Investigadores de la Universidad de Harvard realizaron diversas mediciones a las emisiones de metano en Estados Unidos y encontraron discrepancias con los resultados de organismos oficiales, en especial en los sectores de producción de petróleo y gas.
El equipo de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson utilizó datos del satélite Gosat (Greenhouse Gases Observing Satellite) de columnas de metano. Uno de los más gases de efecto invernadero más nocivos y que producen en gran cantidad la industria del petróleo y el gas natural.
En un informe publicado en la revista Atmospheric Chemistry and Physics Joannes Maasakkers detalla las motivaciones del estudio. «Esta es la primera evaluación en EE UU de las emisiones de metano. Se basa en los informes que la Agencia de Protección Medioambiental envía a la sección de Cambio Climático de las Naciones Unidas, la UNFCC».
Los investigadores compararon emisiones mediante observaciones desde satélites entre 2010 y 2015. Siguiendo determinados modelos de análisis, identificaron las trayectorias de las emisiones a la atmósfera y cómo estas acababan depositadas en el suelo. Lograron determinar en qué partes del territorio estadounidense las observaciones, las simulaciones e informes oficiales no concordaban.
Consideran que los funcionarios de la EPA subestiman las emisiones de metano de la producción de petróleo y gas en su Inventario anual de Emisiones y Sumideros de Gas de Efecto Invernadero.
Estas imprecisiones en los datos obstaculizará los planes de reducción y las metas-compromisos para reducir las emisiones de metano en EE UU.
Discrepancias en mediciones de las emisiones de metano
El equipo encontró un 90% más de emisiones de metano en la producción de petróleo en EE UU. Asimismo, un 50% más de emisiones para la producción de gas natural que las estimaciones de la EPA en su último inventario.
Actualmente, la EPA solo informa las emisiones nacionales totales a la UNFCC. En investigaciones anteriores, Maasakkers y sus colaboradores trabajaron con la EPA para mapear las emisiones regionales de metano de diferentes fuentes. Ese nivel de detalle se utilizó para simular cómo se mueve el metano a través de la atmósfera.
«Cuando miramos las emisiones de gases de efecto invernadero desde el espacio, solo vemos el total en un área. Pero no tenemos información de cuáles son las fuentes de esas expulsiones de gases», explica Maasakkers.
La mayor discrepancia se registró en las emisiones de la producción de petróleo y gas natural, reitera el investigador, actualmente destacado en el Instituto de Investigación Espacial SRON Holanda.
La EPA estima que las bombas de gas natural emiten una cantidad determinada de metano. Después, multiplican esa cantidad por el total de bombas en el país y es así como determinan el total. «Ese método hace que sea realmente difícil obtener estimaciones realistas de los datos de emisión de plantas específicas. Pero ahora sabemos que una cantidad relativamente pequeña de esas mencionadas instalaciones son responsables de la inmensa mayor parte de las emisiones. Y esto está basado en un pequeño fragmento de datos a nivel nacional», añade.
Asimismo, comenta que «es importante comprender mejor estas emisiones. Pero no debemos esperar hasta entenderlas completamente para comenzar a tratar de reducirlas. Ya hay muchas cosas que sabemos que podemos hacer para reducir las emisiones».
La investigación fue financiada por el programa del Sistema de Monitoreo de Carbono (CMS) de la NASA.
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