Las voluminosas ganancias de las empresas petroleras y gasíferas del mundo les permiten reinvertir en el negocio, cabildear para procurar mayores beneficios y, entre otros, financiar investigación, patrocinios y subvenciones en algunas de las principales universidades de Europa. Una universidad incluso mantuvo conversaciones con una compañía petrolera sobre cómo hacer frente a la “retórica antipetrolera”.
Estos últimos pasos son minuciosamente recogidos en una investigación realizada por Investigate Europe en conjunto con openDemocracy. El trabajo encontró que las empresas de combustibles fósiles invirtieron al menos 260 millones de euros en las universidades más importantes de Europa. Los hallazgos preocupan a los activistas sobre la influencia de la industria sobre la investigación académica.
La industria del petróleo y el gas ha generado 2.800 millones de dólares al día en ganancias durante los últimos 50 años, indica un estudio de 2022, liderado por Aviel Verbruggen. Con las gruesas ganancias han podido “comprar a los políticos” y “retrasar la acción sobre la crisis climática”, agregó el especialista en energía y profesor de la Universidad de Amberes.
Según Investigate Europe, Total desestimó esos temores e insistió en que la independencia académica estaba garantizada. La multinacional francesa comentó que las universidades y otras instituciones “no estaban vendiendo sus almas al diablo al unir fuerzas” con ellos.
Las solicitudes de libertad de información (Foi) presentadas por openDemocracy revelaron que 60 universidades en el Reino Unido aceptaron dineros. Un total de al menos 170 millones de euros entre 2016 y 2023. Shell, junto con sus subsidiarias y entidades asociadas, fue la que más contribuyó. Con al menos 62 millones de euros destinados a universidades británicas. Los siguientes donantes más importantes fueron BP, la petrolera estatal de Malasia, Petronas, Total y la empresa minera BHP.
Preocupa especial vínculo entre petroleras y universidades
Las grandes energéticas Exxon Mobil, BP America, Chevron Corp y Shell Oil testificaron ante el Congreso de Estados Unidos, en 2021, sobre desinformación climática. La instancia del poder legislativo investigó si la industria de combustibles fósiles lideró esfuerzos para engañar al público y evitar acciones para frenar el calentamiento global. Estas acciones de las petroleras ponen sobre aviso a organizaciones ecológicas y activistas por el manejo de sus ganancias, proyectos y aportes a algunas universidades de Europa.
Investigate Europe descubrió que universidades de 8 países europeos han aceptado al menos 90 millones de euros. Los hallazgos, obtenidos de una selección de universidades, muestran que 10 de las universidades y colegios universitarios de Noruega recibieron 68 millones de euros (812 millones de coronas) en dinero para combustibles fósiles.
Shell dijo que tiene “relaciones largas y valiosas” con varias universidades del Reino Unido. «Nuestras colaboraciones tienen como objetivo combinar las mentes más brillantes con los recursos adecuados. Así como la capacidad comercial para ampliar. E implementar nuevas soluciones energéticas con bajas emisiones de carbono». BP no respondió a la solicitud de comentarios.
El estudio pormenoriza los volúmenes de financiación de las más grandes petroleras con las universidades más destacadas de Europa. Total, la petrolera italiana Eni y la noruega Equinor, incluidas sus subsidiarias y entidades asociadas, también han comprometido millones para la educación superior en el Reino Unido y Europa. Eni donó al menos 2,1 millones de euros para financiar el Centro de Reputación Corporativa de la Universidad de Oxford. Allí, el trabajo incluyó un estudio de caso sobre cómo Eni «construyó legitimidad a través de sus programas de sostenibilidad en la República del Congo y otros lugares».
Muchos dineros, ¿también para las renovables?
La diputada del Partido Verde del Reino Unido, Caroline Lucas, pidió a las universidades que corten de inmediato los vínculos financieros y académicos con las empresas petroleras. «Los estudiantes se horrorizarán al enterarse de la influencia turbia y manipuladora de estas empresas que se produce en sus propios campus», asentó.
Casi la mitad de la financiación de las petroleras en el Reino Unido, donde se enviaron solicitudes a todas las universidades, se destinó al Imperial College de Londres. Shell fue su mayor donante. Incluida la financiación de investigaciones sobre energía baja en carbono y tecnología de baterías alternativas. Las siguientes fueron la Universidad de Cambridge (más de 18 millones de euros) y la Universidad de Oxford (más de 12 millones de euros).
«Las empresas de combustibles fósiles son la causa número uno del colapso climático», afirmó Alice Harrison, líder de la campaña de combustibles fósiles de Global Witness. “Al donar a universidades, en el mejor de los casos están tratando de lavar su imagen de forma verde asociándose con instituciones respetables. En el peor de los casos, están tratando de distorsionar la investigación y el aprendizaje de manera que ayuden a incorporar los combustibles fósiles a nuestro futuro energético”.
Los datos obtenidos de Austria, Italia, Irlanda, Noruega, Polonia, España, Suecia y Suiza apuntan a una notable participación de la industria. La Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) fue la que más se embolsó. Con 29 millones de euros en financiación no especificada para el período 2017-2022. El dinero provino de Equinor, BP, Shell, Exxon, Total y ConocoPhillips.
“Tenemos una colaboración de larga data con la industria petrolera que ahora ha incluido soluciones de energía renovable y sostenible en su agenda”, dijo Toril Nagelhus Hernes, vicerrector de Innovación de NTNU.
Cómo responder a la retórica antipetróleo
Shell también hizo una donación generosa a ETH Zürich. Aportando 1,7 millones de euros de los 5 millones de euros recibidos desde 2016 por la reconocida universidad suiza. Esto incluyó 200.000 euros para un proyecto que utiliza el aprendizaje automático para mejorar el «Simulador de embalses de Shell». La simulación de yacimientos es una tecnología que se utiliza normalmente para ayudar a la exploración de petróleo.
ETH Zürich dijo que la gran mayoría del trabajo de investigación apoyado por el sector del petróleo y el gas «no está directamente relacionado con el petróleo y el gas o su extracción». Y que «las decisiones sobre cooperación siempre se toman caso por caso y independientemente del sector específico”.
Pero el vínculo que tejen las petroleras con algunas importantes universidades de Europa, va más allá de la investigación y el patrocinio. Una universidad incluso mantuvo conversaciones con una compañía petrolera sobre cómo hacer frente a la “retórica antipetrolera”.
La influencia se extiende a las leyes de Libertad de Información, en las que las corporaciones dicen a las universidades cómo responder a las preguntas de estudiantes y periodistas. En muchos casos, estas relaciones han crecido a medida que los gigantes de los combustibles fósiles inyectan enormes sumas de dinero en los campus universitarios. Incluidas donaciones y financiación de investigaciones.
Más de una docena de universidades admitieron haber recibido asesoramiento sobre carreras de grado de empresas petroleras. Incluso invitándolas a formar parte de consejos asesores. Se encuentran la de Oxford, Edimburgo y el University College de Londres.
Dineros y reputación
La Universidad de Aberdeen recibió el asesoramiento de al menos 11 compañías de petróleo y gas. E invitó a sus funcionarios a reuniones de la junta directiva. Al mismo tiempo, también aceptó cerca de 5 millones de dólares de la industria, incluidos BP, Shell y Equinor.
La universidad se jacta de que su curso de maestría en “geociencia petrolera integrada” tiene un historial de lograr que los graduados ocupen “posiciones de liderazgo en la industria internacional del petróleo y el gas”. Y agrega que una mayor exploración en el futuro hará de esta una “industria vibrante en la que ingresar”.
El número de estudiantes comenzó a caer (de 23 en 2020 a solo ocho en 2022). Entonces los funcionarios discutieron cómo revertir la tendencia. Las actas de una reunión revelan que se sugirió que una “importante campaña publicitaria” podría ayudar a aumentar el número de estudiantes frente a la “retórica anti-petróleo”.
Al hablar del 50º aniversario del curso de Maestría, un miembro del consejo asesor dijo que sería mejor mantener cualquier celebración “fuera del radar para evitar la prensa negativa”..