En el sombrío telón de fondo de la guerra en Ucrania, el costo humano se revela en una estadística desgarradora: más de medio millón de vidas perdidas o marcadas por lesiones graves en dos años de conflicto. Cifra sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial que pone de relieve la brutal realidad del combate. La balanza de la supervivencia pende cada vez más del hilo que soporta el peso abrumador de las bajas.
Moscú, el agresor, lleva la delantera, pero la victoria que creyó obtendría en un par de semanas no la vislumbra después de dos años. Ucrania enfrenta un desafío colosal del poderío ruso, pero se mantiene en combate a pesar de sufrir cientos de miles de bajas. Vladímir Putin está al mando de un régimen que dista mucho de ser democrático, insensible que no le duelen los cadáveres. En contraste, Volodímir Zelensky lidera el espíritu y la voluntad del pueblo ucraniano, pilares fundamentales en su resistencia.
La disparidad numérica también juega un papel crucial. Datos del Banco Mundial revelan que Rusia contaba con 3,7 veces más hombres en edad militar que Ucrania en 2022. A pesar de que las bajas rusas casi duplican a las ucranianas, las pérdidas per cápita rusas son menores. El Kremlin parece estar en posición de sostener su tasa actual de bajas hasta 2025. Para quienes están lejos, la guerra puede parecer un ajedrez geopolítico en el cual los números y el dinero eclipsan el valor humano. Para quienes viven bajo su sombra y entre la sangre derramada, la guerra tiene rostro y nombre. Es una realidad marcada por el sacrificio y la esperanza.
La voz de Anton es el dolor de todos
La guerra en Ucrania trasciende las frías cifras. Es un drama humano que cobra vida en el testimonio que recoge The Guardian de Anton Andreev, un soldado ruso de la quinta compañía del regimiento 1009 que comparte la desgarradora la realidad que se vive en el frente. Su unidad ha sido diezmada en Vovchansk. Apenas quedaron 12 supervivientes de los 100 que la integraban. «Nos descuartizan. Nos envían bajo ametralladoras, bajo drones a la luz del día, como carne de cañón. Y los comandantes sólo gritan adelante, adelante», confiesa Andreev en un desesperado vídeo.
Andreev, cuyo mensaje fue difundido por Astra y verificado por The Guardian, rinde homenaje a los caídos: “No sé si sobreviviré, pero es mi deber honrar la memoria de aquellos que murieron aquí. Caminas por la calle y todo parece ir bien, pero de pronto te ves envuelto en una masacre. Durante la primera noche, murió la mitad de la compañía».
Desde el 9 de mayo, las fuerzas rusas libran intensos combates cerca de Járkov. Lograron una significativa expansión territorial en la primera semana. Sin embargo, Ucrania logró estabilizar el frente y disipó los temores de un cerco a Kharkiv. Mientras, el Kremlin proyecta la imagen de que avanza hacia Kharkiv y Putin asegura que las pérdidas rusas fueron varias veces menores que en el bando ucraniano. Su interés es que los relatos como el de Andreev no se viralicen, que sean contenidos, censurados. La realidad se filtra a través de las redes sociales y es donde los familiares buscan a seres queridos desaparecidos.
Censura, represión y estigmatización
La represión en Rusia ha silenciado voces críticas como la del bloguero nacionalista Igor Strelkov y el general Ivan Popov. Los blogueros militares que quedan se alinean con la narrativa oficial, aunque la preocupación y el luto se hacen eco en mensajes como el de Yevgeni en VK: “No sé nada de mi hermano desde el 12 de mayo, apenas recibió una semana de un entrenamiento militar antes de entrar en combate».
A pesar de las crecientes bajas, la población rusa sigue manifestando su apoyo en las encuestas. Un estudio de Levada, una encuestadora independiente, el 79% de los rusos respalda las acciones del Kremlin en Ucrania. No obstante, es palpable el deseo de paz. La mitad de los encuestados abogan por el inicio de conversaciones y un 40% anhelando el retorno a la normalidad existente antes de la invasión ordenada por Putin.
En un acto de disidencia, esposas de los reclutas rusos se congregaron frente al Ministerio de Defensa para exigir el regreso seguro de sus seres queridos. El movimiento “Camino a Casa” ha sido recientemente reprimido y estigmatizado como “agente extranjero”, un término cargado de connotaciones negativas desde la era soviética y la guerra fría.
Rusía, desafíos internos y desertores en aumento
El Ejército ruso enfrenta desafíos internos con un número creciente de desertores. Verstka, un medio independiente ruso, reportó secuestros de soldados renuentes que son forzados a combatir a la fuerzaza. Moscú ha evitado una desmovilización masiva reponiendo sus filas mediante salarios y bonificaciones atractivas para los reclutas. Las estimaciones del Ministerio de Defensa del Reino Unido señalan que Putin ha logrado incorporar entre 30.000 y 40.000 soldados mensuales.
Ucrania también enfrenta momentos críticos. Además de sufrir bajas significativas, le toca lidiar con una marcada escasez de municiones, aviones de combate y sistemas de defensa aérea. La ofensiva rusa en Kharkiv ha perdido ímpetu, pero logró una victoria táctica: dispersar las reservas ucranianas hacia esa región y debilitar las defensas en el este.
Inverificables las bajas totales en dos años de guerra
La invasión rusa a Ucrania cumplió dos años en febrero. En ese lapso ha dejado un número de bajas civiles devastador. Cientos de miles de muertos, según fuentes de Kiev y Moscú. La cifra exacta se desconoce debido al silencio de ambos gobiernos y a las dificultades para acceder a los territorios ocupados. También ambos países subestiman significativamente las bajas civiles. Ucrania reportó 10.368 civiles fallecidos en junio de 2023, pero los expertos estiman que la cifra real es cinco veces mayor. Naciones Unidas también sugiere que la cantidad es mucho mayor.
En Mariúpol, una ciudad portuaria clave, hubo más de 25.000 muertes durante el asedio ruso. No hay datos disponibles para otras ciudades ocupadas por Rusia. The New York Times publicó que fuentes estadounidenses calculan 70.000 militares ucranianos muertos y hasta 120.000 heridos. Las bajas de Rusia son aún más sombrías: 120.000 muertos y hasta 180.000 heridos. El ministro de Defensa de Gran Bretaña sugirió que las pérdidas rusas podrían alcanzar los 350.000 entre muertos y heridos. Mientras que Ucrania estima haber infligido hasta 405.000 bajas a Rusia. El Kremlin informó en diciembre que 383.000 soldados ucranianos habían sido heridos o asesinados desde el comienzo del conflicto.
Sin acuerdos para la paz de Ucrania
La Cumbre de la Paz para Ucrania, celebrada recientemente en Suiza con la participación de 60 líderes mundiales y delegados de 90 gobiernos, concluyó con una declaración que exige seguridad nuclear y marítima. Sin embargo, 13 países en desarrollo y algunos otros aliados de Rusia se abstuvieron de firmar el documento: Brasil, la India, México, Sudáfrica, Armenia, Baréin, Indonesia, Eslovaquia, Libia, Arabia Saudí, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos.
La declaración se enfoca en la necesidad de que la central nuclear de Zaporiyia esté bajo control ucraniano. Los firmantes subrayan que el uso de energía nuclear debe ser seguro y respetuoso con el medioambiente. También rechazan cualquier amenaza de uso de armas nucleares yabogan por la seguridad del tránsito marítimo en el mar Negro y el acceso a sus puertos (de lo que depende la seguridad alimentaria). Finalmente, exhortan a liberar todos los prisioneros de guerra mediante intercambios humanitarios.
Aunque hay consenso en que la guerra debe terminar, los métodos para lograrlo dividen a los participantes. El encuentro no resolvió la cuestión fundamental, y aparentemente intratable: el desalojo del territorio ucraniano ocupado por fuerzas invasoras rusas.
Antes de la cumbre, Putin propuso un alto el fuego si Ucrania cedía todos los territorios ocupados y renuncia a su aspiración de unirse a la OTAN. Kiev rechazó tales condiciones. Zelenskyy había presentado una fórmula de paz en la que exige la retirada rusa de todo el territorio ucraniano y rendición de cuentas por los crímenes de guerra cometidos por Rusia. Moscú también lo rechazó.
Cifras ocultas de un drama real
En el sombrío telón de fondo, la verdad sobre las bajas permanece velada. Las imágenes satelitales revelan un paisaje marcado por la muerte con campo salpicados de lápidas y cruces.
La estrategia rusa ha sido descrita como un “molino de carne” por los mismos soldados rusos en un intento de desgastar el ejército ucraniano. Como contaba Andreev ,»Nos envían bajo ametralladoras, bajo drones a la luz del día, como carne de cañón. Y los comandantes sólo gritan ‘adelante y adelante'». El resultado es desconsolador. En el segundo año de combate el número de muertos aumentó 25%. Los cementerios rusos también han crecido exponencialmente.
La invasión rusa, el mayor ataque a un país europeo desde la Segunda Guerra Mundial, fue justificada por Putin con el objetivo de “desnazificar” y “desmilitarizar” Ucrania. Una narrativa ampliamente refutada. En cambio, son numerosos los reportes de crímenes de guerra cometidos por tropas rusas. Incluidas las masacres de Bucha al comienzo de la invasión. Las autoridades ucranianas han registrado 125.000 crímenes de guerra por parte de las fuerzas rusas. La tragedia de Ucrania no es una estadística. Es un drama humano. El resultado real de la guerra se mide en cadáveres.