A medida que fluyen los fondos europeos Next Generation, más empresas se anotan en las energías verdes como alternativa para alcanzar la descarbonización. En España, y en particular en Galicia, hay un furor por el hidrógeno verde y Greenpeace lo atribuye, en parte, a que los recursos empiezan a moverse. Aunque la organización medioambientalista considera que ese combustible no es “viable ni deseable”.
En la actualidad el uso de esa energía todavía es incipiente. Se producen y consumen alrededor de 500.000 toneladas de hidrógeno como materia prima a partir de combustibles fósiles. No es aún una opción competitiva. En el papel, no obstante, son muchos los proyectos que se han apuntado en los últimos meses.
Endesa desea desarrollar en España, cerca de 23 proyectos relacionadas con el hidrógeno verde. La inversión asociada es de aproximadamente 2.900 millones de euros. Los planes exploran distintas actuaciones a lo largo de la cadena de valor del hidrógeno verde, desde su producción hasta su consumo.
Otras empresas como Reganosa, Acciona, Enagás y Naturgy participan en la incursión y defienden el hidrógeno renovable obtenido mediante electrólisis. Aseguran que contribuirá a la correcta regulación de un sistema eléctrico 100% renovable. Aportando al mismo tiempo, mayor flexibilidad y mas seguridad de suministro.
Sin embargo, la organización ecologista ve el hidrógeno verde como una opción solo si se utiliza para el almacenamiento de energía. Pero como combustible no es “viable ni deseable”. Más aún, afirma que el hidrógeno es solo una excusa para que la industria del gas fósil siga funcionando como siempre.
Cuestionamientos de Greenpeace a los proyectos de hidrógeno
Greenpeace, frente al creciente apetito por producir hidrógeno, señala que “no hay tanta demanda de hidrógeno para que se propongan tantas centrales. Lo que deberían hacer, tanto el Gobierno gallego como el central, es calcular cuánto hace falta y planificarlo bien. Pero no dan las cifras porque ni ellos mismos lo saben”.
De la misma manera, Greenpeace cree que las administraciones deben concentrar esfuerzos en electrificar todos los sectores posibles. Y no “construir plantas de hidrógeno y poner parques eólicos y solares solo para hidrógeno. No tiene sentido”.
Explica la organización que “el hidrógeno verde se consigue separando los componentes mediante hidrólisis. Este proceso se hace con energía renovable, por eso se dice que es verde. Pero lo cierto es que necesita ingentes cantidades de energía para producirse en las plantas electrolíticas”.
En ese sentido, en Greenpeace consideran un “sin sentido” la producción de hidrógeno verde como combustible. Argumentan que para su creación “ya necesitas la electricidad, en enormes cantidades. No tiene sentido producir este combustible para, por ejemplo, mover coches, si ya tienes la electricidad directamente”.
Los planes para construir plantas de hidrógeno verde en Galicia abundan. Naturgy, por ejemplo, intentará en Meirama un proyecto de 30 megavatios. Reganosa impulsará una planta de hidrógeno verde en As Pontes.Y Enagás y Acciona desarrollarán una planta similar en las instalaciones de Punta Langosteira.
Muchos proyectos en avance en toda España
En la escalada de proyectos de hidrógeno cuentan otros tantos. Como el H2PORTS dirigido a desarrollar una cadena de suministro de hidrógeno sostenible en el puerto de Valencia, para reducir el impacto ambiental en las operaciones. Lo adelantan las autoridades comunitarias y las empresas privadas MSC Terminal Valencia, Grupo Grimaldi, Hyster-Yale, Atena, Ballard Power Systems Europa y Enagás. El Sun to Hydrogen está orientado a la transformación directa de energía solar en hidrógeno mediante células fotoelectroquímica PEC. El proyecto lo financian Enagás y Repsol en Móstoles, Madrid.
También está el Green Hyslan, cuyo objetivo es producir hidrógeno renovable a partir de electricidad de origen renovable y su posterior utilización en múltiples aplicaciones en la isla de Mallorca.
Asimismo destacan los de A Coruña, que prevén la producción de hidrógeno renovable destinado a usos industriales. En Asturias, se estima la producción de hidrógeno verde y su utilización en la fabricación de acero. En Ciudad Real esperan usar el hidrógeno renovable en la producción de fertilizantes. Así como en Huesca, con la producción de hidrógeno renovables para la movilidad. Y en Vizcaya, se contempla la producción de combustibles sintéticos a partir del hidrógeno renovable.
Greenpeace aconseja priorizar otros aspectos a los del hidrógeno. “La electrificación de todos los sectores lo antes posible. El carbón es el combustible fósil que más contamina y que más cambio climático genera, por lo que hay que eliminarlo al 100%. Y en un futuro también el petróleo y el gas. Hay fuentes de energía viables, desde luego, pero todavía no tenemos los recursos ni la tecnología suficientes para considerar el hidrógeno verde como una de ellas”, advierte.
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