Dentro de un ecosistema, hábitat es el lugar donde vive una comunidad. En Sumatra Septentrional, la posible destrucción del hábitat natural de una comunidad de orangutanes ha abierto un conflicto medioambiental que pone en entredicho la reducción de las emisiones de carbono por la construcción de una central hidroeléctrica en esa provincia de Indonesia.
El nivel del conflicto aumenta cuando se conoce que el orangután de tapanuli (pongo tapanuliensis) es una especie de gran simio, apenas descrita y clasificada como una nueva especie hace tres años. También se encuentra clasificada como en peligro crítico. Solo 800 ejemplares de este orangután viven en una pequeña extensión del bosque Batang Toru.
Un hábitat natural en peligro de extinción
En septiembre de 2018, funcionarios del Ministerio de Medio Ambiente y Silvicultura de Indonesia encontraron tres nidos de orangutanes cerca de plantaciones de palma aceitera, comprobando que ya la construcción de la central hidroeléctrica en el bosque de Batang Toru tiene un impacto sobre su población.
Mientras, un informe encargado por distintas organizaciones conservacionistas advierte que la construcción de esta central hidroeléctrica destruirá una cuarta parte del hábitat natural de estos orangutanes. También advierte sobre lo innecesario de esta nueva central, ya que esa región en el norte de Indonesia se encuentra casi completamente electrificada.
Una nueva especie de gran simio
El orangután de tapanuli es la octava especie de los grandes simios que existen en el mundo, apenas si fue descrita en 2017 por un estudio publicado en el sitio Current Biology. Antes de esta descripción, se consideraba una población aislada del orangután de Sumatra (Pongo abelii). Sin embargo el estudio comprobó a través de un análisis genómico su distinción morfológica. También vaticinó que se encuentra entre las especies más amenazadas de los grandes simios.
En ese momento, la investigación de Current Biology ya señalaba que la posible construcción de esta central hidroeléctrica afectaría en un 8% el ya mermado hábitat natural del tapanuliensis. Entre 2005 y 2014, el área de distribución de este gran simio perdió alrededor de 2.000 hectáreas de bosque primario. Además, menos del 6% de esta área está protegida y al oeste del bosque de Batang Toru hay una gran concesión maderera, reseña Mongabay.
Reducción de emisiones versus hábitat natural
La nueva central hidroeléctrica de 510 megavatios promete la generación de energía para la creciente demanda de una población en franco aumento. El manejo de la represa estaría a cargo de PT North Sumatra Hydro Energy. La empresa defiende que el funcionamiento de la central hidroeléctrica reducirá las emisiones de carbono entre 1.6 y 2.2 millones de toneladas anuales.
En la otra cara de la moneda, el informe -encargado por las organizaciones conservacionistas- señala que estas reducciones anuales en emisiones están infladas. Agrega que sería mejor expandir 80 plantas de energía ya existentes en Sumatra Septentrional. La diferencia de estas 80 plantas con la central hidroeléctrica proyectada en el bosque de Batang Toru es que no amenazan el hábitat natural del orangután tapanuli.
Los medios locales relacionan la construcción de la represa y su disminución de emisiones con los compromisos adquiridos por Indonesia con el Acuerdo de París. Y es que Indonesia se comprometió a reducir sus emisiones en un 29% o hasta en un 41% con asistencia internacional. Los defensores de la represa señalan que el informe es parte de una campaña contra la construcción de la central hidroeléctrica liderada por la organización ambientalista Mighty Earth.
Al parecer, la última esperanza que queda para conservar el hábitat natural del orangután de Tapanuli es una demanda contra la construcción de la represa. El Foro Ambiental de Indonesia alega que esta afectará los medios de vida de los agricultores aguas abajo.
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