El presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó, y el enviado especial de Estados Unidos para ese país, Elliott Abrams, coinciden en señalar que España es un lugar ideal para los chavistas que abandonen a Maduro.
En entrevista concedida al diario ABC, Guaidó considera que España, por cultura y por idioma, “es un país más cómodo para cualquier venezolano. Yo sí creo que España es una gran oportunidad para los funcionarios que favorezcan el proceso de transición y quieran recibir garantías y amnistías. Es un lugar ideal y creo que están dispuestos a colaborar con Venezuela”.
Por su parte Abrams dijo al diario El País que algunos cargos de Venezuela tienen a sus familias y su dinero en España, y que querrán reunirse con ellos. “España es en algunos aspectos un destino lógico para algunas personas del régimen”, comentó. Y añadió que desde el punto de vista de cuáles son sus aliados, Cuba y Rusia, “ninguno quiere vivir allí”. Y que para ellos España “es un lugar maravilloso”.
Guaidó espera que Borrell y Sánchez reciban a su embajador
A la pregunta a Guaidó formulada por el diario ABC, sobre lo que se espera de España, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, respondió: “Estoy esperando que hagan todo lo que puedan hacer para colaborar con el rescate de la democracia, que es el rescate de vidas, del sistema de justicia, de la esperanza y de detener el flujo migratorio.
ABC le interrogó sobre el rango diplomático que en Madrid puede ejercer el embajador designado por la AN venezolana, Antonio Ecarri, a quien se le anotó que no ha sido recibido por Sánchez ni por Borrell, y no se le ha dado rango diplomático, Guaidó contestó: “Hay un claro direccionamiento de la diplomacia que tiene que ver con la atención a la emergencia humanitaria, la detención al flujo de emigrantes y la identificación de los activos venezolanos que deben ser protegidos. Esas son las tres áreas de acción importantes de nuestros embajadores en los países dado el secuestro que hay del poder Ejecutivo. En ese sentido, estamos trabajando también en España, y esperamos que pronto tanto Borrell como Pedro Sánchez puedan recibir formalmente a nuestro representante diplomático en su país. Creo que hay potencial porque son muchas las cosas que puede hacer España”.
Acerca del emprendimiento de una próxima gira por Europa, Guaidó comentó que se han propuesto importantes invitaciones. Pero puso al frente que en Venezuela se tiene “una crisis sin precedentes”, como la calificó. Precisó: “Una vez atendida, creo que estaremos listos para ir a Europa. Le agradezco al presidente del Europarlamento, Antonio Tajani, que nos haya hecho una invitación formal y queremos atenderla. Me gustaría visitar España, porque hay una comunidad venezolana muy grande, y también Francia, Alemania, Gran Bretaña y Bélgica”.
Se le interrogó: “Se comienza a sentir la frustración tras casi dos meses desde que asumió como presidente interino, ¿Se está desinflando el proyecto de Guaidó?”
Contestó: “No. La gente cree en Venezuela, en sí misma y en el cambio y, obviamente, por la situación y el contexto, yo coordino y lidero parte de esta expectativa. Debemos recordar que esto no es un proceso que empezó en 2019, sino que tenemos años construyendo mayoría, construyendo partidos políticos, movilizándonos, resistiendo pacíficamente en las calles, nombrando embajadores ahora de manera inédita, tomando el control de los activos en el caso de Citgo, entre otras cosas. Lo que tenemos los venezolanos, en el manejo de nuestras expectativas, es que queremos cambiar ya. Llevamos 20 años de lucha, particularmente los últimos cinco de manera muy intensa”.
Abrams: España, destino lógico
A los requerimientos periodísticos del diario El Pais, Elliott Abrams expresó que España es en algunos aspectos un destino lógico para algunas personas del régimen venezolano.
Declaró que con el Gobierno de España se han establecido algunas conversaciones preliminares sobre el asunto y que se está en el terreno de las posibilidades.
Añadió: “Y creo que la respuesta que hemos recibido es bien, deberíamos ver, ¿A quiénes? ¿Bajo qué condiciones? No lo sabemos. Pero sí entramos en estas conversaciones, y creo que lo haremos, con gente del régimen que quiere salir, volveremos al Gobierno español y podemos decir. ‘Bueno, este tipo dice que se irá con su familia si puede ir a España, pero no quiere ir a Moscú’. Pero no estamos ahí aún”, explica
Se le requirió: “¿Entonces existe la posibilidad de que Maduro vaya a un país como España sin problemas con la justicia? Contestó: “Bueno, no, hay varias consideraciones aquí. Una de ellas es España. Qué piensa el Gobierno español, qué quiere. Otra son las sanciones estadounidenses y las acusaciones. Algunos miembros del régimen son objeto de acusaciones y está el tribunal internacional de justicia. Si su principal preocupación es esa, tendrán que ir a un lugar como Turquía o Rusia, creo, donde no los llevarán ante el tribunal internacional. Y en ese caso España no sería el lugar al que querrían ir, pero no estamos ahí aún”.
Abrams considera que existen otros motivos por los que los líderes chavistas pueden querer retirarse en España. Algunos miembros del régimen, dice, “ya tienen a sus familias y su dinero en España. Así que para ellos es lógico decir que quieren unirse a sus familias y a sus cuentas bancarias”.
Esta es, asegura, una vieja idea, que en los 80 lo habló con el entonces presidente Felipe González. “Él me dijo en un momento dado: ‘¿Qué puede hacer España para ayudar a Latinoamérica en la transición de dictaduras militares a la democracia?’ Bueno, quizá algo que podemos hacer es tomar a uno o dos de esos tipos, de esos generales que estáis tratando de sacar de allí. Quizá les ayude saber que no van a ir a prisión, que pueden venir a España y nosotros… Le recuerdo diciendo: ’Les aseguro que les vigilaremos, porque no queremos que interfieran en los asuntos del país que acaban de dejar, que traten de regresar’. Eso no ocurrió finalmente”.
No sucedió entonces, pero sí hay un precedente, como recuerda Abrams al finalizar la entrevista con El País. “El dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, expulsado del poder en 1958, acabó recalando en España en los años 60 y falleció en 2001”, en su casa de la Moraleja, en Madrid.
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