Un pirata informático alteró la cantidad de hidróxido de sodio en el agua de un acueducto en Pinellas, en la costa oeste de Florida. Sin embargo, las autoridades lograron detener a tiempo el envenenamiento.
Todo comenzó en la primera semana de febrero cuando un hacker logró entrar en el sistema que maneja el acueducto de la localidad de Oldsmar. Ahí, aumentó los niveles de hidróxido de sodio, conocido como soda cáustica. El alguacil local, Bob Gualtieri, informó que el personal que supervisa los químicos que se agregan para el tratamiento del agua, en este caso la soda cáustica para controlar la acidez, se dieron cuenta de la alteración y revirtieron de inmediato el daño.
Las autoridades, incluyendo las federales, aseguran que ya han iniciado una investigación. Hasta el momento no hay sospechosos del hecho. Desconocen si fue un atentado realizado desde Estados Unidos o fuera del país.
Pirateando un acueducto
El hacker logró entrar a la red de ordenadores de la usina de agua y pasó hasta cinco minutos en el sistema, alterando la cantidad de hidróxido de sodio en el agua de 100 partes por millón a 11.100. Esa sustancia, que es fundamental para controlar un ambiente alcalino o regular la acidez del agua, se torna corrosiva y peligrosa si se administra en forma elevada.
Gracias a que el ataque fue advertido de inmediato, el alcalde aseguró que en ningún momento el público estuvo en peligro ni hubo un efecto adverso significativo en el agua que se estaba tratando. Tras el hecho las autoridades alertaron sobre el peligro que representan los piratas informáticos para la infraestructura de Estados Unidos.
Alerta en otras ciudades
El condado emitió una alerta a las autoridades de otros municipios y ciudades en Florida, especialmente donde se realizaba el Super Bowl, y les recomendaron verificar sus sistemas de acceso remoto.
Por su parte, el alcalde de Oldsmar, Eric Seidel, manifestó que los operadores del sistema estuvieron atentos a estos cambios y además se evidenció que los protocolos establecidos funcionan y pueden responder a este tipo de anomalías en el suministro de agua.
“Los protocolos que tenemos establecidos, los protocolos de monitoreo, funcionan, esa es la buena noticia. Incluso si no los hubieran detectado, hay redundancias en el sistema que habrían detectado el cambio en el nivel de pH”, resaltó Seidel.
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