Reabrir después del confinamiento coloca a las empresas ante una encrucijada. El parón las deja en una apremiante necesidad de ingresos, pero están conscientes de que el deprimido mercado requerirá ofertas atractivas para recuperarse. Una guerra de precios no se descarta en este escenario.
Para sectores como el comercio, las aerolíneas y la energía, el reto es enorme. Unos precios demasiado bajos, puede ser la estocada final luego de estas semanas de inactividad. Por el contrario, si son demasiado elevados, la caída de la demanda tendría un efecto devastador.
El principal problema es que el nivel mínimo de precios para garantizar la rentabilidad (y con ello la supervivencia) no es el mismo para todas las empresas. En este panorama, una inminente guerra de precios haría que las firman con mayor fortaleza financiera sobrevivan, mientras otras se vean obligadas a bajar definitivamente las santamarías.
Falta de información amenaza al comercio
Uno de los sectores más críticos es el comercio. Según la Confederación Española de Comercio (CEC), adelantar al máximo la apertura y una evolución provincial de las fases permiten que el pequeño comercio pueda ir abriendo sus puertas en función de la evolución de la pandemia en cada zona, sin tener que esperar a otros formatos comerciales.
Sin embargo, denuncian un contexto de incertidumbre y desinformación con los protocolos de seguridad y aspectos concretos en los que se está llevando a cabo esta vuelta a la actividad. «No quedan claros cuáles son los criterios objetivos para pasar de una fase a otra, lo que genera desconcierto al no poder prever la adaptación del comercio y de la población».
Igualmente, sostienen que la limitación de 400m² debería ser ampliada, con base en las necesidades de exposición, y no de venta. Explican que sectores como el automovilístico o la construcción, que desarrollan un servicio de atención personalizado, difícilmente pueden producir aglomeración de personas en los locales. Situación totalmente distinta a la que ocurre en supermercados, ventas de ropa o calzados.
En cuanto a una posible guerra de precios, las grandes superficies y cadenas de moda han llevado a cabo ya en sus tiendas online importantes descuentos, con ofertas de hasta el 60%, con lo que en el pequeño comercio la preocupación es máxima.
🔴 NOTA DE PRENSA | Incertidumbre y desinformación en la apertura del comercio de proximidad según la CEC ➡ https://t.co/aXp0jXHFnh pic.twitter.com/ET0O1QSpFA
— CEC (@CEC_Comercio) May 4, 2020
Sector textil a punto de cierre
En el caso del comercio textil, en el mes de marzo las ventas han caído un -70,3% quedando el acumulado anual con un descenso del -24,4% con respecto a 2019.
Desde la patronal Acotex alertan que «al tener las tiendas cerradas las ventas son cero y en el canal online las ventas están siendo residuales. Los ciudadanos no están con ánimo de comprar ropa que no se van a poder poner».
Entienden que va a ser muy difícil vender esa ropa si no se hacen descuentos muy fuertes. Con este panorama estiman una caída de los ingresos de hasta un 70% en el primer mes de apertura. La baja sería de 60% en el segundo mes, y de 50% a partir del tercero.
La situación para los pequeños comercios se agravará, si una guerra de precios les pone a competir con las grandes cadenas.
Ofertas en energía
A nivel global, uno de los sectores más afectados por la pandemia es de la energía. En el caso de la electricidad en el mercado mayorista, los precios han llegado a niveles mínimos de los últimos 6 años, según indicó este jueves Facua – Consumidores en Acción.
La asociación advirtió que la mayoría de familias no se beneficiará de esta bajadas tarifarias, ya que tienen contratadas ofertas del mercado libre, que generalmente son mucho más caras. Por ello, aconseja volver de inmediato a la tarifa semirregulada (PVPC).
Ante esta situación se espera que las comercializadoras puedan lanzar agresivas campañas para incrementar su cuota de mercado, aprovechando todos los clientes del mercado libre que no tengan contratada una permanencia.
En el caso del gas natural, la tendencia del mercado es bajista. Esta situación puede animar también a los que tengan mejores condiciones de compra de gas a pelear por una mayor cuota de mercado.
Para los carburantes, la fuerte caída del consumo ha servido para comprar en un momento de precios bajos y que se podrá vender en plena recuperación, lo que dará alas a las petroleras.
El caso de las aerolíneas
Mención aparte merece el sector de la navegación aérea. La industria es, sin lugar a dudas, la más golpeada por la crisis de la pandemia.
La IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) informó que la demanda internacional de pasajeros de marzo se contrajo un 55,8% interanual. El dato de marzo empeora con respecto al declive del 10,3% de febrero. Todas las regiones registraron caídas de doble dígito. La capacidad descendió un 42,8%, y el factor de ocupación lo hizo 18,4 puntos porcentuales, hasta el 62,5%.
Ante este panorama, las aerolíneas van a competir en 2021 para estimular la demanda con tarifas bajas. Aún así, la demanda será baja. Por lo tanto, es improbable que consigan registrar beneficios el año que viene, según cálculos de la IATA.
Con la caída de la demanda de pasajeros a niveles sin precedentes, los ingresos están cayendo más allá de la capacidad de mitigar incluso las medidas de reducción de costes más extremas. Los aeropuertos y las aerolíneas continúan enfrentando una crisis de liquidez financiera, explica la organización.
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