La Real Sociedad para la Protección de las Aves calificó los planes de la primera ministra Liz Truss como un «ataque a la naturaleza»
Las autoridades británicas, en plena efervescencia por el Brexit, adoptaron decisiones importantes en el quehacer político y económico con alto impacto social. También anunciaron la eliminación de 570 leyes ambientales del libro de estatutos y otras flexibilizaciones en las regulaciones que ha llevado al aumento de residuos de pesticidas permitidos en numerosos tipos de alimentos en Gran Bretaña.
El anunció movilizó a todas las organizaciones ambientalistas del Reino Unido. El rechazo se hizo sentir en calles, medios y redes de manera contundente. Pero el gobierno conservador de entonces desoyó la opinión de sus comunidades. Steve Backshall, el popular presentador de televisión sobre vida silvestre, lideró el descontento. Se unió a un coro de oposición y advirtió que revocar las leyes sobre pesticidas podría tener un efecto mortal en las poblaciones de abejas, diversas aves y la contaminación de los ríos.
También la Real Sociedad para la Protección de las Aves calificó los planes de la primera ministra Liz Truss como un «ataque sin precedentes a la naturaleza». Craig Bennett, director ejecutivo de Wildlife Trusts, que agrupa a 46 organizaciones benéficas conservacionistas independientes, dijo que la gente estaba «furiosa por las nuevas amenazas». Y más de 68.000 personas se registraron en una aplicación de la Real Sociedad para exigir a los parlamentarios que se mantengan las protecciones.
Esos cambios en las regulaciones significan que ahora en Gran Bretaña se permite que más de 100 artículos contengan más pesticidas cuando se venden al público. Los rubros son varios y amplios. Se incluyen las papas, cebollas, uvas, aguacates, café, arroz, entre otros.
Wildlife Trusts denunció que el gobierno está dando marcha atrás en sus planes para recompensar a los agricultores por gestionar la tierra de forma respetuosa con la naturaleza.
Gran Bretaña permite más pesticidas en alimentos
Las flexibilizaciones en curso de las regulaciones de pesticidas en Gran Bretaña han arrojado resultados alarmantes. Entre 2022 y 2024, los límites de seguridad o el nivel máximo de residuos (LMR) se debilitaron para 115 tipos de productos, señala en un informe Pesticides Action Network UK (Pan UK), basándose en datos de autoridades nacionales e internacionales.
Si bien la mayoría de los tipos de alimentos afectados son frutas y verduras, el impacto es más amplio e incluye granos de café y cereales como el trigo y el arroz. El té ha sufrido algunos de los aumentos más dramáticos, con límites de seguridad para los químicos boscalid y clorantraniliprol aumentados 4.000 veces.
En total, los cambios, que se implementaron silenciosamente durante los últimos dos años, debilitan los límites de seguridad para 49 sustancias activas diferentes. 15 de los cuales (30%) están clasificados como “Pesticidas Altamente Peligrosos”, lo que significa que representan un riesgo alto para la salud humana o el medio ambiente.
El gobierno aumentó 7,5 veces la cantidad de glifosato permitida en los frijoles (de 2 mg por kilogramo de alimento a 15). La OMS clasifica el glifosato como “probable carcinógeno humano”. Mientras tanto, el límite de seguridad para el disruptor endocrino (EDC), bifentrina, ha aumentado 50 veces tanto en los aguacates como en las granadas.
Los EDC pueden interferir con los sistemas hormonales y provocar defectos de nacimiento, trastornos del desarrollo y problemas reproductivos. En contraste con estos aumentos de Gran Bretaña, los límites de seguridad de la UE siguen siendo los mismos.
Un peldaño menos para la salud y el medioambiente
“Los límites de seguridad se han visto socavados para una lista preocupante de pesticidas en Inglaterra. En un momento en que los cánceres y otras enfermedades crónicas van en aumento, deberíamos hacer todo lo posible para reducir nuestra exposición a sustancias químicas. En realidad”, dijo Nick Mole, de Pan UK, “no tenemos idea de lo que esta exposición continua a decenas, o incluso cientos de sustancias químicas está afectando a nuestra salud a largo plazo”.
Advirtió que “los cambios también suponen un riesgo para el medio ambiente en los países donde se cultivan nuestros alimentos. Los estrictos límites de seguridad obligan a los productores extranjeros que exportan a Gran Bretaña a mantener los residuos de pesticidas al mínimo. O corren el riesgo de que sus exportaciones sean rechazadas por no cumplir con los requisitos legales del Reino Unido”.
Debido a estos cambios, ahora se permite que el trigo y la avena contengan cantidades mayores de neonicotinoides, denunció Pan UK. Son los pesticidas conocidos por provocar la disminución global de las poblaciones de polinizadores. A diferencia del Reino Unido, los neonicotinoides siguen siendo legales en la mayoría de los principales países productores de avena (como EE UU, Canadá y Australia). Y los límites de seguridad debilitados en el Reino Unido corren el riesgo de impulsar un aumento en su uso y los daños asociados.
Según el informe, quince (30%) de los 49 pesticidas que se han visto afectados no están aprobados en el país, lo que significa lo agricultores nacionales no pueden utilizarlos. Elevar los límites de seguridad para estos químicos en los alimentos importados otorga a los productores extranjeros una ventaja competitiva. Pueden producir más barato usando pesticidas que no están disponibles para los productores del Reino Unido.
Más pesticidas y menos protección a los consumidores
“La decisión de cambiar cualquier LMR debe estar respaldada por una evaluación de riesgos para garantizar que se cumplan los requisitos de seguridad reconocidos internacionalmente”, dijo a The Guardian un portavoz del Ejecutivo de Salud y Seguridad (HSE). Comentó que los LMR británicos se establecieron por debajo del nivel considerado seguro para las personas que consumen el alimento.
Los nuevos LMR más débiles adoptados por Gran Bretaña provienen del Codex Alimentarius. Un conjunto de normas alimentarias internacionales elaboradas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la OMS. El Codex ha sido criticado por sus activistas por “un historial de establecimiento de estándares de seguridad más débiles que sus homólogos europeos debido a la influencia del lobby empresarial y de Estados Unidos”.
El Reino Unido optó por adoptar los LMR del Codex sólo cuando ofrecían una menor protección a los consumidores. Cuando la norma del Codex era más estricta, el HSE decidió mantener el LMR británico, más débil.
«Esto es realmente increíble», comentó Nick Mole. “El nuevo gobierno necesita urgentemente darle la vuelta a este enfoque tan confuso”. Entretanto, el HSE indicó que un LMR británico podría ser más alto porque en Gran Bretaña se aplicó un pesticida en cantidades mayores que en el escenario considerado para la norma del Codex.
Exportando la huella de pesticidas
En enero el Reino Unido había abandonado una serie de protecciones ambientales derivadas de la UE. A pesar de que Michael Gove, Boris Johnson y otros arquitectos del Brexit habían prometido que se fortalecerían después de que se abandonara el bloque. En particular, la UE ha prohibido 30 pesticidas dañinos desde el Brexit; mientras el Reino Unido no ha prohibido ninguno.
«Básicamente, estamos exportando nuestra huella de pesticidas», afirmó Mole. “Por el bien de la crisis global de biodiversidad, el gobierno necesita urgentemente deshacer este desastre. Deberíamos adoptar un enfoque de precaución que dé prioridad a la salud y el medio ambiente por encima de las preocupaciones económicas”.
Un vocero del Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido se refirió a los límites de seguridad. “Las decisiones sobre los LMR sólo se toman tras rigurosas evaluaciones de riesgos para garantizar que los niveles sean seguros para el público”.
Y especificó que “el gobierno cambiará las políticas existentes para prohibir el uso de plaguicidas que matan a las abejas a través de una mayor adopción de la gestión integrada de plagas”.