Muchas de las firmas alimentarias y agrícolas más grandes del mundo han defendido las prácticas sostenibles en los últimos años. Esta agricultura, también llamada regenerativa, cubre el 15 % de las tierras de cultivo. Pero el ritmo de ese cambio ha sido «demasiado lento» a las metas previstas, dijo un informe horas antes de la cumbre de la COP27, en Egipto.
El documento ha sido elaborado por un grupo de trabajo dentro de la Iniciativa de Mercados Sostenibles (SMI, en inglés). Una red de directores ejecutivos globales centrada en cuestiones climáticas establecida por el rey Carlos III. En el texto, los líderes de agronegocios sugieren que, tanto empresas como gobiernos deben unirse para cambiar las prácticas agrícolas del mundo o de lo contrario, arriesgarse a “destruir el planeta”
Consideran que ese 15% de las tierras sostenibles es poco. Debe triplicarse para 2030 para que el mundo tenga alguna posibilidad de mantener los aumentos de temperatura por debajo de 1,5 °C.
Bayer, Mars, McCain Foods, McDonald’s, Mondēlez, Olam, PepsiCo, Waitrose y otras suscribieron el informe. Representan una poderosa fuerza política y corporativa que afecta la cadena de suministro de alimentos en todo el mundo. También son, según los críticos, algunos de los principales responsables de la mala gestión del clima, reseñó The Guardian.
La producción de alimentos es responsable de un tercio de todos los gases que calientan el planeta emitidos por la actividad humana. Y varios de los signatarios han sido acusados de fechorías ambientales y de “lavado verde”. La activista Greta Thunberg está boicoteando la COP este año. Tras calificar la cumbre mundial como un truco de relaciones públicas «para que los líderes y las personas en el poder llamen la atención».
Los grandes impulsan la agricultura regenerativa
“Estamos en un punto de inflexión crítico en el que se debe hacer algo”, señaló el presidente del grupo de trabajo y director ejecutivo saliente de Mars, Grant Reid. “La interconexión entre la salud humana y la salud planetaria es más evidente que nunca”. Las grandes empresas de alimentos y la agricultura deben desempeñar un papel importante para cambiar eso, dijo. “No será fácil, pero tenemos que hacer que funcione”.
La agricultura regenerativa es un método de cultivo que «mejora los recursos que utiliza, en lugar de destruirlos o agotarlos». Y, la agricultura es la industria más grande del mundo. Los pastos y las tierras de cultivo ocupan alrededor del 50 % de la tierra habitable del planeta y utilizan alrededor del 70 % de los suministros de agua dulce.
La crisis climática está desafiando a la industria en todo el mundo. Pero el llamado de cambio del grupo se produce cuando la industria enfrenta problemas en la cadena de suministro a raíz de la pandemia y la inflación vertiginosa. También se produce en medio de un creciente escepticismo sobre las promesas de cambio de las empresas que han contribuido al cambio climático. Este sector emplea a mil millones de personas.
Estos problemas actuales no deben restar valor a la necesidad de cambio, argumenta el informe. “Con el entorno inflacionario y la interrupción generalizada de la cadena de suministro, sería fácil reducir nuestro enfoque. En el desafío a largo plazo de escalar la agricultura regenerativa. Pero creemos que es vital que mantengamos un sentido de urgencia”, escriben sus autores.
Trabajo conjunto, empresas y gobiernos
Sunny George Verghese, director ejecutivo de Olam, uno de los proveedores más grandes del mundo de granos de cacao, café, algodón y arroz, se refirió a la agricultura regenerativa. “No podemos seguir produciendo y consumiendo alimentos, piensos y fibras de la forma en que lo hacemos hoy. A menos que ‘No’ me importe destruir el planeta”.
Asimismo indicó que “la única salida para nosotros es cómo hacemos la transición a un sistema alimentario más resistente. Y que nos permita satisfacer las necesidades de una población en crecimiento sin la intensidad de recursos que tenemos hoy”.
El informe estudió tres cultivos alimentarios, papas, arroz y trigo. Y redactó varias recomendaciones de políticas que presentará en la COP27.
Los miembros del grupo de trabajo están trabajando para hacer que el cambio económico a corto plazo sea más atractivo para los agricultores. “Simplemente no es lo suficientemente convincente para el agricultor promedio”, adicionó Reid. Más ampliamente, el informe argumenta que la industria y el gobierno también deben trabajar más para abordar la brecha de conocimiento. Al mismo tiempo, asegurarse de que los agricultores sigan las mejores prácticas.
Además, todas las partes involucradas en la industria agrícola deben alinearse para fomentar un cambio hacia prácticas más sostenibles. Desde los agricultores hasta los productores de alimentos, el gobierno, los bancos y las aseguradoras.
Ello “implica cambios para todos los actores incluyendo el gobierno, empresas privadas, públicas y otros. Ningún jugador puede hacer esto por su cuenta, tiene que ser una colaboración voluntaria. Lo que debe suceder ahora es acción y entrega”, explicó Reid.
Compromisos, críticas y escrutinio de prácticas sostenibles
Devlin Kuyek es investigador de Grain. Una organización sin fines de lucro que trabaja para apoyar a los pequeños agricultores. Dijo que cada vez es más difícil para las grandes empresas agrícolas y alimentarias ignorar el cambio climático. “Pero no creo que ninguna de estas empresas, digamos McDonald’s, tenga ningún compromiso para reducir las ventas de productos altamente contaminantes. No creo que PepsiCo vaya a decir que el mundo no necesita a Pepsi”.
Kuyek señaló que Yara, otro firmante del informe, es el mayor proveedor mundial de fertilizantes nitrogenados. “Son responsables de una de cada 40 toneladas de gases de efecto invernadero emitidas anualmente. Es bastante falso”, argumentó.
“Los pequeños sistemas alimentarios locales todavía alimentan a la mayoría de las personas del planeta. Y la amenaza real es que el sistema industrial se está expandiendo a expensas del sistema verdaderamente sostenible. Las corporaciones están creando un poco de humo y espejos aquí. Sugiriendo que son parte de la solución cuando inevitablemente son parte del problema”, comentó.
Teniendo en cuenta las controvertidas historias de algunas de las empresas involucradas en el informe, Verghese dijo que esperaba críticas y escrutinio. “Todas las empresas tienen que enfrentarse al escrutinio de ser atacadas si hay un lavado verde real. No hay lugar para esconderse”, dijo. “En lo que respecta a Olam, tenemos muy claros nuestros objetivos, hemos tenido la confianza para hacerlos públicos. Todos nosotros hemos progresado a lo largo del viaje sostenible. No es que no hayamos cometido errores en el pasado, pero a medida que mejoramos en esto, estamos dispuestos a ser objeto de escrutinio”.