Greenpeace repudia que las empresas contaminantes tengan acceso al acuerdo económico para recuperar Europa por la COVID-19. La ONG había exigido a los mandatarios de los Estados miembros de la Unión Europea que no las incluyeran en los fondos de recuperación. Sin embargo, advierten que tanto Gobiernos como Bancos Centrales han creado las condiciones para beneficiarlas.
El acuerdo que firmaron los Veintisiete el 22 de julio asciende a 750.000 millones de euros. Comprende 390.000 millones de euros en subvenciones y 360.000 millones de euros en préstamos a bajo interés. El objetivo es afrontar el impacto económico de la pandemia.
Greenpeace dice que, aunque el acuerdo sobre el plan de recuperación señala que el 30% de todo el gasto debe dedicarse a medidas para combatir el cambio climático, no existe una lista de exclusión para evitar que las empresas contaminantes se beneficien de los fondos.
“El dinero público seguirá apoyando las industrias contaminantes. No podemos decir que este sea un plan de recuperación verde y justo, si las industrias contaminantes van a poder seguir recibiendo dinero público. Sin embargo, recortaron la financiación que propuso la Comisión Europea para la salud, la investigación y el Fondo para la Transición Justa”, manifestó la organización.
Los dirigentes de la UE solo pudieron acordar que el acceso a la mitad del dinero del FTJ, que sirve para ayudar a los Estados más afectados por la transición ecológica a avanzar hacia la economía descarbonizada, estará condicionado a que se apoye el objetivo de neutralidad climática de la UE para 2050.
No obstante, denuncian que el objetivo climático propuesto para 2030, a fin de reducir las emisiones de entre 50% y 55%, no se alinea con el acuerdo climático de París. Tampoco con el esfuerzo para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Beneficios para las empresas contaminantes
En el texto Dinero público, dinero fósil la organización asegura que gran parte de las medidas favorecen a la industria de los combustibles fósiles e intensivas de carbono. Los beneficios comprenden rebajas fiscales y desgravaciones en los impuestos de hidrocarburos. También, cambios regulatorios que tienen que ver con la autorización para permitir que se busque gas y petróleo en zonas protegidas.
En junio Greenpeace les había exigido a los mandatarios que “se aseguraran de que todas las medidas y los fondos de recuperación fuesen para una recuperación justa y verde”.
Con esto advierten que las medidas para ayudar a Europa a recuperarse económicamente por la crisis sanitaria van en contravía de las medidas para salir de la crisis climática. Por ende, se empujará al continente a que esté lejos tanto de la descarbonización como de ser una sociedad ambientalmente resiliente:
“Las corporaciones basadas en combustibles fósiles (como los fabricantes de automóviles, empresas petroleras, industrias de Alemania o Italia, etc.) están presionando de forma agresiva para quedarse con gran parte de las ayudas de la crisis sanitaria. Algunos Gobiernos han cedido ya a estas presiones. (…) Los Gobiernos de la UE deben revisar aquellas lagunas en sus ayudas económicas que puedan ser aprovechadas por las industrias más contaminantes”.
En el texto hablan de medidas que han aplicado los Gobiernos y los Bancos Centrales para ayudar a este sector. Por ejemplo, mediante ayudas para el sector de la aviación, automotriz, de petróleo y gas. A su vez, a través de la compra de activos corporativos, bonos y letras de cambio. Sin embargo, también dicen que hay otros sectores que se han visto muy perjudicados por el confinamiento y otras restricciones por la pandemia. Por ejemplo, el turismo, la hostelería, el comercio y ciertos fabricantes.
El 16 de junio miembros de Greenpeace desplegaron una pancarta frente al Congreso de los Diputados para exigir que no se destine más dinero público a las empresas contaminantes.
Los efectos de los combustibles fósiles
Los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo, el gas natural y el gas licuado del petróleo, se usan para combustible de motores y la generación de electricidad. Igualmente, para la climatización de ambientes y para cocinar. Aunque los combustibles fósiles son muy energéticos, su extracción y combustión incrementa la proporción de gases de efecto invernadero. Tal es el caso del metano y del dióxido de carbono. A su vez, la combustión y el procesado liberan a la atmósfera elementos tóxicos: el arsénico y el mercurio.
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