoco se puede proteger a los pobres de la subida de precios en los mercados domésticos. Esas cifras reflejan la dificultad de acabar con el hambre y la malnutrición. Se trata de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a los que se comprometió la comunidad internacional en 2015.
La ONU insta a abordar las causas del problema y asegurar la paz, la inclusión social y la ayuda humanitaria inmediata. La mayor inseguridad alimentaria todavía no ha cambiado la tendencia de la prevalencia del retraso del crecimiento infantil. Este parámetro bajó del 29,5% en 2005 al 22,9% en 2016 y afecta aún a 155 millones de menores de cinco años. Otros 52 millones sufren desnutrición aguda y 41 millones más, sobrepeso.
El informe advierte de la coexistencia entre las distintas formas de malnutrición. Hay países que experimentan a la vez altas tasas de desnutrición infantil, anemia en mujeres y obesidad en adultos.