Greenpeace se salió nuevamente con la suya. Llamó la atención de empresas, instituciones y de la gente de a pie. La organización ambientalista criticó por “consumismo desaforado” y por el impacto climático, las compra-ventas rebajadas en el llamado «Black Friday» o «Viernes Negro».
Sus activistas salieron a las céntricas calles de Madrid para hacer sentir su opinión sobre el consumo de esa fecha, además del daño al medio ambiente que propician. Entonces colocaron en la Gran Vía una enorme caja de cartón que contenía una esfera que simulaba la Tierra de 2,5 por 2,5 metros. A sus lados estamparon dos códigos de barra con la inscripción: el Black Friday consume el planeta.
La ONG se refirió al impacto ambiental de estas compras. “Sólo la producción, el embalaje y el transporte de todos los productos que se compraron en Madrid durante el Viernes Negro en 2019, generaron seis veces más emisiones que en un día normal”. A lo que se añaden los gases que se pueden generar durante el ciclo de vida completo de esos objetos y su posterior gestión como residuos.
Greenpeace advierte que Black Friday ya no es un día, ni una semana, sino un mes. «Esa fecha nos destruye, todas esas compras tienen grandes costes ambientales que repercuten directamente sobre nuestras vidas», argumenta
Greenpeace: Black Friday es una fábrica de cambio climático
Los ambientalistas desplegaron pancartas amarillas en las vidrieras de algunos comercios emblemáticos de la capital, como Zara y Mango. «Consumismo = crisis climática», “Día negro para el planeta”, decían.
Greenpeace arremetió contra el Black Friday y su afectación. “La huella de carbono debido a las compras de ese día, sólo en Madrid, es equivalente al carbono almacenado en 211 hectáreas de bosque templado”. Considerando la producción, el embalaje y el transporte de productos que se compraron ese viernes del año pasado.
Los activistas, vestidos de rojo, también entregaron panfletos.”Black Friday es una fábrica de cambio climático. Es crucial que nos quedemos por debajo de 1,5 °C en nuestras ciudades para frenar esa emergencia”.
Asimismo alertaron del “grave impacto ambiental” que representa el comercio electrónico. Aseguraron que los envíos rápidos y a domicilio requieren “de tres veces más energía” que los habituales. Y que “sólo en China en 2018 se generaron 13 millones de toneladas de emisiones de carbono” debido a la entrega de paquetería urgente.
Alba García, responsable de la campaña de Ciudades de Greenpeace, señaló que Black Friday es “una fiesta del ‘sobreconsumo’” que “destruye el planeta”. En especial este año en el que la pandemia ha hecho protagonista al comercio electrónico a pesar de su “enorme coste ambiental”. En ese sentido, aconsejó “consumir local en vez de apostar por gigantes del consumo, y solo cuando lo necesitemos”.
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