Varias cámaras de tortura escondidas en contenedores. Una red de secuestros, toma de rehenes y extorsión. Todo esto como parte de una organización criminal. Un complejo entramado, digno de una película de Tarantino, fue descubierto por la policía holandesa en una zona rural entre los Países Bajos y Bélgica.
La operación de seguimiento llevó a la Policía Nacional Holandesa a un almacén con siete contenedores forrados con aislamiento acústico. Además, estaban equipados con cámaras. Seis hombres fueron arrestados.
Verdaderas cámaras de tortura
Seis de los contenedores podrían usarse para ocultar personas. Tenían esposas en el piso y el techo, y baños químicos. El otro tenía una silla de dentista equipada con muñequeras y tobilleras a manera de cepos.
La policía encontró un alijo de instrumentos, incluidos escalpelos, tijeras de podar, sierras, alicates y cintas. También había bolsas de algodón negro que se podían poner en la cabeza, uniformes policiales y chalecos antibalas. Las cámaras de tortura estaban forradas con material aislante.
Los contenedores estaban cerca del pequeño pueblo holandés de Wouwse Plantage. La policía también halló un cobertizo en Rotterdam que contenía 24 kilos de la droga MDMA (conocida como éxtasis).
Una larga investigación
La investigación se inició en abril, cuando la policía empezó a investigar a un hombre de La Haya de 40 años de edad, sospechoso de estar involucrado en el tráfico de drogas.
«Llevó una existencia fuera del radar, pero nuestra investigación financiera reveló que probablemente utilizó un cobertizo en Wouwse Plantage», dijo Jannine van den Berg, la jefa de la Policía Nacional Holandesa.
«Cuando dirigimos nuestra atención a ese cobertizo, la investigación nos dio acceso a importantes contactos de chat del sospechoso a través de un teléfono Encrochat mediante el cual hablaban libremente de sus actividades.
Los sospechosos llamaron a los contenedores su «EBI», una referencia a Extra Beveiligde Inrichting, una prisión segura holandesa. Las conversaciones describieron planes de secuestro muy precisos, así como actividades de tortura, que realizarían en las cámaras descubiertas por la policía.
Cercados por la policía
Los agentes inmediatamente pusieron el almacén en Wouwse Plantage bajo observación. Desde mediados de abril vieron a algunos hombres trabajando en contenedores marítimos casi todos los días. Uno de ellos, de 44 años de edad, de Nieuwegein (Provincia de Utrecht), también se reunió con el principal sospechoso de La Haya y su cómplice de 43 años de edad, natural de Rotterdam. La combinación de mensajes interceptados de Encrochat y las observaciones de los encuentros de los sospechosos llevaron a su identificación.
«Si lo tengo en la silla vendrán más», dijo uno de los chats. El grupo altamente organizado planeaba usar uniformes policiales, chalecos antibalas, armas y señales de alto en los próximos secuestros.
Las conversaciones también ayudaron a la policía a determinar quiénes eran las víctimas previstas, las cuales ahora han sido informadas y se han puesto a resguardo.
Los informes también revelaron que el grupo estaba usando un segundo cobertizo, justo al lado de la A16 en Rotterdam. Al parecer servía como la base del equipo de arresto criminal, incluidos autos rápidos, armas y chalecos antibalas. Varios sospechosos fueron vistos en ambos escondites.
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