Este año las arcas públicas se llevarán 188,7 millones de euros por la tributación del conjunto de premios; según los cálculos de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). Es decir, cada día se embolsará unos 517.000 euros del tradicional sorteo de Navidad que cantan los niños del colegio San Ildefonso. Pero si se añaden todos los sorteos del año, a Hacienda le tocan cada día 1.321.770 euros por el gravamen sobre los premios de las Loterías.
En este sorteo se repartirán en premios 2.380 millones de euros a lo largo y ancho de España; siempre y cuando se vendan todos los décimos agraciados. Desde 2014, las ventas del Sorteo Extraordinario de Navidad han aumentado un 16,8%. Sin embargo, a pesar del incremento de las ventas de décimos en este año, la recaudación del fisco será un 6% inferior, unos 11,4 millones menos de lo que lo hicieron durante las pasadas navidades, debido a que desde el 5 de julio de 2018 el mínimo exento de tributación de los premios de loterías subió de los 2.500 euros hasta los 10.000 euros.
Los ocho quintos ya no tendrán la retención de 700 euros
Los técnicos recuerdan que al gravar con el 20% los premios de la lotería superiores a los 10.000 euros, los premiados de las cuatro primeras categorías obtienen 1.500 euros más al décimo respecto al pasado año. De esta forma, los afortunados que logren el premio «gordo», que reparte 400.000 euros al décimo, ganarán 322.000 euros; mientras que el fisco se quedará con los 78.000 euros restantes.
Siguiendo esta línea, los agraciados con el segundo premio –de 125.000 euros por décimo– entregarán 23.000 euros Hacienda, y a los ganadores del tercer premio –50.000 euros por décimo– se les descontarán 8.000 euros. Los dos cuartos premios –20.000 euros cada uno– tendrán una retención de 2.000 euros, y finalmente los ocho quintos –de 6.000 euros cada uno– este año ya no tendrán la retención de 700 euros.
Hacienda siempre «gana»
En otras palabras, habrá un claro ganador: Hacienda, que recaudará tras el próximo 22 de diciembre en torno al 30% de lo que ingresa cada año por las retenciones que efectúa en los sorteos de Loterías y Apuestas del Estado. En este sentido, Loterías realiza directamente la retención en el momento del cobro, por lo que los afortunados recibirán el importe con el impuesto ya descontado.
De ahí que los premios no tengan ningún impacto en el IRPF de los agraciados, quienes sólo tendrán que añadir en su declaración los posibles rendimientos que el dinero conseguido les pudiera generar, como los intereses bancarios. Sea como fuere, a los premiados no le afectará a la hora de pedir becas, prestaciones de asistencia u otras ayudas públicas que dependan de los ingresos y no del patrimonio, ya que la cuantía del premio no se incluye en la base general del IRPF, ni en la del ahorro. Sin embargo, sí hay que tenerlo en cuenta a efectos del Impuesto sobre Patrimonio.
Investigar el aumento de sociedades premiadas
Por otra parte, de los 372,7 millones que recaudó la Agencia Tributaria con el gravamen sobre premios de loterías hasta octubre de este año, unos 11,7 millones procedieron del de los premios recalados en sociedades. Y los técnicos advierten de que a este ritmo las empresas superarán el 4% de los mayores premios del sorteo.
Gestha recuerda que ya pidieron que los premios de Loterías que ganen las empresas tributen, al menos, igual que los de los particulares. Y es que, los premios que ganan los particulares tributan al 20% del exceso que supera el mínimo exento, mientras que las empresas deben integrar el premio en la base imponible y si están en números rojos no tributan y obtienen la devolución de toda la retención.
Los técnicos reconocen que el aumento del mínimo exento resta atractivo a las malas prácticas de quienes desvían el cobro de premios a sus empresas en pérdidas, pero insisten en que para acabar con el fraude no hay que aumentar las exenciones y bajar los impuestos, sino combatir la elusión mediante una mejor investigación.
Premios compartidos
En estas fechas resulta bastante habitual compartir el décimo o unas participaciones con familiares o amigos. En este caso, quien cobre el premio debe indicar en ese instante la identificación de todos los partícipes, lo que clarificaría la relación de afortunados y el reparto de premios.
Si se compartieran décimos y participaciones de los cuatro primeros premios, que están sometidos al gravamen especial, la Sociedad estatal de Loterías y Apuestas del Estado abonará a cada partícipe proporcionalmente el premio menos la retención.
Pero si una persona a la que le toque un premio, en un alarde de generosidad, quisiera regalar un pellizco a otro; las arcas públicas podrían enriquecerse de nuevo porque el beneficiario deberá tributar la donación recibida en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
El peligro de blanquear
Gestha también advierte del peligro de revender décimos o papeletas a personas o intermediarios interesados en blanquear dinero, pues quienes lo hagan podrían estar colaborando en un delito. Además, tampoco podrán acreditar el origen de estos fondos a Hacienda, lo que puede acabar con una inspección que exija más del 60% del importe ganado entre la deuda y la sanción, y si se trata de un décimo con el premio gordo podrían verse acusados de un delito fiscal.
Los técnicos piensan que el impuesto de Loterías dificulta el blanqueo al detectarse mejor el cobro repetitivo de premios por una misma persona, pero alertan de que no acaba con esta práctica; dado que los defraudadores pueden tratar de lavar importantes cantidades de dinero comprando varios décimos premiados en una localidad a cambio de una comisión.
Por este motivo, Gestha pide al Gobierno la supresión de las nuevas cuantías exentas del gravamen especial sobre los premios de determinadas loterías y apuestas del Estado que se aplicarán también a los premios de las comunidades autónomas, de la Cruz Roja y de la ONCE, que subirán a los 20.000 euros en 2019 y a los 40.000 euros en 2020, y provocará una pérdida anual de recaudación superior a los 100 millones de euros desde ese año.
Cestas de Navidad y otras rifas
La combinación del gordo también permite recibir, al participar en determinadas rifas, otro tipo de premios como cestas, regalos y otros tantos obsequios que tributan como un incremento de patrimonio en la escala general del IRPF, por lo que el valor debe sumarse al resto de rendimientos percibidos durante el año a la hora de hacer la Declaración, deduciendo la retención o el ingreso a cuenta.
Los Técnicos revelan que cualquier premio superior a los 300 euros –distinto de los de las Loterías, ONCE y Cruz Roja– obliga a practicar una retención del 19%, que debería ingresarse en Hacienda. Si el premio fuera en efectivo, como ocurre en algunos concursos televisivos, el ganador tiene que recibir el dinero una vez descontada la retención. Pero si el premio se entrega en especie, el importe íntegro será la suma de la “Valoración” y el “Ingreso a cuenta”, excepto si el importe de este último fue repercutido al perceptor, sobre el que se aplica la retención.
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