Los desechos de la vid tienen muchos usos operativos y económicos. Actualmente, con el empleo de la economía circular en esos procesos, se añade mayor utilidad a los residuos de la intensa actividad vinícola de España y ofrece cajas compostables para botellas de vino.
La producción de vino en España se situó en 3.570 millones de litros en 2022, según la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV). Este rendimiento, unido a las producciones de Italia (4.980 millones de litros) y de Francia (4.560 millones de litros), representan el 51% de la producción mundial de vino en 2022.
De esas cifras unos 2 millones o 3 millones de toneladas por año son subproductos derivados de la poda de la vid, el deshoje de racimos y el prensado de la uva en ese país, como sarmientos, raspones y hollejos.
Tradicionalmente, estos productos de desecho han sido utilizados como fertilizantes, biomasa o se han derivado a otras industrias para la obtención de alcoholes o bioetanol. Ahora, con una visión de economía circular, el proyecto Raspons busca valorizar estos subproductos dentro del propio sector vitivinícola, obteniendo cajas compostables símil cartón para las botellas de vino. Un procedimiento innovador ganar-ganar.
La investigación de este avance para la industria del vino es adelantada por la Cooperativa La Viña, como líder del proyecto. El Instituto Tecnológico del Plástico Aimplas y el Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (Comav) de la Universitat Politècnica de València (UPV). El estudio está dirigido a reaprovechar los subproductos agrícolas que genera la elaboración de vino. Y el propósito es mejorar la competitividad del propio sector mediante el desarrollo de productos sostenibles e innovadores.
Cajas compostables para botellas de vino
El diseño de cajas compostables para vino a partir de los desechos de la vid es una novedad. También es una contribución al medio ambiente.
En el mundo consciente del medio ambiente, las soluciones de embalaje sostenibles están ganando popularidad en varias industrias. La del vino no es una excepción, ya que busca alternativas a los métodos de envasado tradicionales que contribuyen al desperdicio y la contaminación. Una de estas soluciones innovadoras es la caja de vino compostable, que ofrece numerosos beneficios para bodegas, minoristas y consumidores por igual.
El envase compostable es biodegradable. Y se composta, es decir se degrada en contacto con el resto de residuos orgánicos convirtiéndose en compost o abono. Además, este envase es aquel que puede biodegradarse por acción microbiológica en un corto período y sin dejar residuos visibles ni tóxicos.
Este proceso contribuye a la fertilidad del suelo y ayuda a desviar los desechos de los vertederos. Esto hace que las cajas de vino compostables sean una opción sostenible para las bodegas y los consumidores preocupados por el medio ambiente.
Chelo Escrig, investigadora líder en Agricultura y Medio Acuático en Aimplas, detalla las ventajas de esa tecnología.
“La propuesta surge de la necesidad de la industria vitivinícola de encontrar una alternativa viable que ofrezca, a estos productos de desecho una segunda oportunidad. A través de Raspons se logra en forma de productos símil cartón compostables, como cajas y estuches, que se pueden utilizar en la propia bodega para introducir las botellas para su comercialización. O como artículos de merchandising”.
Asimismo, adicionó “los nuevos productos plásticos, deben ser compostables y mantener las propiedades mecánicas requeridas. Al mismo tiempo, se reduciría el costo de la materia prima de los productos de cartón tradicionales al sustituirlos, por subproductos de la industria vitivinícola”.
Utilización de desechos de la vid
En el proyecto Raspons se están obteniendo compuestos de plástico símil cartón, compostables y semirrígidos, a partir de biopolímeros y de subproductos agrícolas con alto contenido en celulosa.
Mientras que la utilización de los extractos de los hollejos (los restos sólidos del prensado de la uva) como aditivos-colorantes permitirá colorear o tintar las láminas símil cartón de una forma sostenible, afirma Aimplas.
La investigación está financiada por la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), con la cofinanciación de la Unión Europea, dentro de la convocatoria de Proyectos Estratégico en Cooperación de 2022.
Otro proyecto de investigación estudia el uso de raspón de uva como alimento animal. El proyecto Newfeed es una iniciativa para aprovechar los desperdicios del raspón de la vid a través de la industria alimentaria de bovino y vacuno. Se busca de igual manera, aumentar la sostenibilidad de la ganadería mediterránea a través de la valoración de los subproductos de la industria alimentaria. Esta iniciativa forma parte de la apuesta de Bodegas BAIGORRI (Rioja Alavesa).