Los activistas de la organización ecologista Greenpeace se manifestaran nuevamente. En esta oportunidad, colocaron mascarillas a las estatuas más emblemáticas de casi todas las plazas de España, entre ellas la de Colón, en Madrid. La iniciativa tuvo el propósito de “denunciar la inacción climática del Gobierno español” en medio de otra crisis, la pandémica. Acompañaron su acción con carteles amarillos en los que se leía: “La inacción nos ahoga”.
En la Plaza Colón, voluntarios y personal de la ONG se desplegaron y colocaron una mascarilla gigante de 4 x 5 metros a la escultura Julia, de Jaume Plensa, con la inscripción “Pandemia Climática”. Igual hicieron con las estatuas de Clara Campoamor y Arturo Soria, en Madrid. Y de otras plazas del país.
Al mismo tiempo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) hizo un nuevo llamamiento más global sobre el indetenible cambio climático.
Señaló por otra parte, que para 2030, cerca de 162 millones de personas en el mundo necesitarán ayuda del sistema humanitario internacional. Consecuencia de tormentas, crecidas, sequías e incendios forestales. Un 50% más de las 108 millones de personas registradas en 2018, bajo esas condiciones ambientales adversas.
Un informe de la OMM, suscrito por 16 organismos e instituciones de financiación internacionales, advirtió que “los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos han aumentado». Este incremento se da tanto en frecuencia, como intensidad y gravedad. La principal causa es el cambio climático. Este fenómeno afecta «de manera desproporcionada a las comunidades vulnerables. Y, a pesar de ello, una de cada tres personas todavía no está cubierta por sistemas de alerta temprana”.
Greenpeace España y la OMM destacaron la necesidad de actuar con urgencia para atajar los males que persisten. Dice que es necesario detener el deterioro ambiental, de cara a un mundo post-pandemia.
Greenpeace toma las plazas y coloca mascarillas a estatuas
Greenpeace España se activó para denunciar la inacción climática del Gobierno de Pedro Sánchez. «Sin olvidar un contexto de crisis sanitaria y socioeconómica sin precedentes», desde la ONG insisten en que hay que atacar la dos problemáticas a la vez.
“Implementar acciones urgentes para salir de la crisis del coronavirus y establecer medidas para mitigar el cambio climático. La pandemia climática es una amenaza real y requiere de medidas valientes que reduzcan las emisiones de CO2 en un 55% para 2030 respecto a 1990 en España”, indicó en un texto difundido en su sitio en internet.
Miembros y seguidores de ese movimiento colocaron otras mascarillas y carteles en la Plaza de la Junta Suprema de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife. Utilizaron la memoria de letrados e historiadores para difundir su mensaje ambientalista en Pamplona, Navarra, Mallorca, Sevilla.
También en Bilbao, en la estatua de Josu Loroño. En Lleida, Girona y Tarragona (Cataluña) se hicieron presentes en las esculturas del Petit Príncep, en l’Escala, y en las Remendadoras, en Cambrils.
La organización ecologista insiste en la urgencia de prevenir «los peores efectos de la emergencia climática».
Mientras, la OMM afirmó que “en estos 50 años, los peligros relacionados con el clima y el agua han sido reconocidos como la causa de más de 11 000 desastres. Que han provocado 2 millones de víctimas mortales y han ocasionado pérdidas económicas valoradas en 3,6 billones de dólares”.
El documento precisó que “la media de muertes notificadas a raíz de cada desastre se ha reducido en un tercio durante ese período. Pero la cantidad de desastres registrados se ha quintuplicado y las pérdidas económicas se han multiplicado por siete”.
OMM, el daño ambiental es por los siglos venideros
El informe de la OMM sobre el estado de los servicios climáticos en 2020 contiene 16 estudios de casos diferentes. Centrados en sistemas eficaces de alerta temprana para peligros como ciclones tropicales y huracanes. Así como crecidas, sequías, olas de calor, incendios forestales, tormentas de arena y polvo. También las plagas de langostas del desierto, inviernos rigurosos y desbordamientos repentinos de lagos glaciales.
Petteri Taalas, secretario general de la Organización, dijo que «la COVID-19 ha generado una profunda crisis sanitaria y económica de la que tardaremos años en recuperarnos. Es fundamental recordar que el cambio climático seguirá representando una amenaza constante y creciente para la vida humana, los ecosistemas, las economías y las sociedades durante los siglos venideros».
Apuntó además el profesor, que «la recuperación de la pandemia de la COVID-19 es una oportunidad para tomar un camino más sostenible hacia la resiliencia. Y la adaptación frente al cambio climático antropógeno», en donde se evidencia la acción del hombre sobre la naturaleza.
Entretanto, Greenpeace destacó en la toma de las plazas, que «en los borradores de la Ley Nacional del Cambio Climático y en la Estrategia a Largo Plazo (ELP) no establecen los objetivos recomendados por la ciencia para asegurar que no se supera el 1,5 ºC la temperatura global como exige el Acuerdo de París».
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