Por Gorka Landaburu
Si Europa quiere acercarse a la ciudadanía deberá ser algo más que una unión de intereses económicos, más o menos compartidos. El alma del proyecto europeo tienen que ser las personas y ayudar a los que más lo necesitan una prioridad.
La crisis de Grecia demuestra una vez más que de situaciones como la actual se sale apostando por más Europa. Por una Europa más social y justa y menos condicionada a los poderes financieros.
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