Guyana y Surinam están a punto de experimentar niveles de desarrollo, hasta ahora impensables, por el boom petrolero. La explotación de sus abultados yacimientos, podría disparar sus ingresos y librarse, por primera vez, del calificativo que los ha marcado, el de países pobres. De sus decisiones habrá implicaciones ambientales, afectará sus compromisos por frenar el cambio climático y, sobre todo económicas y geopolíticas.
La bonanza petrolera que se aproxima, en el caso de Guyana, podría aumentar entre 300% y 1000% su PIB para 2025. Esto le permitiría a sus 750.000 habitantes visualizar un panorama distinto, de mayor holgura y prosperidad. La riqueza por concepto de la extracción y venta de crudo lo convertiría, según los analistas, en uno de los mayores productores de barriles per cápita del mundo.
Esto se debe a que ExxonMobil ha descubierto reservas de crudo equivalentes a más de 9.000 millones de barriles de petróleo en su plataforma continental en el océano Atlántico. Sin contar con más de 3.000 millones de barriles que hay depositados en yacimientos en la frontera con Venezuela y que se extiende hasta Surinam.
Hasta los momentos, el petróleo y el gas siguen siendo los mayores proveedores en el mercado energético mundial. Según la Agencia Internacional de Energía, en 2024 el 46% de la demanda mundial de energía seguirá siendo satisfecha por el petróleo y el gas. Estamos hablando de gigantescas inversiones y suministros.
Guyana se asoma al boom petrolero
Guyana, antes del boom petrolero esperado, ha sido un país agrícola. Se sostiene por el comercio exterior en ese renglón. Sus principales productos son el azúcar, que genera 137 millones de dólares al año. El arroz, 55 millones de dólares; productos forestales, 70 millones de dólares y, los derivados de la pesca, 65 millones de dólares. Otros cultivos y animales de granja acumulan ingresos cercanos a los 7,5 millones de dólares.
Alrededor de 90% de la población de Guyana, el único país continental de Caricom junto con Surinam, vive en una estrecha franja costera ubicada entre uno y medio metro por debajo del nivel del mar. El cinturón costero queda protegido por diques que existen desde la ocupación holandesa. Pero las fuertes tormentas superan las defensas y causan inundaciones.
Guyana se ha mostrado activo en cuanto a las políticas de mitigación y adaptación de cambio climático. En 2015 suscribió el Acuerdo de París y se plegó a sus objetivos de sostenibilidad y descarbonización.
Zulfikar Mustapha, exministro de Agricultura, dijo en marzo, que Guyana ha desarrollado una estrategia de reducción de carbono, que le permite vender bonos a diferentes partes del mundo gracias al oxígeno generado por sus bosques. A su vez, reconoció que su territorio es muy vulnerable al impacto del cambio climático.
“Guyana está por debajo del nivel del mar y tenemos altos índices de lluvia, por lo que padecemos reiteradas inundaciones. Estamos implementando mecanismos para aliviarlas. Es un asunto muy serio”, indicó
En 2015 el gobierno gastó 6 millones de dólares al año en el sistema de drenaje e irrigación. Entonces se necesitaban 100 millones de dólares para adaptar infraestructura y hacer frente a los efectos del cambio climático. Además de reforestar para recuperar áreas devastadas.
Exxon presionado por accionistas y ambientalistas
El boom petrolero al que se anticipa Guyana, con el aprovechamiento de su subsuelo, encuentra «algunos» obstáculos. Recientemente Francia decidió eliminar gradualmente la producción y el uso de combustibles fósiles en la Guayana Francesa. La medida ha afectado las proyecciones de exploración y producción de hidrocarburos en este territorio de ultramar, reveló Iman Hill, directora ejecutiva de la asociación internacional de productores de petróleo y gas, IOGP. A este dato se une una situación particular que vivió la ExxonMobil meses atrás. Un grupo de accionistas minoritarios, activistas y ambientalistas molestaron a la gerencia en una reunión de directorio. Les preocupa la contaminación, el calentamiento global y el futuro de los hidrocarburos.
El 26 de mayo, un pequeño fondo de cobertura, Engine No 1, que tenía una participación del 0,02% en Exxon, dirigió a un poderoso grupo de accionistas disidentes a proponer la elección de cuatro candidatos alternativos al directorio principal del gigante petrolero. Dos con sólidas credenciales ambientales, fueron elegidos de inmediato, y un tercero fue confirmado para su directorio poco tiempo después. Una clara señal de que los consejos de administración y sus dirigentes deben tomarse muy en serio las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza.
Lo que fue revelador, en el caso de Exxon, fue que Engine No 1 pudo obtener el apoyo de los principales administradores de activos, incluido BlackRock, el segundo mayor accionista de Exxon. Se fundamentó en que los tres nuevos directores aportarían ‘nuevas perspectivas y una experiencia de energía transformadora relevante’ en la próxima transición energética.
Guyana en perspectiva y en disyuntiva
El boom petrolero de Guyana tiene un sello, y es Exxon Mobil. A pesar de lo sucedido en la junta de accionistas, algunos analistas, afirman que la petrolera ha optado, hasta ahora, en invertir sus recursos en impulsar la producción. Se basa en la creencia de que la demanda de petróleo y gas seguirá creciendo.
Sin embargo, la AIE señaló que si las promesas climáticas de los gobiernos se lograran por completo serían insuficientes para llevar a cero las emisiones globales de dióxido de carbono relacionadas con la energía para 2050. Por tanto, la agencia emplazó en julio a que “no debe haber ninguna inversión en nuevos proyectos de suministro de combustibles fósiles. Ni más decisiones finales de inversión para nuevas plantas de generación eléctrica con carbón”.
Asimismo aupó a una ralentización de los combustibles fósiles, de cara a los retos para frenar el cambio climático. A esta iniciativa se han anotado la Unión Europea, con su Pacto Verde y Joe Biden al dar un espaldarazo a las fuentes de energías renovables y la fabricación de más coches eléctricos.
En un escenario cada vez más consciente sobre el daño al planeta de los hidrocarburos y el carbón, queda la pregunta: ¿Guyana se adentrará al boom petrolero o se sumará a la causa climática? Por lo pronto, Exxon prosigue su intenso trabajo de exploración mientras desarrolla uno de los nuevos bloques de petróleo y gas más importantes del mundo en la última década.
En el caso de Suriman, la crisis política, económica y sanitaria lo ha colocado contra la pared. A fines de marzo de 2021, cayó en incumplimiento de pago de su deuda soberana. El gobierno no realizó un pago de $ 50 millones por los $ 675 millones de bonos con vencimiento en 2023 y 2026
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