En la conmemoración de los 75 años de la ONU su secretario general desveló deficiencias de la organización y sus países miembros para afrontar la pandemia y otros retos. «Están «fuera de sintonía con la realidad del mundo actual”, dijo António Guterres.
En la reunión del Consejo de Seguridad, esta vez virtual, dirigentes mundiales destacaron la creciente tensión entre las principales potencias. La inequidad cada vez mayor entre países ricos y pobres, y la dificultad de llegar a acuerdos en asuntos importantes como la pandemia, el cambio climático, los conflictos bélicos, el hambre.
Al debatir sobre la gobernanza global después de la crisis de la COVID-19, Guterres señaló que el punto al que ha llegado la emergencia es el resultado de “una falta de preparación, cooperación, unidad y solidaridad”.
Aún fuera de control, con más de 32 millones de contagios y con 1 millón de muertes hasta el momento, “la pandemia es una crisis en sí misma. Crisis que tiene lugar en un contexto de mucha tensión geopolítica y otras amenazas mundiales de formas impredecibles y peligrosas”, indicó.
“La pandemia es una prueba clara de cooperación internacional, una prueba en la que básicamente hemos fracasado”, afirmó.
A propósito de estos 75 años, el jefe de la ONU hizo un alto en el camino y reflexionó con respecto al futuro. “Esta pandemia es un llamado de atención para desastres aún más graves que podrían ocurrir, comenzando con la crisis climática. Si respondemos a ese fenómeno con la desunión y la desorganización que hemos presenciado este año, temo lo peor”.
Guterres recordó que muchos problemas transfronterizos como la crisis climática, el aumento de las desigualdades o incluso el ciberdelito involucran a grupos de interés, empresas, organizaciones y sectores enteros, que escapan a los controles de la gobernanza global tradicional.
En este sentido, su manejo requiere de “una gobernanza global decidida, coordinada, flexible y lista para responder a la variedad de desafíos”. Resaltó que en un mundo donde las amenazas están interconectadas, la solidaridad es de interés para todos.
Guterres pide corregir el rumbo de la ONU
Nacida de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, con 50 miembros, las Naciones Unidas se ha acrecentado hasta abarcar a 193 países. Hace 75 años estas naciones se comprometieron a mantener a futuras generaciones alejadas del flagelo de la guerra. Hoy, los conflictos siguen propagándose con furia en un mundo asolado por la inequidad. También con un aumento considerable de refugiados y migrantes que no encuentran paz ni progreso.
En ese contexto, Guterres pidió “corregir el rumbo” de la ONU. Esto implica que el mundo adopte con urgencia un pensamiento que esté a la altura de estos tiempos.
Estos 75 años “nos recuerdan lo que lograron los fundadores de la organización. Y nos invita a estar a la altura de sus ambiciones. Necesitamos con urgencia pensar de manera innovadora sobre la gobernanza global, el multilateralismo, y adaptarlos al siglo XXI”.
La pandemia demuestra las “deficiencias indiscutibles de nuestro sistema multilateral. Necesitamos instituciones multilaterales que sean capaces de actuar con decisión sobre la base del consenso global y por el bien del planeta. Necesitamos instituciones multilaterales que sean equitativas y representen mejor a los países en desarrollo, de modo que todas las partes tengan su lugar proporcional en la mesa mundial”, advirtió.
Deben, por tanto, incluirse reformas e incorporar a las mujeres y jóvenes. El secretario general acusó a los actuales sistemas de gobierno global de excluir a la mitad de la humanidad, a las mujeres. Recalcó que la pandemia ha probado que el liderazgo de este sector de la población es muy efectivo.
“Las mujeres que hayan visto el debate general tienen el perfecto derecho de sentir que no están representadas. O que son voces que no se valoran”, agregó, refiriéndose a la falta mundial de jefas de Estado.
Unión Africana, un buen ejemplo
António Guterres precisó de un multilateralismo real en la ONU con vínculos y cooperación sólida entre organizaciones internacionales y regionales. También de instituciones financieras internacionales y otras alianzas e instituciones mundiales. Como ejemplo de la cooperación requerida citó la alianza estratégica de la ONU con la Unión Africana.
«La asociación entre la Unión Africana y las Naciones Unidas es un modelo que debemos emular en nuestras relaciones con otras organizaciones regionales», apuntó.
Agregó que la Unión Africana podría llevar a cabo operaciones de paz y contra el terrorismo, que contarían con el apoyo de los mandatos del Consejo de Seguridad. Además, se beneficiarían de una financiación previsible, que esté garantizada por aportaciones obligatorias.
Por otra parte, Guterres afirmó que la ONU debería mejorar la eficacia de su contribución a la gobernanza global. En su opinión, la responsabilidad principal de garantizar el funcionamiento de esa gobernanza recae en los Estados miembros.
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