Gunter Pauli, el orador y emprendedor belga, autor del libro La Economía Azul y sobre todo, defensor de la vida en el planeta, está de vuelta en Madrid. Con las alforjas llenas de conocimientos y propuestas que ha compartido con asistentes al IV Congreso Internacional de Sostenibilidad (CIS) y lectores y amigos de Cambio16 seguidores de esta cita anual. Muy a su estilo, Pauli fue al grano: “Nos prometen el Net Cero para 2050. Pero perdón, eso no es serio, es un engaño y lo llamo el opio del pueblo”.
Las expectativas por su intervención crecían antes de subirse al estrado. Gunter Pauli estudió Economía, precisamente en KU Leuven (Bélgica) además de un MBA (Maestría en Administración de Empresas) en INSEAD, Francia. También obtuvo el doctorado honorario en diseño sistemático del Instituto Politécnico de Turín, Italia. Pero durante décadas ha viajado por el mundo conociendo a cientos de científicos y empresarios innovadores.
También ha documentado más de un centenar de proyectos virtuosos en campos tan variados como el agua, la vivienda, la energía, la alimentación y la salud. Y hoy, está al frente de su exposición en el IV CIS. Tan pronto como tomó el micrófono, se quejó. “Cuando fui a tomar agua, me la sirvieron en un vaso plástico. ¿Cómo es posible?”
“Dicen que esos vasos están hechos de plástico reciclable, pero no es verdad”. Y señaló más delante que “esas botellas que presentan como biodegradables y como reciclables, no es así. No estoy en contra, pero podemos hacerlo mejor”.
Gunter Pauli: cambiar la realidad
Contó que en 2009 publicó La economía azul. Desde entonces se ha traducido en 60 idiomas “y vamos a añadir el catalán, el vasco y el gallego. Y ya más de 50 países tienen un ministerio para la ‘economía azul’, o una Dirección General. Es decir que por fin están dándose cuenta de que vamos a tener que cambiar la realidad. Pero para poder hacer el cambio, necesitamos gente que nos inspire”.
Dijo a la audiencia que “la transición solo se hace con tecnicidad, ciencia y entusiasmo, que quiere decir Dios en mí, viene de nuestro interior y por eso necesitamos gente que nos inspira”. Enfatizó que “hay que cambiar esta realidad que nos promete soluciones para 2050, pero resulta que la casa está en llamas. Se está quemando y vamos a esperar 28 años para tener un plan estratégico. Nos prometen el Net Cero para 2050. Perdón, eso no es serio, es un engaño y lo llamo el opio del pueblo”.
No basta con ponernos bravos, comentó Gunter Pauli. “Tenemos que meter la ciencia y la abundancia. La abundancia es posible pero las empresas tienen que ser Net Cero ya, no dentro de 28 años. Yo hice hace 30 años los programas de Net Cero, no me digas que es imposible ni me digas que necesito otros 30 años”.
Con el café es muy sencillo explicar el Net Cero. El café nos da hongos cultivados, alimentos para la gallina porque el defeco del hongo es rico en proteínas. Podemos obtener ropa de café, que ya se vende en Madrid, y también tener la moqueta y hacer aislantes de café, pintura de café, aislantes. Nosotros apenas utilizamos del grano de café el 0,02%. Ese es el problema. Ahí está la abundancia pero no queremos verla.
Ciencia y abundancia, ¿se puede?
En su conferencia, elocuente y amena, recordó que en los años noventa montó una fábrica. “Pero cometí un gran error, como ya se ha dicho, lo biodegradable no es necesariamente sostenible. Yo tuve como materia prima: la palma africana. Es la causante de la destrucción del bosque tropical húmedo, la destrucción del hábitat del orangután. Tenemos que prohibirla, lo sabemos y lo toleramos. El cambio está aquí, en El Vichada (Colombia) por ejemplo, cambiamos la sabana a un bosque tropical húmedo. 80 millones de árboles sembrados”.
El medioambiente y la salud, indivisibles. Gunter Pauli trajo otra experiencia: “el agua de gaviota de ese país es un agua sencilla, pero limpia. Qué pasa cuando le damos a los niños tres litros de agua al día y la bicicleta para andar. Y prohibimos la Coca-Cola y la Fanta, nada de eso con sirup de maíz. Pareciera dictatorial, pero ¿cuál es el resultado cuando los niños tienen tres litros de agua y tienen la bicicleta para andar?”.
Se elimina la obesidad, se elimina la diabetes, confió en el IV Congreso Internacional de Sostenibilidad organizado por Cambio16. “Nosotros montamos un hospital en 1984 y tuvimos que cerrarlo en 1996 por falta de pacientes. Y ahí está el debate. Piden más hospitales, más camas, impuestos más de todos, pero más de lo mismo no lleva a mejores resultados. Cambia de estrategia”.
Estupidez del ser humano
Narró que el hospital lo convirtieron en un centro de producción de agua potable. “Tenemos un aumento de la lluvia de 10% al año. Por todos lados nos dicen que no hay agua. Claro, cortaron todos los árboles. No es el cambio climático, es el ser humano, la estupidez del ser humano. Decimos que el cambio climático es la causa de todo, pero no. Nosotros somos los responsables. Cuando se tiene agua, el pleno empleo y un bosque, con la recuperación de la biodiversidad, tienes la ecología de la paz”.
Se dice que el vaso está medio vacío o medio lleno, refiere el orador y auto de La Economía Azul. La verdad es que el vaso siempre está lleno de agua y aire. Está lleno y esa es la abundancia que se necesita, percatarnos de las cosas que tenemos, dice. La abundancia para todos y en bienestar.
Gunter Pauli citó el caso de la mina de oro. “Legal o ilegal, siempre estará. Sean bandidos locales o multinacionales bandidas, pero todos son bandidos. Sin oro no funcionan la microelectrónica ni las telecomunicaciones ni la cámara de televisión. Nada funciona. Por eso necesitamos oro. El oro que necesita la microelectrónica y la medicina es en polvo, no en lingote. ¿Por qué tiene que ser un bloque, un lingote que le aumentan el precio por un factor 100, un monopolio de un inglés?. No tengo nada contra Carlos III, el rey es rey, pero por qué tiene que ganar todo ese dinero, por ponerle un sellito, si no tiene nada ver con su extracción. Ahora tenemos la espectrometría, otras tecnologías”.
En seis palabras: Necesitamos transformar la minería en cirugía. “Ese es un proyecto muy grande. Tenemos repensar el modelo de negocio, ese es mi argumento principal de la economía azul”.
Lo barato sale caro, más para la naturaleza
Sugiere entonces cambiar el modelo de negocio. “Si seguimos con el capitalismo salvaje, de que el que vende más barato gana, imposible. Porque el más barato le hace más daño al medio ambiente, y el que gana en la competencia. ¿Quién inventó eso? Todo lo que es bueno para la gente y todo lo que es bueno para el ambiente es costoso, y lo contrario es barato. Es una imbecilidad. No tengo nada contra el capitalismo, pero ese capitalismo es tonto. No tiene futuro. Con la competencia por lo más barato es como destruimos el planeta”.
Mi propuesta es que nos inspiremos en la naturaleza, advirtió Gunter Pauli. Propuesta que ha mantenido en el tiempo, la enriquece, la adapta a hechos y situaciones, pero está allí, presente. “Somos tan arrogantes como seres humanos que no aprendemos de la naturaleza”.
Y echó una mirada al mar. Desentreñó que para aumentar la eficiencia en la manufactura lo que estamos haciendo es ensamblar con tornillos. Pero estamos haciendo una cola industrial que hace el ensamblaje más rápido. Y la inspiración a estos es el mejillón azul. Si, cómo un animalito sobrevive las fuertes corrientes del mar y hace maravillas en el tiempo justo.
Este mejillón saca proteínas y vanadio del mar y un poco de hierro, lo pone en dos porciones separadas y cuando encuentra el sitio donde quiere pegarse produce su cola y en dos minutos se pega y ahí se queda para el resto de su vida. Es una fábrica microscópica que funciona, comentó. Y cuando muere, se desintegra por la biodegradabilidad. Nosotros podemos hacer lo mismo. La química de esto será la verdadera transformación, si se pega y no se atornilla cambiará el modo de producción. Los aviones se harán sin tornillos, sus partes serán pegadas.
Transformación de bioplásticos en algo sostenible
El conocimiento, el atrevimiento y la innovación están en juego en los distintos desafíos por tratar de enmendar los daños ambientales por décadas. Gunter Pauli es además, presidente de una empresa italiana que transforma los bioplásticos y los polímeros en algo sostenible. “Pero no con almidón de maíz, no con etileno de caña, lo hacemos con cardos, que es una maleza”, explicó en el IV CIS de Cambio16.
“Transformamos el azúcar del cardo en biopolímeros”, ahondó. “Y nuestro objetivo no es la producción de polímeros, sino mejorar la calidad de la tierra y del fuego. Lo hacemos con bioplástico. El propósito no es una declaración para la publicidad, sino una convicción para la vida. No toleramos el greenwashing. Tratamos de emprender la petroquímica más sostenible del mundo, con la primera planta bioquímica del mundo. Usamos una vieja planta y lo hacemos rápido. Esa es la verdadera transición. Con los mismos obreros, es posible. El margen de ganancia de los plásticos es tan enorme que molesta, y lo aprovechamos”.
Nos dijeron que el vidrio era más costoso, continuó. “Sí, depende de las hipótesis con las que hagan los cálculos. Yo puedo cambiar la hipótesis de tal manera que tengo la razón con cualquier argumento”, anticipó. “Si yo tengo una botella de vidrio y después de 26 usos se convierte en un polvo y el polvo en una espuma de vidrio, yo tengo material de construcción. Transformo botellas de vidrio con CO2 en material de construcción. 98% CO2 y 2% vidrio. ¿Es sostenible? Podemos hacer casas de vidrio que se montan en tres días. Son prefabricados, usamos hidrógeno, es cero emisiones. No es menos, es cero. En este caso de prosumidor (fusión de las palabras productor y consumidor).Yo puedo hacer mi casa con las botellas que consumo”.
Sí, la ciencia de la abundancia
Gunter Pauli documentó a la audiencia con muchos casos de derroche de dinero y de contaminación y, las soluciones -muchas veces impensables- que ya son realidad. “El futuro del hierro será un cometa que se pone y nos da la posibilidad de generar electricidad para siempre. Es la transición, como lo vivimos, en Canarias con el hierro. Nadie lo hace porque están casados con el molinito. Con el 5% del material que se necesita para una torre eólica, la misma cantidad de electricidad y más barata que la importada de Francia”.
Necesitamos rebeldes, increpó. “Somos capaces de cambiar la lógica de la energía. La llamé Porrina, que es la diosa del futuro en la mitología romana. La protectora de la mujer embarazada. Y es lo que necesitamos, proteger la vida. La abundancia de la inercia”.
Otro caso que abordó fue el del sector marítimo, el más contaminante de la Tierra. “Peor que la aviación y no cambia nada. En 2030 vamos a tener la nueva edición de un barco de 80 metros que dará la vuelta al mundo con 20 contenedores en 80 días. No necesita profundidad, calado. Ni cemento para construir puertos grandes, costosísimos que destruyen la naturaleza para siempre. El problema principal del mundo es el tratado sobre la Carta de la Energía. Es el escándalo de Europa porque es un acuerdo firmado en 1997 que permite a todas las empresas de energía aquí asentadas. Cuando el gobierno cambia la regla, pueden reclamar la pérdida de sus ganancias hasta 2050. Tienen garantizado el 7% de lo que hacen con carbón. ¿Por qué el mundo no está en la calle contra esto?
Gunter Pauli replicó, a manera de reflexión, que la madurez consiste en realizar los sueños, o el mejor de tus sueños: la ciencia de la abundancia.