Por Iñigo Aduriz | Fotos y vídeo Benito Guerrero
11/02/2018
Es el abogado defensor del dirigente opositor venezolano Leopoldo López, que cumple condena en su casa de Caracas. Sin embargo, Juan Carlos Gutiérrez no puede verle desde hace tres meses porque se lo ha prohibido la justicia del país. El letrado asegura que tanto él como su familia han sido acosados por las autoridades en Venezuela. Y que, cuando viaja allí, muchas veces no le dejan entrar al país. Celebra la decisión de la Corte Penal Internacional de abrir un examen preliminar. Y denuncia la ilegalidad de la convocatoria de elecciones. Aunque también reside en Venezuela, atiende a Cambio16 durante una de sus visitas a Madrid.
La justicia internacional
La Fiscalía de la Corte Penal Internacional ha decidido abrir un examen preliminar sobre los supuestos crímenes cometidos por el Gobierno de Nicolás Maduro. ¿Considera que el gesto es positivo?
Es absolutamente positivo. Es otro reconocimiento de instancias internacionales, autónomas e independientes, que vienen a ratificar lo que se ha dicho desde diversas instituciones internacionales. El Gobierno de Venezuela, desde hace varios años, está cometiendo violaciones de derechos humanos que se traducen en crímenes de lesa humanidad. Ese comportamiento sistemático, ese ataque generalizado contra una población civil, constituye indiscutiblemente un crimen competencia de la Corte Penal Internacional. En las declaraciones que hizo la fiscal Fatou Bensouda ella hizo referencia a los crímenes cometidos durante el año 2017.
El catálogo de crímenes
Nosotros hemos presentado denuncias ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad cometidos desde el año 2014. Es cierto que en 2017 ocurrieron 120 asesinatos y miles de detenciones arbitrarias a venezolanos simplemente por estar en las calles alzando su voz y pidiendo democracia, canales humanitarios, justicia y libertad para los presos políticos que estaban detenidos. Esos ciudadanos no estaban cometiendo ningún delito y, sin embargo, han sido encarcelados, torturados, hay ejecuciones extrajudiciales, desapariciones… Es el catálogo de crímenes de lesa humanidad se viene cometiendo por parte del Gobierno en Venezuela.
¿Confía en que la Corte Penal encontrará argumentos jurídicos para iniciar una investigación?
Los argumentos jurídicos existen inequívocamente. Hay evidencias de la perpetración de crímenes de lesa humanidad competencia de la Corte Penal Internacional. Hay pruebas, vídeos, hay investigaciones de la propia fiscalía que demuestran que hubo ejecuciones. Además, hay testimonios de personas que han visto cómo se han realizado estos delitos y declaraciones de las propias víctimas. Todo ello constituye indiscutiblemente un conglomerado probatorio suficiente para que entremos en la judicialización del escenario venezolano.
La situación de López
Leopoldo López es uno de sus defendidos. ¿Cuál es su situación actual?
Desde el punto de vista legal, está cumpliendo una condena después de un proceso arbitrario y absolutamente injusto. En su caso, se han producido violaciones de su derecho a tener un proceso justo desde el mismo momento en el que se ordenó su detención. Todos los derechos inherentes al debido proceso han sido violentados. Leopoldo López fue condenado en un proceso que no fue público y que no tuvo la debida imparcialidad. Todos los jueces que participaron en las medidas de privación de libertad, en las condenas y en las actuaciones ilegales contra él han sido promovidos a cargos elevados. Y los que han denunciado públicamente estos hechos han sido relegados, destituidos y, en algunos casos, perseguidos. Leopoldo López tampoco tuvo la posibilidad de presentar pruebas. Nosotros teníamos casi 200 elementos probatorios, fundamentalmente basados en testimonios de periodistas que estuvieron con él en la puerta de la Fiscalía.
«No hubo ningún delito»
Si Leopoldo López hubiera emitido una declaración, un llamado o una instrucción en el momento en el que estaba rodeado de periodistas, los testigos de excepción de un hecho de esa naturaleza habrían sido los propios periodistas. E incluso los periodistas que estuvieron a su alrededor si él hubiera tenido un comportamiento violento lo habrían reflejado. Muchos de los periodistas que la Fiscalía llevó como sus testigos reconocieron que su discurso no llamó a la violencia y que no hubo ninguna irregularidad.
A pesar del cúmulo de pruebas favorables a la verdad de que ahí no hubo ningún delito, Leopoldo López fue condenado a casi 14 años de prisión por un hecho que él no cometió. En paralelo, son casi de mayor gravedad las violaciones de derechos humanos a las que ha sido sometido en el centro de reclusión y que todavía se mantienen.
Transformada en «una cárcel»
Imagino que usted se ve con él.
Él está en su casa, gracias a dios, porque tiene contacto con su familia, pero ya no le permiten el acceso a su abogado. Yo no puedo entrar a verle desde hace tres meses. Hay una prohibición absoluta de que los abogados tengamos contacto con él. La casa de Leopoldo se ha transformado en una cárcel. No hay ninguna diferencia con Ramo Verde. La única es que está en el calor de su hogar, que es muy importante, pero no es lo correcto desde el punto de vista jurídico ni de derechos humanos.
El tribunal le impuso una restricción que no tiene base jurídica y que le impide hablar en los medios de comunicación. Una persona sometida a prisión bajo las leyes venezolanas no tiene esas restricciones. Esa es una sanción completamente arbitraria. Sobre esto presentamos un recurso de apelación y estamos preparando otros que vamos a llevar ante instancias internacionales porque se le está restringiendo su derecho a la libertad de expresión y de información. Es un elemento más que se suma al bagaje de violaciones sistemáticas y constantes de los derechos humanos de Leopoldo López.
Fortaleza espiritual
¿Cómo le ve a nivel anímico?
Leopoldo es un hombre extremadamente fuerte, no solo desde el punto de vista físico sino también mental y espiritual. Pero ha sido víctima de tortura y le han dejado incomunicado. En Ramo Verde estuvo prácticamente un año solo en una torre. Realmente necesitaba de una gran fortaleza espiritual para mantener la cordura, la fortaleza y la intelectualidad bajo la tortura extrema a la que estaba siendo sometido. Lo veo como un venezolano fuerte, sólido, coherente y contundente ante las situaciones del país.
El estado es muy complicado. El proceso de diálogo en Venezuela ha tenido sus características, sus críticas y sus polémicas válidas. Porque precisamente es eso lo que queremos: vivir en un país en el que exista libertad, donde podamos criticarnos. Porque la crítica es un derecho. Pero precisamente Leopoldo ha estado muy silenciado. Mientras algunos critican él está en una condición en la que no puede expresar sus sentimientos.
Negociaciones
Una de las críticas que se le han hecho a López es que él habría negociado con el Gobierno la casa por cárcel.
Soy testigo de excepción en todo lo que ha ocurrido allí. Si hubiese existido una negociación Leopoldo López no estaría en las condiciones en las que está. La salida de prisión obedeció a todas las denuncias que hemos presentado ante instancias internacionales. Tenemos pronunciamientos del grupo de atenciones arbitrarias de Naciones Unidas que calificó como arbitraria su detención. También del comité contra la tortura que certificó la existencia de torturas y calificó de arbitraria su detención.
Y el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU ha pedido su liberación en varias ocasiones y la comisión interamericana de derechos humanos ha dictado medidas cautelares para exigir que se protejan los derechos humanos y también el Parlamento Europeo, el Congreso español, los de Canadá o Argentina, el de EEUU. Ha habido una expresión internacional muy fuerte para hacer cesar esa detención arbitraria. La salida de prisión de Leopoldo López está íntimamente vinculada con la respuesta del Gobierno frente a tanta presión.
Los derechos humanos en el país
Ustedes llevan años denunciando vulneraciones de derechos humanos. ¿Cómo afectan a la población?
De forma directa e inequívoca. Porque el venezolano hoy en día está sufriendo el rigor de la violencia gubernamental, de actos que podemos calificar como terrorismo de Estado. Y lo vimos y sufrimos en las protestas de 2017 cuando los militares y la policía mataban a diario a uno o dos chicos. Y era un comportamiento constante durante las protestas. Se lo digo ya como testigo. Estábamos en la calle protestando sin armas y haciendo todos nuestros cánticos, y veíamos cómo nos agredían. El venezolano sentía miedo.
La situación que existe ahora en Venezuela implica que, ante cualquier tipo de protesta por temas de salud, o de alimentación la gente es privada de libertad. En Venezuela a la gente le tocan la puerta a medianoche la policía política y se la llevan presa. Y no atacan solamente a los opositores sino también a sus familiares. Hay abogados colegas míos que están presos, y mi familia está siendo perseguida. Existe una situación indiscutiblemente de una tiranía persecutoria contra la gente.
El papel de las fuerzas armadas
¿Le consta que entre las propias autoridades policiales o militares exista también un temor y un rechazo ante estas actuaciones?
Absolutamente. Nuestro trabajo diario es ir a las cárceles a visitar a los presos políticos, ir a los tribunales, incluso militares. Cuando uno se acerca a la gente le comentan que hay descontento, que están en desacuerdo o que les están amenazando. Nosotros les decimos que ellos son partícipes. Es un tema de conciencia lo que están haciendo. Hay instrucciones dirigidas a cometer crímenes de lesa humanidad en Venezuela y se vienen ejecutando. Se consuma el delito constantemente. Día a día hay detenciones arbitrarias. En lo que va de año ya son 223 los presos políticos.
La unidad de la oposición
La imagen que tenemos es la de una oposición dividida. ¿Es así?
La oposición venezolana tiene carácter democrático. Y dentro de los aspectos que califico como positivos dentro de esa visión democrática es que cada uno pueda expresar sus ideas. Veo como negativo lo contrario: la estructura gubernamental en la que se dicta una orden y se cumple de una manera castrense, y el que no está de acuerdo la tiene que cumplir porque si no lo hace lo eliminan del mapa. Yo sí critico eso como venezolano y como abogado. Pero tener un grupo político heterogéneo, incluso con diversas tendencias ideológicas, que en un momento dado manifieste una disconformidad frente a una acción o una omisión, me da tranquilidad. Esas divergencias han sido consecuencia de actos erróneos que han favorecido la permanencia del Gobierno nacional. Eso es una realidad y todos tenemos que reconocerlo.
En busca de estrategia
¿Cuál debería ser la estrategia que debería seguir la oposición en los próximos años?
La estrategia más exitosa es la que llevó a tener una mayoría en las elecciones parlamentarias de 2015. Y la evidencia es que fueron todos unidos. Eso le dio una fortaleza que los venezolanos, como votantes, apoyamos con el voto, con nuestra presencia y nuestra protesta cuando la Asamblea Nacional ha sido completamente desmantelada por acciones arbitrarias del Gobierno nacional. Estoy convencido de que es en los momentos difíciles cuando se produce la unión política de la oposición venezolana. Entiendo que el diálogo en Venezuela ha sido severamente criticado y que ha evidenciado que no es un mecanismo efectivo. Y que el Gobierno ha utilizado el diálogo como un mecanismo de dilación, de enquistación y de manera arbitraria como usualmente actúa. Es un elemento más para que la comunidad internacional sepa que el Gobierno de Nicolás Maduro es algo fuera de un orden democrático.
Alternativas al diálogo en Venezuela
Al margen del diálogo, ¿qué opciones hay?
Esa es la gran pregunta. Y es la que le hemos formulado a las personas que no estaban de acuerdo con el diálogo. Nosotros como abogados participamos en la solución de conflictos, y la primera acción es siempre el diálogo, incluso extrajudicialmente. A nivel judicial ya hemos realizado acciones internacionales, pero eso no va a eliminar al Gobierno de Maduro. Lo que queremos es regresar a la democracia.
¿Pero cuáles son las alternativas si no existe el diálogo?
Seguiremos intentando opciones internacionales. Tenemos todo un abanico de acciones que estamos realizando y la decisión de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional es el resultado de esas acciones. Estoy convencido de que, ante este examen preliminar dictado por la Fiscalía, muchos militares que se encuentran en cargos en Venezuela van a decir que no se suman a lo que quiera el Gobierno. Y no es un tema de rebelión militar. Es un asunto de cumplimiento de la Constitución. Nuestro marco constitucional consagra lo que se llama la obediencia reflexiva. Si un superior emite una orden y el militar encargado de ejecutar esa orden no está de acuerdo porque violenta derechos y constituye crímenes de lesa humanidad, ese funcionario está en la obligación de negarse a ejecutar esa orden. Ese el proceso que va a venir ahora a Venezuela como consecuencia del examen preliminar.
La presión internacional
Entiendo que la alternativa pasa por la presión internacional.
Sí, más acciones.
¿Qué han echado de menos? ¿Qué más podría hacer la comunidad internacional?
Ha estado respondiendo. El Parlamento Europeo ha respondido y tengo entendido que puede que existan nuevas acciones. También por parte de EEUU. Me ha parecido muy positiva la respuesta que ha dado Canadá a Brasil al colocar en las fronteras con Venezuela escuelas y ayuda humanitaria. Esa ayuda ya es una realidad y tenemos que potenciarla. El pueblo venezolano la necesita. La gente se está muriendo. No hay ningún venezolano que directa o indirectamente no tenga una afectación de esta naturaleza. No hay medicinas, no hay alimentos… La situación en Venezuela es absolutamente extrema. Afortunadamente, los ojos de la comunidad internacional están interesados en resolver el tema venezolano. Porque esa falta de democracia está produciendo impactos en países de la región y en otros países.
La convocatoria de elecciones de abril
¿Cómo ve las elecciones presidenciales convocadas para abril?
Desde el punto de vista estrictamente legal la convocatoria de elecciones es absolutamente ilegal, emanada de una instancia que no tiene base legal, con una alteración de un proceso constitucional sin cumplir las normas. Ir a un proceso electoral con visos de ilegitimidad de origen es tratar de convalidar algo que es inconvalidable. La solución a la crisis en Venezuela serían unas elecciones, sería el escenario ideal. Pero tendrían que ser limpias, con un CNE totalmente independiente, con la posibilidad de recontar y analizar los votos, de que los venezolanos en el exterior puedan votar, que a todos los votantes se les dé su carné de identidad, sin agresiones por parte de grupos colectivos que apoyan al Gobierno… Es decir, unas elecciones absolutamente limpias.
Así se decide el futuro de un país: en paz, en democracia y con la decisión de la mayoría. No con las elecciones que se plantean ahora: con todos los políticos fuertes inhabilitados o presos, como es el caso de Leopoldo López, que sigue en las encuestas como un factor de decisión fuerte en el país. Las condiciones que actualmente están dadas para la realización de unos comicios para la presidencia de la república son absolutamente inaceptables. Las elecciones en Venezuela deben producirse con transparencia y legalidad. Esas condiciones no existen.
El papel de Zapatero
¿Cómo valora el papel del expresidente Zapatero, que insiste en la opción del diálogo?
Su presencia no la veo negativa. Como abogado reitero la necesidad de que exista siempre un abogado, nos guste o no nos guste. Algunos dicen que está más hacia el lado del Gobierno, o que ha fortalecido la posición del Gobierno. Y puede ser cierto. Pero no podemos dejar de lado que el presidente Zapatero, de alguna manera, ha ayudado a que algunos presos políticos sean liberados. Eso lo he visto, he estado allí cuando él ha insistido en que se liberen presos políticos. Es cierto que el Gobierno venezolano libera a 20 y encarcela a 100. Yo no creo que él tenga participación en eso, pero sí me consta que el presidente Zapatero ha gestionado la libertad de presos políticos.
Veo positivo que exista alguien alllí por lo menos que haga contacto con el Gobierno venezolano, que insista y que le exija que tiene que retornar al canal de la democracia, y que las elecciones que se van a realizar sean limpias. Y, si hay que sentarse a dialogar, que los políticos se sienten a dialogar. Pero la única finalidad del diálogo tiene que estar establecida en la apertura de un canal humanitario en Venezuela, la liberación de los presos políticos y una completa equidad para la realización de unas elecciones que sean democráticas. Sin esas garantías no tiene ningún sentido seguir negociando.