El Musée d’Art Moderne de Paris y el Museo Guggenheim Bilbao presentan Del Fauvismo al Surrealismo: obras maestras del Musée d’Art Moderne de Paris, una exposición patrocinada por la Fundación BBVA que incluye una selección de 70 obras maestras realizadas por artistas fundamentales, recorriendo la historia de la colección del MAM con el fin de ofrecer una visión panorámica de los movimientos de vanguardia que florecieron en París en las primeras décadas del siglo XX.
El Musée d’Art Moderne de Paris fue construido con motivo de la histórica Exposición Internacional de 1937 para albergar los fondos de arte moderno y contemporáneo de la ciudad de la capital francesa, que se ampliaron en los años siguientes con importantes adquisiciones de obras de autores relevantes de la escena artística de la ciudad.
Sin embargo, el MAM no se convertiría en museo hasta 1961. Los mecenas supusieron un apoyo clave para el proyecto, especialmente el Dr. Maurice Girardin, cuya donación al museo en 1953 se convirtió en el núcleo de la colección de maestros modernos, en la que se incluían autores fauvistas y cubistas, así como representantes de la Escuela de París.
Organizada cronológicamente en tres apartados, que abarcan desde comienzos del siglo XX hasta el período que siguió a la Segunda Guerra Mundial, esta muestra constituye una panorámica histórica de los grandes protagonistas de los movimientos artísticos clave de esta época.
Se inicia con piezas representativas del Fauvismo y del Cubismo, cuya audacia y libertad revolucionaron el arte y cambiaron la percepción tradicional del paisaje, la figura humana y la naturaleza muerta. Continúa con la exhibición de la obra de una generación de creadores procedentes de todos los rincones del mundo, quienes, atraídos por la efervescencia artística parisina, conformaron la Escuela de París en el período de entreguerras junto a varios conocidos artistas franceses de la época.
Y finaliza con el trabajo de autores vinculados al Surrealismo, movimiento que lideró el poeta André Breton desde su fundación en la sede histórica de París.
La audaz expresión de libertad que mostraron los fauvistas y cubistas supuso una revolución en la representación tradicional del retrato, el paisaje y la naturaleza muerta que se consideró escandalosa.
Hasta el momento actual, MAM ha buscado la ampliación y la difusión de su colección a través de una política científica y cultural que consiste en dotarse de conjuntos de obras ilustrativos de los movimientos de las vanguardias históricas. Muchas de las obras de esta exposición se presentan ahora en Bilbao por primera vez.
SALA 305. FAUVISMO Y CUBISMO: ESCANDALOSAMENTE MODERNOS
El Fauvismo y el Cubismo nacieron en París durante la primera década del siglo XX. Antes de convertirse en auténticos hitos de la historia del arte, la crítica adoptó términos poco favorables para referirse a ellos con el fin de desacreditar los nuevos desarrollos plásticos que se presentaban en los salones parisinos.
Los fauvistas hallaron una nueva forma de expresión pictórica en el empleo de colores vivos y no naturalistas, y de una pincelada espontánea, mientras que los cubistas se propusieron representar los objetos y figuras desde diferentes perspectivas simultáneamente. Esta audacia se consideró escandalosa y supuso una revolución en la representación tradicional del retrato, el paisaje y la naturaleza muerta.
Tras contemplar el trabajo de Henri Matisse y André Derain en el Salón de Otoño de París en 1905, el crítico de arte Louis Vauxcelles calificó a estos pintores como fauves (fieras), aludiendo a su atroz ruptura con las convenciones artísticas.
El Fauvismo tomó del Impresionismo y el Puntillismo la disolución de las formas en color, y se caracterizaba por el empleo de una paleta de colores muy vivos.
En su búsqueda de nuevos procedimientos formales para expresar las emociones, estos artistas pusieron de relieve el potencial expresivo del color y dieron a los temas de sus obras un tratamiento radicalmente novedoso. Entre los autores incluidos en este movimiento, con destacadas obras presentes en esta sección, se encuentran Derain, Robert Delaunay, Matisse, Maurice de Vlaminck y Louis Valtat.
El Cubismo nació a partir del análisis que hicieron Pablo Picasso y Georges Braque de las obras de Paul Cézanne, cuyo trabajo era reverenciado por los pintores jóvenes de principios del siglo XX.
El estilo de estos pioneros fue inicialmente ridiculizado por la crítica, que reprobaba que sus pinturas estuvieran constituidas por pequeños cubos.
La sala denominada Encuentro en París reúne a pintores y escultores figurativos que contribuyeron activamente al florecimiento de una nueva escena artística en París durante el período de entreguerras.
Otros artistas vinculados con el Cubismo crearon composiciones fragmentadas, así como esculturas que representaban simultáneamente diferentes puntos de vista de la realidad, trastocando profundamente las reglas de la perspectiva heredadas del Renacimiento. En esta sección se encuentran artistas de este movimiento como Braque, Albert Gleizes, Natalia Goncharova, Juan Gris, Fernand Léger, André Lhote, Jean Metzinger y Picasso.
SALA 306. ENCUENTRO EN PARÍS
Esta sección reúne pintores y escultores figurativos que contribuyeron activamente al florecimiento de una nueva escena artística en París durante el período de entreguerras.
La selección de obras destaca el papel de artistas internacionales que se instalaron en la capital francesa y que, junto a algunos autores franceses célebres de la época, como Henri Matisse, Suzanne Valadon y Marie Laurencin, dieron vía al nacimiento de la Escuela de París.
La denominación Escuela de París, acuñada por el crítico André Warnod en 1925, no hace referencia a un movimiento artístico, sino a una generación de creadores de diversas nacionalidades que formaron parte de la intensa vida artística parisina desde el cambio de siglo y que se desplegó en barrios concretos de la ciudad.
Entre 1900 y la Primera Guerra Mundial, Montmartre fue la cuna de estas figuras de la vanguardia; más tarde, en las décadas de los veinte y de los treinta, Montparnasse se convirtió en nuevo epicentro de la bohemia artística; y, tras la Segunda Guerra Mundial, Saint-Germain-des-Prés pasó a ser el núcleo principal de la actividad creativa.
Los cafés, talleres, salas de baile y cabarés de estos tres distritos fueron los nuevos lugares de encuentro de una comunidad artística cosmopolita, que atraía, asimismo, una animada vida social.
Entre los artistas exiliados que los frecuentaron, y que también se incluyen en esta sala, están Marc Chagall, Chana Orloff, Chaim Soutine y Ossip Zadkine, de Rusia; Jules Pascin, de Bulgaria; Amedeo Modigliani, de Italia; María Blanchard, de España; Kees van Dongen, de los Países Bajos; y Léonard Foujita, de Japón.
SALA 307. DESARROLLOS DEL SURREALISMO
El Surrealismo nace en París en la década de los veinte a partir de los escritos de los poetas Guillaume Apollinaire, André Breton, Louis Aragon, Philippe Soupault y Paul Éluard. Este movimiento artístico y literario germina en el contexto de la posguerra con el anhelo de derribar los valores del orden y la razón, y la necesidad de volver a fascinar al mundo.
Como teórico del grupo, Breton sentó las bases de una nueva estética que se inspira en nuevas fuentes, como las teorías freudianas y el psicoanálisis, los mitos y los símbolos, el inconsciente, los sueños y sus manifestaciones, el gusto por lo maravilloso, y el azar y la adivinación.
Esta corriente influyó en todos los ámbitos de la creación artística y dio origen a innovadores procedimientos técnicos y artísticos. Autores como Man Ray, Breton y Max Ernst pusieron en práctica fructíferos juegos entre la realidad y su transfiguración.
Las obras surrealistas se prestan a la hibridación y a las superposiciones, como evidencian las piezas de Victor Brauner y Francis Picabia.
Se abordaron nuevos temas a caballo entre el esoterismo y el simbolismo, lo que permitió a algunos artistas, como Claude Cahun, Anton Prinner y Brauner, explorar nociones relacionadas con la androginia y la fluidez de género.
El Surrealismo promueve lo irracional, lo revolucionario, la liberación de la mente. Las ideas asociadas con este movimiento se desarrollaron a lo largo de varias décadas y fueron difundidas, adoptadas y reinventadas a través de redes internacionales de intercambio.
Artistas expuestos como Wifredo Lam, Vera Pagava y Leonor Fini, por ejemplo, investigaron en su trabajo distintos aspectos del totemismo, la antigüedad rediviva y un simbolismo de tintes arcaicos, respectivamente.
Otros autores de esta sala, como Breton, Ernst, André Masson y Matta, dejaron Europa y se trasladaron a Nueva York, donde pudieron conocer en la galería de Peggy Guggenheim, Art of This Century, los efectos del Surrealismo en Estados Unidos.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el Surrealismo siguió estando muy presente en París. Los artistas del grupo se mezclaron con las nuevas generaciones. Desde la inauguración del Musée d’Art Moderne de Paris en 1961, sus colecciones reflejan la evolución de este histórico movimiento.
El Surrealismo promueve la liberación, lo irracional y lo revolucionario, e influyó en todos los ámbitos de la creación artística originando innovadores procedimientos técnicos y artísticos.
Ficha
Lugar Museo Guggenheim Bilbao.
Fechas 11 de febrero a 22 de mayo, 2022.
Comisariado Fabrice Hergott, director del Musée d’Art Moderne de Paris, en colaboración con Hélène Leroy, curator del Musée d’Art Moderne de Paris, y Geaninne Gutiérrez-Guimarães, Curator del Museo Guggenheim Bilbao.
Exposición Organizada por el Museo Guggenheim Bilbao y el Musée d’Art Moderne de París, Paris Musées.
Patrocina Fundación BBVA.